Una enorme silueta posándose encima de ella, intimidante y tan fuerte que paralizaba su cuerpo al contacto, sus palabras sonando como inentendibles gruñidos a los oídos de su víctima.
“Si no te resistes no te dolerá” podía leer en sus labios hablando con una sonrisa burlona.
Lena y Rein
Capítulo 3: Lena
-¿Dónde estoy?- Susurró la chica de cabello rosa, estaba recostada en una cama junto a la ventana.
-Ya es de día…-. Se dijo en voz baja comenzando a caer en cuenta de lo que había pasado, a su lado estaba la chica bestia que la había rescatado antes, sentada en el suelo, durmiendo apoyando la mitad de su cuerpo sobre la cama y manteniendo la mano de ella sujeta.
Con cuidado de no despertarla giró un poco para observarla, poniendo atención en sus garras y en el colmillo que se asomaba de entre sus labios.
-No parece peligrosa…- Se dijo retirando la mano para pasarla por el cabello de la chica, su cabello era grueso y áspero al inicio, pero conforme lo acariciaba se sentía sedoso.
Rein abrió los ojos, al ver que la joven la estaba tocando, saltó hacia atrás como si le asustara el contacto.
-¡Buenos días!- Entró Brito abriendo la puerta de golpe y encontrando a las chicas mirándose sonrojadas. El ciervo se quedó unos segundos callados y luego se acercó rápido hacia donde estaba la chica de cabello rosa.
-¡Te ves mucho mejor que ayer! ¿Cómo te sientes?-.
La joven lo miró con atención, enfocándose en los pedazos de cuernos que se asomaban entre su cabello, ignorando esos detalles, mostró una leve sonrisa y le respondió que estaba bien.
-¡Traje el desayuno! ¡Pizza de ayer!-. Exclamó alegre mostrándole una rebanada de pizza.
-¿Hoy también comeremos pizza de ayer?- Le reclamó Rein estando alejada unos pasos de ellos.
-¡No no! Hoy comeremos pizza de ayer y ayer comimos pizza de antier, no confundas, loba-.
La chica sobre la cama hizo un sonido como conteniendo su risa, la pequeña discusión le hizo sonreír de manera natural.
-Lo siento…-. Se disculpó al ver que ambos la voltearon a ver al escuchar su risa.
La loba se puso de pie y tomo una chaqueta -¡Me largo a trabajar!- De rato se escuchó cerrar fuerte la puerta.
-¿La hice enojar?-.
-¡Para nada! Todo lo contrario, creo que más bien le agradas-. Le respondió Brito.
Caminando a prisa, la chica lobo se dirigió a un callejón donde la esperaba un hombre con gabardina, luego de encontrarse se dirigieron a un área baja donde había un ring para peleas clandestinas que estaba rodeado de cámaras, al fondo había una pared llena de pantallas con personas observando a través de dispositivos a distancia.
-Los humanos somos fanáticos de medir nuestro potencial contra ustedes, bestia- Le dijo dándole una palmada en la espalda.
Sin decirle nada, Rein caminó hasta la plataforma posicionándose frente a un hombre de complexión musculosa que la esperaba, las personas comenzaron a abuchear a Rein, dejando claro su apoyo al contrincante que parecía ser bastante popular.
-¿¡Cómo demostraremos hoy la superioridad de los seres humanos ante las bestias!?- Gritó un hombre a la multitud para provocarla. -Nuestra bestia favorita hoy también caerá derrotada, esta vez ante el enorme tifón Kamaleonico!-.
El ridículo luchador enmascarado se la pasaba haciendo poses para marcar sus músculos, siendo ovacionado por el público, Rein por su parte, fue despojada de su ropa superior con la intención de exponerla, las personas se burlaban de su aspecto mientras lanzaban todo tipo de comentarios que resonaban en las bocinas del lugar.
