En el hospital de New York
-Estoy seguro de que es una variable genética, su hija tiene sangre omega y beta.
-¿cómo es posible?, ¿los hijos no nacen con un solo subgénero?-preguntó mi madre
-si, pero este no es el caso, su hija puede desarrollarse normalmente hasta que su cuerpo decida cuál subgénero es el dominante, todo lo dirá el tiempo, por el momento es 90%, beta 10% omega.
18 años después
-Leah, baja a desayunar
-Voy, no griten.-respondí
Desperté esa mañana sin ánimos, todos los días eran iguales, problemas en la escuela, peleas de mis padres y en la noche, el silencio que me rodeaba lentamente con todos estos recuerdos.
-No puedo creerlo, otra vez Thomas- gritaba mi madre
- No, mamá fue un malentendido, solo lo estaba defendiendo ¿no lo entiendes?
-¿Qué sucede? -pregunte
Ambos se quedaron callados, podía ver que mi hermano tenía golpes en su brazo.
-Nada, hermanita, me voy, llegaré tarde- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
-Otra vez se va sin decirme nada, genial.
Agradecí a mi madre por la comida y salí de casa, por el camino me preguntaba ¿qué había hecho mi hermano?, ¿a quién defendía?. Me había perdido en mi conciencia y no había notado que había chocado a un chico con mi patineta.
-Lo siento -dije
-No te preocupes-respondió el chico algo deprimido.
-¿Estás bien?-le pregunté tenía golpes en su cuerpo.
El chico caminó hacia mí sin energía, me abrazó y empezó a llorar.
-Oye, tranquilo, tengo unas horas antes de mi primera clase, ¿podemos hablar si quieres?
Él levantó la cabeza y me sonrió, nos dirigimos a la cafetería más cercana, no había casi gente, así que pedí dos jugos.
-¿Cómo te llamas? -pregunte
-Soy Kayden Crowell-dijo nervioso.
-¿Crowell?- reaccioné sorprendida - de las empresas Crowell S.A ... , son muy conocidas-¿cómo te golpeaste?
- Fueron unos chicos de la escuela a la que voy por ser ……...
-No te escuche, perdóname-le dije confundida- esos chicos deberían aprender a no humillar a la gente ¿sabes?
-OMEGA -Dijo llorando
Quedé paralizada, mis padres me habían hablado de los tres géneros Alfa, beta y omega, mis padres eran betas, así que no me había encontrado con un omega antes.
-Son unos idiotas- le dije, solo porque se sienten superiores te molestan y no basta con un simple golpe, tiene que herirte en lo más profundo.
-¿Lo entiendes? -me preguntó confundido
-Mi vida ha sido relativamente difícil soy beta así que somos normales en esta sociedad no tenemos características especiales como ustedes ni la fuerza y altura de un alfa así que nos acomodamos a las situaciones, cuando tenía 12 años en mi escuela me humillaron por mi subgénero.
-¿Fuiste a una escuela para alfas?-pregunto intrigado
-Si logré entrar por mis calificaciones, este año me gradúo, pero no fue nada fácil.
Los ojos de Kayden se iluminaron dejando ver una sonrisa muy bella y tierna.
-Gracias - me dijo mientras me abrazaba -¿cómo te llamas?
-ah, olvide decir mi nombre, dónde están mis modales, soy Leah Collins, este es mi número por si me necesitas, ya sabes para darle una paliza a esos tipos.-le dije mientras pagaba la cuenta.
-Nos vemos y gracias por el jugo.-salió de la cafetería.
Mire el reloj ya no alcanzaba a llegar a la primera clase, entre al salón y muchos de mis compañeros hablaban sin notar mi presencia.
-Hey tú -Gritó alguien
En serio, sentí un balón golpear mi cara y dejarme en el piso inconsciente, por desgracia el día ya no podía empeorar. Desperté en la enfermería con un cubo de hielo en mi cabeza envuelto en una tela.
-Despertaste- dijo la enfermera
-¿qué pasó?-pregunté
-Nada lejos de una contusión leve, no te preocupes, no olvides tomar esto para el dolor, y el director la espera en su oficina.
Le agradecí aún con dolor de cabeza y entre en la oficina del director
-Señorita Collins, un gusto verla.
-Muchas gracias, señor ¿qué sucedió?-pregunté
-No se preocupe señorita, fue un caso de bullying que no vamos a tolerar, ¿alcanzo a ver quien la golpeó?.
-No señor, todo fue muy rápido.
-Señorita Collins usted fue aceptada en esta institución por sus notas brillantes sin embargo no podemos seguir permitiendo estos abusos y muchos de los padres de sus compañeros pidieron que la expulsara.
-¿qué?- Grite -soy la mejor de la clase y no he hecho nada malo porque usted?
-Señorita, usted conoce las reglas, la aceptamos como beta, sin embargo los directivos se enteraron y no pensaron que fuera bueno para nuestra reputación-dijo entregándome mis certificados de notas.-Usted es muy inteligente, pero conoce las reglas de la sociedad actual, por eso solo la quiero ayudar, sé que faltan algunos exámenes, sin embargo puede continuar su último año en esta escuela.
