De sus bolsillos sacó dos galletas que había guardado desde el día que madame Dary se las entregó, dandoselas a los pequeños niños. que miraron con asombro lo bien que se veían y sabían". comieron rápido deleitando sus paladares por su delicioso sabor.
"Y para la enojona Suli" tenemos.." Sulian volteó su cabeza mirando con curiosidad por unos segundos y después la volvió a girar, en protesta de que no la convencería tan rápido de perdonarlo por haberse ido.
Hasta que sacó de su bolsillo una bolsa de plástico: "hojuelas de maíz azucaradas"— la jovencita se acercó de inmediato mirando con impresión aquella bolsa llena de cereal. sus mejillas se alzaron mostrando una pequeña sonrisa de felicidad.
Los pequeños enseguida protestaron:
"yo también quiero".
"yo igual".
"Tranquilos, tranquilos" hay suficiente para todos— expresó el joven.
El Príncipe miró cómo los niños se ponían tan felices por una simple bolsa de cereal. Entonces, recordó las palabras que le había dicho anteriormente. "Vez, ni siquiera pueden apreciar las cosas simples, sin saber que otros matarían por tener". El Príncipe se sintió un poco mal, ahora entendía a qué se refería.
El joven sostuvo la cabeza de los niños acercandolos hacia el:
"El es Yin y el es Nes"— después señaló hacia donde se encontraba la jovencita: "y ella es sulian"
Cuando Sulian se acercó hacia él, se dio cuenta de que era el mismísimo Príncipe, quien estaba parado frente a ellos. rápidamente su rostro se llenó de pánico, volviéndose un desastre de nervios. Tomó a sus pequeños hermanos haciendo que se arrodillaran, aplastando sus cabezas contra el suelo haciendo una reverencia:
"Oh su majestad, perdone nuestro trato tan descortés. no nos percatamos de que era usted"— dijo Sulian con temor.
El Príncipe con asombro por el repentino cambio. enseguida la levantó del suelo indicándole que no importaba, que no se preocupara por eso. Sus hermanos la miraron con cara extraña, sin saber por qué los había obligado a hacer una reverencia.
El joven la miró, expresando con burla:
—"el Príncipe quiere saber qué cosas has estado hablando de él y de la realeza a sus espaldas!!.
Sulian volvió a protestar: "no, no perdonenos su majestad" yo no he estado hablando a sus espaldas ¡¡Lo juro!! Perdóneme, ya no lo vuelvo a hacer!! por favor no nos castigue.
El príncipe le dirigió una mirada de enojo al joven por unos segundos después volvió a la jovencita.
El Príncipe tomó suavemente la mano de la alterada sulian, dedicándole una expresión de plenitud mientras la veía, recito unas suaves palabras:
"No te preocupes, no tienes que hacer una reverencia de verdad, está bien" No vine a castigar a nadie él solo está jugando".
Los ojos de la jovencita se iluminaron radiantemente, al ver aquellos preciosos ojos claros que la miraban con sinceridad. Sus mejillas se ruborizaron levemente, al ver ese rostro tan hermoso cerca del suyo, su rostro se veía tan brillante, iluminado por los rayos del sol definiendo sus finos rasgos faciales, dándole un aire celestial.
El príncipe soltó su mano suavemente y después se dirigió hacia el joven que se estaba aguantando la incontenible risa, por la expresión embobada que tenía suli.
El Príncipe notó esto y le dió un ligero golpe en el hombro, en forma de protesta para que dejara de burlarse.
Después de unos minutos finalmente sulian reaccionó, dirigiéndose hacia el jóven.
¿En qué momento conociste al príncipe?— habló bajo.
"¿Por qué no vas? y nos cocinas un rico estofado y te lo cuento después— habló en voz baja también.
En voz alta: "oiga Príncipe sabía que Suli hace el mejor estofado que existe?.
"Oye!!… tu.. deja de adularme, así"— exclamó con vergüenza Sulian.
