¿Alteza? ¿Se había referido a ella como su Majestad? ¿Acaso era una reina? Pero en caso de serlo entonces… ¿De dónde? ¿Cuál era su reino? ¿Y de donde provenía esa enorme ciudad que veía en el horizonte?

Tantas preguntas y ninguna respuesta que pudiese provenir de aquel sueño de un evento pasado que, quizás, nunca hubiese ocurrido en realidad.

La ciudad se veía a lo lejos; pero parecía un espejismo antes que un reino en concreto, sin embargo Colt sabía que aquel enorme reino no era un espejismo ni mucho menos una ilusión óptica provocada por algún Mago Ilusionista: Era una ciudad real  y al igual que ella habían otras cien más que estaban apareciendo por distintas partes de su reinado.

La perversa magia del Rey Oscuro estaba trayendo consigo reinos de otras tierras, otros tiempos y otros mundos con el fin de expandir su maligno imperio. Aquellos portales, que la magia del Rey Oscuro abría, eran los medios de transporte perfectos para que sus tropas asaltasen y asediasen ciudades enteras. Poseyendo un territorio estratégico que se usaba para el viaje dimensional, el Rey Oscuro, era señor de todo reino conocido; pero eso estaba cambiando últimamente, las tropas comandadas por Colt y su amado esposo habían logrado repeler gran parte de las invasiones, teniendo el apoyo de varias especies que tampoco deseaban ser esclavos bajo el yugo de aquel endemoniado psicópata.  Se había formado una resistencia que lejos de ser aplastada a los pocos días, lograron  revertir el curso de aquella invasión a gran escala creando, en el proceso, una Guerra de gran magnitud. Era una guerra entre todas las especies conocidas que peleaban contra las hordas de aquel Rey Demonio, la más grande de todas las batallas con más de trescientas tropas de cada lado, la Gran Guerra que involucró a todas las especies y reinos conocidos; pero que, por desgracia, el tiempo se encargaría de borrar de la memoria de los hombres en las siguientes generaciones.

Colt observaba a lo lejos aquel reino preguntándose a sí misma que estarían planeando, desde que apareció no hubo ningún ataque de los pobladores de aquel reino y tampoco parecía tener intenciones de iniciar uno, aquello le parecía demasiado sospechoso. Su esposo le aconsejó que enviaran a un espía a aquel Reino haciéndose pasar por una de las tropas humanas del Rey Oscuro, Colt desechó la idea de inmediato argumentando que era un asesinato a sangre fría el mandar a un muchacho solo y desarmado a ese sitio; pero su esposo insistió en la idea de que de no hacerlo entonces lo que fuese que estuviesen planeando tendría éxito, su hija Janet también estuvo de acuerdo con la idea y Jinia argumentó que esa idea podía funcionar, aunque Colt sabía en el fondo que Jinia siempre le daría la razón en todo a su esposo porque ella era su consentida, la única que estuvo a favor de Colt en su decisión fue su hija cuyo nombre tampoco lograba recordar en aquel sueño. Ella le dijo a su padre que si las tropas del Rey Oscuro llegaban a enterarse de que había un espía entre ellos, lo más probable sería que cambiaran de estrategia o lo engañaran para tenderles una emboscada. Siendo Colt la absoluta soberana de… ¿Stanio? Y quien tenía la última palabra, decidió que de enviar a alguien allí, seria alguien en el que ambos bandos podrían confiar: un prisionero redimido.

Su espía les envió mas información de la que ellos esperaban: en efecto algo estaban planeando, un ataque por medio del ¿aire? Con un arma tan devastadora que sus propias memorias se negaban a recordar el nombre de aquel armamento; pero que de ser usado entonces el curso de la guerra podía volver a ser revertido siendo esta vez a favor del Rey Oscuro.  En las cartas que su espía les enviaba, se refería a dicho condado como el nuevo reino de York, o al menos eso era lo que Colt recordaba en ese momento. 

Las banderas rojas, que tenían impresas en su centro el rostro de una cabra junto a un pentagrama invertido, ondeaban con fuerza por el viento, Colt no esperaría ni un minuto más en ir a atacar. El viento movió la cabellera de Anaias revelando sus orejas puntiagudas,  ella era una Elfo sobreviviente del ataque a… ¿A dónde? No lo recordaba, mirando a ambas acompañantes, les dijo:

-          Hija, Anaias vuelvan con mi esposo y díganles que el ataque está comenzando, que no tenemos mucho tiempo para perder

-          ¡Madre!- exclamó su hija preocupada- ¡No puedes pedirnos que te dejemos sola con este… desgraciado!

-          No hará falta hija, él también las acompañara y por su bien que no planee nada en su contra o se las verá conmigo- le respondió Colt  observando a Jieng- Li quien notaba como su grado de general corría un gran peligro, desviando su visión a las tropas añadió- quien confíe en este hombre más que en su reina tiene mi permiso de irse, prometo que no le pasara nada debido a que soy una justa soberana a diferencia de…

Con su espada señaló aquel emblema con forma de cabra que se encontraba en las ondeantes banderas del nuevo reino de York y finalizó diciendo:

-          Él

Nadie se movió de su lugar, todos le eran fieles a la reina y Colt lo sabía, del mismo modo que supo del cañón la noche anterior. Con una sonrisa de autentica felicidad, Anaias emprendió la marcha diciendo:

-          Je, será un gusto el volver a ver al Rey- y con un susurró inaudible añadió- es todo un bomboncito

-          Te oí- rió Colt haciendo que Anaias se ruborizara y apresurara su galope diciendo

-          ¡Pero aun lo veo como un amigoooooo!

Mirando a su madre como si fuera la última vez, su hija se despidió diciendo:

-          Suerte madre y resiste lo mas que puedas, la ayuda vendrá en camino pronto- sin perder tiempo partió junto con Jieng- Li quien se encontraba desarmado y furioso con Colt. Tras verlos partir, Colt susurró con ira

-          No la necesito y nunca la necesitaré, la suerte es para los débiles

Dando una exclamación inarticulada, Colt, movilizó sus tropas  dispuesta a pelear en el nuevo reino de York.