Sin perder más tiempo, la campana sonó dándole la señal al luchador de embestir a la loba y lanzarla contra las cuerdas, el cuerpo de la chica bestia estaba adolorido por la pelea de la noche anterior, la herida en su barbilla comenzó a sangrar nuevamente pareciendo que había sido provocada por aquel luchador que la enfrentaba.
Los asistentes enloquecieron y disfrutaron ver como el luchador sometía y golpeaba a Rein, hasta que nuevamente sonó la campana, dando fin al encuentro.
El presentador subió a la plataforma para levantar el brazo del ganador, quien le agradeció en burla y en voz baja a la chica el espectáculo.
La chica se levantó y manteniendo sus orejas abajo bajó la plataforma, las personas seguían burlándose de ella e intentando ignorarlos tomó su ropa para salir del lugar, el hombre de gabardina la siguió hasta la puerta y le entregó un par de billetes en la mano.
-Tenemos un grupo de retadores mañana, asegúrate de recuperarte, no queremos que nuestra atracción principal se muera-.
Rein frunció el ceño, gruñendo le mostró los colmillos, se puso su ropa y metió el dinero en uno de sus bolsillos -No me importa, mientras no vuelvan a meterse con Brito-.
-Sabes que tenemos un trato- Le respondió el hombre mostrando una sonrisa.
En el departamento, la joven estaba mirando hacia la ventana, se notaba tranquila y sus heridas estaban mejorando.
-Rein no ha vuelto…- Dijo en voz baja sin quitar la vista de la ventana.
-Ella es así, a veces la veo sólo durante la noche, normalmente se lo pasa afuera buscando problemas-
-¿Problemas?- Preguntó preocupada.
-Es un decir, Rein es mitad hombre lobo, es su naturaleza estar de un lado a otro-.
La chica pelirrosa se quedó observando nuevamente a los cuernos de Brito, sin poder resistir más le preguntó sobre su cornamenta incompleta.
Brito sonrió y le dijo que sólo había tenido un accidente, poniéndose de pie se acercó para acomodar su almohada -Necesita descansar, señorita, su cuerpo aún necesita recuperarse-.
Entendiendo el mensaje, la joven se recostó agradeciéndole su ayuda, a los pocos minutos se quedó dormida.
Comenzando a caer la tarde, Rein regresó al departamento, encontrando a Brito cuidando de la chica.
-Toma esto, con esto se completa el pago del alquiler de este mes-. Le dijo entregándole el dinero.
La joven despertó al escucharla, rápido se sentó en la cama e intentó hablarle.
-No deberías estar aquí-. Le dijo Rein dándole la espalda y acercándose a la puerta.
-¡Rein lo siento!- Insistió la joven -Lo estuve pensando… No quise herir tus sentimientos, por favor déjame disculparme contigo-.
La loba bajó las orejas, manteniendo su postura se quedó en silencio unos segundos luego de escucharla.
-No te agradecí adecuadamente- Añadió la chica -Gracias por salvar mi vida ayer-. Le dijo a punto de llorar.
Brito se quedó observando la escena.
-Rein, dale una oportunidad a esta humana-. Le propuso.
Rein finalmente volteó a verla, para entonces la chica ya se había levantado de la cama y se había acercado unos pasos.
Con delicadeza acercó su mano a la mejilla de Rein, acariciando lentamente su cara, cerca de la herida que seguía intentando sanar, al tenerla cerca, se percató de que estaba llena de golpes y cicatrices.
-¿Quién eres?- Le preguntó Rein al sentirse inquieta por tenerla cerca.
La joven bajó la mirada y se disculpó, respondiendo que no podía recordar nada más que el sitio de donde huyó antes de ser rescatada.
-Tenemos que llamarla de alguna manera- Interrumpió Brito poniendo una pose pensativa -¡Ya sé! ¡Cómo mi cantante favorita! ¡Te voy a llamar Lena!-.
-¿Lena?- Repitió la chica lobo ese nombre, como relacionándolo a la imagen de la chica que tenía delante.
Lena sonrió al escuchar a Rein llamarla -De acuerdo, entonces mi nombre será Lena-.
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