"Que!! pero si es verdad" no es cierto? Además no lo dije yo, lo dijiste tú"— le dedicó una gran sonrisa.
La cara de Sulian comenzaba a ponerse roja de ira y vergüenza dándole un aire tierno de una niña enojada.
—"Tu..!! aiñ"— con golpecitos comenzó a golpear el abdomen del joven como sinónimo de vergüenza y molestia.
El joven solo se reía por lo avergonzada y enojada que se había puesto Sulian.
El Príncipe al ver esta escena no pudo evitar levantar un poco las comisuras de sus labios, marcando ligeramente las líneas de una leve pero hermosa sonrisa.
Bueno entonces tendré que comprobar si eso es verdad—expresó de forma abierta el príncipe.
La cara de Sulian enrojeció aún más, expresando temblorosamente: "entonces yo me esforzaré en prepararlo"— de forma lenta y sutil se dirigió a la choza sin decir nada.
El joven sacó unos bancos de madera de la parte trasera de la choza, indicandole que se sentará.
El Príncipe se sentó firmemente de manera correcta, viéndose tan elegante y agraciado como siempre.
El joven se bufo de esto, expresando:
"Usted, su majestad se ve bien en cualquier parte".
El Príncipe lo miró por unos segundos, después miró a los niños que se encontraban corriendo y jugando alrededor. con una expresión seria, hablo breve: "¿Ellos saben?".
La expresión del jóven se oscureció por unos breves segundos, después con una leve sonrisa, contestó:
—"por supuesto que no"—
Nathan,—"¿se los dirás?"
—"por ahora no"—
Nes se acercó, jaloneando el brazo del muchacho.
"Liv.. Liv.. vamos a ir de caza mañana? Si, si" anda di que sí!!.
"Ah bueno yo.. agarró al pequeño y lo sentó sobre su regazo.
Le dirigió una pequeña mirada al príncipe de preocupación y después volvió hacia al niño.
"no creo que pueda salir a cazar con ustedes, yo tengo que ir con el Príncipe. así que ustedes tienen que hacerlo por su cuenta.
¿Te vas a ir? a dónde!!— el niño expresó con tristeza.
El pequeño Yin se acercó al Príncipe, hablando con curiosidad: "¿usted vino para traer a mi papá?".
El Príncipe se acercó al pequeño y lo miró con confusión: "¿¡tu papá!?".
Nes exclamó con tristeza: "No!! el vino para llevarse a Liv".
Yin sostuvo la manga del Príncipe jaloneandola, hablo con berrinche: ¿¡Porque quiere llevarse a Liv!!?.
El príncipe miró con temeridad al pequeño, al no saber cómo contestar esa pregunta, ya que este era muy malo mintiendo. Antes de que el Príncipe pudiera gesticular una palabra. El otro sujeto vio su expresión y creyó que estaba incómodo o disgustado, por las manos del niño que lo jaloneaba.
El joven, le habló: "no jales la ropa del Príncipe así" no es como nosotros, a él no le gusta. ven conmigo".
El Príncipe quería decir algo respecto a eso, ya que en realidad no le molestaba en absoluto, pero al final no pudo decir nada.
El niño a regaña dientes fue hacia los brazos del muchacho, sentándose sobre su otro regazo, este les hablo serio, a ambos:
"El Príncipe necesita mi ayuda para resolver unos problemas" y es por eso que debo de ir con él, por esa razón necesito que ambos se queden aquí y cuiden bien de su hermana ¿Pueden hacer eso por mí?.
Ambos niños expresaron con vivacidad: "si"
"Pórtense bien y obedescanla, no la hagan enojar".
"Pero si ese siempre eres tú"— dijo Nes entre risas.
El joven los miró, riendo también: "bueno solo yo puedo hacerla enojar...entendido?.
De pronto comenzó a hacerles cosquillas y estos no paraban de reír.
El príncipe miró esta escena con impresión y asombro, al darse cuenta del tipo de persona que era el guerrero de la muerte". casi le hizo creer que de verdad no era el.