-¿Me está diciendo que?- pensé
-Felicidades señorita Collins - dice
-¿Sabe que esto es discriminación de género?-le dije furiosa
No contestó, sólo me entregó los certificados de notas y la dirección de la otra escuela, no me dio tiempo de agradecer, mi enojo fue mayor. Salí de la escuela, monté mi patineta, aún dolía mi cabeza así que al llegar a la cafetería me senté en la acera un momento.
-NO, POR FAVOR PAREN-el grito de un chico se escuchó
Me acerqué para ver qué sucedía y vi que Kayden soltaba un aroma a fresas de su cuerpo.
-BASTA -grité
Los tipos voltearon a verme, eran muy altos y sus feromonas eran fuertes.
-¿qué tenemos aquí?- preguntó uno de ellos
-una pequeña rosa Beta, Mm - dijo el otro acercándose lentamente
-¿Estás asustada? -preguntó el tercero
Tenía tanta rabia de lo sucedido esta mañana que tome mi patineta, recordé lo que mi hermano me había enseñado para defenderme, sin embargo tenía miedo. No podía dejar solo a Kayden.
-No realmente, pero creo que no tengo la necesidad de volver a ver tu cara ¿Tony?- dije riéndome mostrándole el certificado de notas.
-¿Cómo sabes mi nombre?- dijo el alfa de cabello claro inquietado
-Tú me golpeaste con ese balón ¿no? - Grite
-tú eres la beta de la escuela - rió sarcásticamente
No sabía como reaccionar, me golpeo fuertemente en mi brazo derecho sin aviso y otro en mi ojo , dejándome indefensa mi cabeza aún dolía.
-NOOOO- gritaba kayden desde el fondo del callejón.
-BASTA, NO LO TOQUEN - grité, mientras usaba mi patineta como arma, recordé los pasos que mi hermano me había enseñado esta vez con más rabia, dejando al primero en el piso, el segundo se me acercó por la espalda lo golpee en sus partes íntimas tirándolo al suelo y el que sostenía a Kayden con un solo golpe en la cabeza con mi patineta fue suficiente para soltar su agarre de él.
Tome a Kayden suavemente y huimos del lugar estaba algo mojado.
-Thomas, ¿me escuchas? -le decía a mi hermano por teléfono
-¿Qué sucede? -pregunto
-Encontrémonos en la casa de Charles él puede ayudarnos, por favor, no tengo fuerzas.- dije mientras se me cerraba los ojos llegando a casa de Charles.
-LEAH, LEAH- fue lo último que escuche antes de desmayarme.
Desperté en la cama de Charles, Kayden estaba junto a mí.
-Leah, ¿estás bien?-preguntó mi hermano
-si ¿cómo llegamos aquí?-pregunté
-Llame a Charles, él los vio en el piso, unos alfas los perseguían, pero se fueron como cobardes, estaban tras Kayden, él estaba en celo.
-¿Celo?
-Si su ciclo de calor, cuando se vuelven más fértiles.- Aclaró Charles.-¿ya te sientes bien?
-Si, solo estaba preocupada por Kayden.
Charles un amigo de mi hermano, él siempre nos ayuda cuando nuestros padres se pelean y nos toca salir de casa, es doctor conoce mucho sobre los géneros binarios.
-Leah, tenemos que volver, hay problemas en casa- dijo mi hermano serio.
-Se molestarán, si me ven así - asegure triste
-lo sé, por eso, cuando lleguemos, por favor di que estás cansada y quieres dormir, así evitaremos problemas.
Dejamos a Kayden con Charles, después llegamos a casa, como siempre mi padre había llegado borracho y mi madre estaba llorando, subí a mi habitación y mi hermano se quedó con mi madre consolándola. Podía escuchar los gritos, sentía punzadas en mi cabeza, cerré mis ojos con la ilusión de dejar todo esto atrás.
A la mañana siguiente, mi madre un poco golpeada hacia el desayuno, fui a la habitación de mi hermano toda su ropa había desaparecido y los cajones donde él guardaba el dinero tenía una nota:
Lo siento tuve que irme, era lo mejor.
Por favor protégete toma el dinero que dejo aquí, anoche la pelea fue muy fuerte, nuestro padre me amenazó, si no me iba, te lastimaba a ti y a mamá. Por favor cuídate, voy a estar siempre contigo. Aléjate de los alfas.
Busqué si había más cosas dentro del cajón, había encontrado un celular que tenía mi nombre, lo guarde y cerré mis ojos, las punzadas en mi pecho se volvían muy fuertes, guarde el dinero, volví a mi cuarto, tenía mil pensamientos en mi mente así que guarde mis cosas en la maleta de viajes, incluyendo la foto familiar que ya no valía nada para mí, así podría encontrar a mi hermano. Me escaparía esta noche. Baje las escaleras, mi padre seguía en la cama sin reaccionar y mi madre no estaba.
-Leah, voy a salir un momento, dejo el desayuno en la mesa, avísale a tu padre, por favor.- dijo mi madre triste.
-Claro, mamá- respondí
Este era el inicio de la pesadilla.
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