William estaba muy preocupado por su amigo, Simón no había vuelto a comunicarse con él y cuando llamo al hotel sus camaradas le contaron que él había partido a investigar unas ruinas haría unos meses atrás; pero no había regresado todavía. Aquello lo preocupó un poco, quizás debía llamar a su casa o algo por el estilo, era imposible que Simón hubiese desaparecido de la faz de la tierra como si esta se lo hubiese tragado. En las noticias se reportaba la desaparición de un carguero llamado el Pandora, estas especies de desapariciones extrañas le llamaban demasiado la atención a William: primero el general Alejandro Guzmán desaparece misteriosamente, luego apareció la Esfera, después su amigo desaparece misteriosamente y ahora un carguero había hecho el mismo truco de irse sin dejar rastros ¿Acaso todo podría estar conectado con esa pequeña Esfera? No lo sabía con exactitud; pero pronto lo averiguaría.
Se levantó de su silla para buscar el taladro y hacerle un agujero mayor a la Esfera para poder sacarle una mejor precisión con el Carbono 14, continuando de esa manera con sus investigaciones. Los últimos resultados aun lo tenían alterado aunque no supiese porque razón lo hacían.
Cuando William abandonó el laboratorio, una figura misteriosa se acercó a donde estaba la Esfera y la tomó con el mayor de los cuidados, sin perder tiempo se retiró de allí.
William iba a buscar el taladro cuando recordó que había dejado las llaves del cajón en la mesa del microscopio.
- Que idiota soy- se murmuró a si mismo golpeándose la frente con la palma de su mano, dio media vuelta y volvió a donde estaban las llaves del cajón de las herramientas
La figura misteriosa se estaba retirando cuando la Esfera comenzó a reproducir el sonido de los truenos una vez más. Se alegró al saber que había llegado a tiempo evitando el desastre; pero esa alegría se esfumó cuando William volvió inesperadamente al laboratorio.
William no podía creer lo que veía ¡Era una persona vestida con las ropas tradicionales de los guerreros águila Mayas! Una larga capa de plumas verdes tapaba todo su cuerpo y una máscara de ave con mirada aterradora cubría su rostro. William también notó que la esfera estaba recuperando el azul claro con el que la había encontrado y oyó el sonido de los truenos que la esfera producía.
- ¡Oiga! ¡¿Qué se supone que está haciendo?!- le preguntó Wiliam al intruso confrontándolo
- ¡Aléjese!- exclamó, con una voz intimidante, el guerrero águila- ¡No sabe el riesgo que está corriendo en este momento!
- ¿Acaso me está amenazando?- lo confrontó Wiliam sintiéndose mas molesto que asustado o maravillado, dirigiéndose a donde estaba la Esfera
- No- le respondió el guerrero águila quien, con un rápido movimiento, le dio una patada en la cabeza y le colocó el pie encima- lo estoy protegiendo
Ambos vieron como la esfera lanzaba rayos en su interior con una mayor potencia que antes.
- Tengo que irme, buenas noches doctor Tyler- se despidió el guerrero águila retirándose de allí
- ¡No tan pronto, amigo!- exclamó William sujetándole de forma sorpresiva los pies tratando de hacerlo caer, durante el forcejeo pudo notar que dichos pies eran de una piel morena- ¡Este es mi descubrimiento y no dejare que te lo lleves así nomas!
- ¡Suéltame idiota! ¡no sabes lo que está sucediendo!- le advertía el guerrero águila forcejeando con William sin éxito alguno. La Esfera lanzaba una mayor cantidad de rayos que hizo gemir al guerrero águila obligándolo a exclamar - ¡Oh no!
- ¡Suelta mi descubrimiento jodido ladrón!- gritó William logrando levantarse, sin soltar al guerrero águila
- ¡Suéltame infeliz, si no lo haces te aseguro que te arrepentirás!- lo amenazó aquel guerrero cuando vio que la esfera ahora era de un color blanco y los truenos sonaron con más fuerza que antes, sabiendo que era inútil todo esfuerzo solo pudo murmurar con un tono de pesar- ya es tarde
Ambos vieron que la esfera brilló con una mayor intensidad y después…
Desaparecieron.
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