Los libros y las personas, contaban sin fin de cosas monstruosas sobre él, tachandolo como el ser más horrible y despreciable que jamás podría haber existido.
Viéndolo aquí sentado al lado suyo sujetando a dos pequeños niños con tanto amor" como si fuera su padre, haciéndolos reír sin parar, eso era una imagen irreal que si la contara" nadie le creería.
El Príncipe sintió que algo en su interior se revolvió. sin saber que era" la confusión pronto llegó a su cara. pensando, ¿qué era esa extraña sensación que sintió?.
De repente un delicioso aroma salió proveniente de la choza. en una tabla de madera Sulian traía varios cuencos de arcilla, llenos de un humeante estofado que olía bastante bien, esto hizo agua la boca de todos.
Los hermanos comenzaron a gritar de emoción al oler ese exquisito estofado, se levantaron y corrieron alrededor de Sulian con alegría:
"viva…"viva" ya está el estofado si!!.
Sulian los amenazó con voz fuerte: si no se lavan las manos!! ¡No comerán!.
Los niños asustados, corrieron a lavarse las manos en el arroyo.
Sulian llena de nerviosismo, camino hacia los jóvenes. en especial por la presencia del príncipe es que estaba tan nerviosa. se acercó extendiendo la tabla de madera para que estos tomaran un cuenco. Los niños regresaron después de haberse lavado las manos tomando sus cuencos se sentaron sobre el suave césped, comiendo mientras soplaban con cuidado por lo caliente que estaba, con tanta alegría saborearon cada cucharada.
El Príncipe se dio cuenta de que ya no había más lugares, entonces enseguida se levantó para dejarle el lugar a la jovencita.
Está de inmediato lo detuvo, protestó: "no...no se levante!! su majestad" está bien, el día de hoy es nuestro invitado. por favor no se moleste".
Sulian se sentó en el césped junto a sus hermanos.
El Príncipe miró su tazón detenidamente, el olor del vapor que desprendía era realmente delicioso. El muchacho lo miró y le dio una ligera palmada en la espalda, diciendo: "pruébalo, no está envenenado"— soltó entre risas.
El Príncipe lo miró por unos segundos pensando en esas palabras detenidamente. Después simplemente tomó una cucharada e ingirió el humeante estofado. A esto Sulian se le quedó mirando para saber cuál era su opinión.
El Príncipe abrió los ojos en grande al degustar la primera cucharada, era un sabor nuevo salado pero no incomible, una variedad de fuertes especias y un toque de picante que se sentía bastante bien en su garganta. agregado el rico sabor de la carne de res, sin duda era el mejor estofado que nunca había comido en su vida".
El Príncipe miró a Sulian con los ojos iluminados, con una expresión llena de felicidad y gratitud, expresó:
—"es simplemente, delicioso"—
El joven se burló: "vez, esto si es comida de verdad" no lo que servían en el palacio, eso sí es veneno puro!!.
Los ojos de Sulian se iluminaron haciendo que sus mejillas se ruborizaran de alegría y vergüenza, sonriendo de par en par al haber sido elogiada por el Príncipe.
Después de haber comido, el Príncipe se dio cuenta de que comenzaba a atardecer. entonces se levantó agradeciendo por el amable gesto, el pequeño Yin se colgó del pie del Príncipe atrapandolo sin dejar que se moviera. diciendo, "no se vayan" después le siguió Nes sosteniendo el pie del otro joven.
El Príncipe miró hacia abajo y recordó que esta escena ya la había experimentado antes. sin saber cómo actuar solo se limitó a mirar al pequeño con ojos de culpa.
Sulian enseguida fue a quitar de encima a Yin del Príncipe. Cuando logró separarlo lo sujetó fuerte en un abrazo mientras estaba sentada. Mirando confundida hacia el joven, protestó: irse!! ¿a dónde?.
Yin que seguía pataleando en los brazos de Sulian, exclamó:
"Liv..se va!!, se irá con el príncipe no quiero que se vayan!!"— dijo entre sollozos.
Sulian miró al joven por unos momentos y con una cara triste, expresó: "¿te vas?".
El joven exclamó serio, hacia los niños:
¡¡Basta!! Quédense quietos". Nes rápidamente soltó el pie del joven y Yin dejó de forcejear con Sulian, mirando hacia abajo con vergüenza por ser reprendidos.
Sulian se levantó del suelo, mirando al joven con ojos temerosos.
El joven se incoó para estar a su altura, expresando hacia ella: "me tengo que ir" el Príncipe necesita mi ayuda, así que debo acompañarlo.
"Pero!! ¿por qué? tú..!!, por qué no es alguien más!? No puede hacer eso!!— exclamó Sulian con tristeza y enojo.
"Está bien, sé que estarán bien" sin mí, quédate con tus hermanos, ellos te necesitan, además no me iré por siempre, voy a regresar así que no se preocupen por mí si?".
metió la mano en uno de sus bolsillos, sacando un monedero de cuero negro, extendió su mano y se lo dió alá jovencita. expresando: "aquí hay masomenos, 300 monedas de plata. Si se lo administran bien, debería durarles al menos un par semanas.
La jovencita tomó el monedero y lo miró con dolor, la expresión de su cara estaba llena de preocupación.
El joven, agregó: "recuerda lo que te dije, no debes de depender de nadie" solo de ti misma".
Sulian,— "Pero…"— protestó con palabras entrecortadas.
No lo olvides" se levantó, acariciando su cabeza gentilmente, agregando: "Además, también te dije que las niñas bonitas no lloran, no quieres ser una niña fea verdad?.
Sulian quitó la mano que le acariciaba la cabeza con tanta gentileza, con un manotazo, exclamando:
"¡¡No estoy llorando!!"—triste miro hacia abajo con impotencia.
El joven se rió levemente, después se dirigió hacia los pequeños hermanos:
"Ya hablamos de esto, ustedes dos deben cuidar y obedecer a su hermana, si"— con los brazos extendidos, envolvió a los niños en un cálido abrazo.
El Príncipe solo se quedó mirando a lo lejos la conmovedora escena, mientras montaba a nevada sintiéndose un poco culpable, pero a la vez sabiendo la realidad y los motivos. la culpa no recaía Por completo sobre el.
Mientras ambos niños lo abrazaban con fuerza. Nes expresó: "prometes que no te irás por mucho tiempo" y que volverás".
"Promete que volverás"— expresó el pequeño Yin, entre llantos.
—"lo prometo, volveré antes de que puedan pronunciar mi nombre, para la cena"— Exclamó fuerte, con seguridad hacia los tres hermanos.
El joven se alejó dándoles un último adiós" con una mano estirada bien arriba moviendola de lado a lado y con una gran sonrisa se despidió.
El Príncipe arrio a Nevada, con una expresión de sinceridad, les dedicó unas últimas palabras: "por esta vez, Perdónenme "por favor".
El príncipe cabalgó unos pocos metros lejos de la choza junto al joven que caminaba a su lado.
Nathan,—"¿Por qué les dijiste eso?.
—"¿Qué cosa?".
"Que regresarías" ¿por qué se los prometiste?.
"Ah bueno son niños, tenía que decirles eso y darles algo de esperanza, de lo contrario no se hubiesen quedado tranquilos— dijo el joven despreocupado.
—"No hagas eso"— respondió breve el príncipe.
—Mm, ¿qué?".
"No hagas promesas que no puedas cumplir".
El joven no dijo nada y solo se quedó en silencio. Después el Príncipe recordó que uno de los niños le había dicho algo acerca de su padre, entonces expresó:
"El padre de esos niños, ¿qué le pasó?".
El joven lo miró por unos segundos mientras caminaba con tranquilidad:
"Oh bueno eso es una larga historia"— contestó de manera abierta.
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