2 de julio de 2011 a las 10:32
Philip despertó sobre el sofá de su apartamento. Desplegó la pantalla holográfica de su pulsera y vio la hora. Su cuerpo totalmente entumecido y vestía las prendas que utilizaba para patrullar en las noches, aunque estaban sucias y en la extremidad derecha, desgarrada. Su brazo estaba cubierto con una venda desde muñeca hasta el codo.
Los recuerdos de lo que sucedió, luego de que una bola de energía oscura lo golpeó, eran confusos.
Apenas despejó su mente un poco, salió corriendo hacia el balcón del apartamento y suspiro de alivio al ver que la ciudad aún estaba allí, exceptuando parte del centro.
El televisor estaba encendido. Allí transmitían las noticias matutinas.
“Una explosión en la sede del departamento de contención de energía oscura deja al departamento prácticamente fuera de funcionamiento”.
Philip quedó boquiabierto y su piel palideció. El único escudo que la población tenía para evitar más incidentes relacionados con los psychis desapareció. Nunca se estuvo en una situación de tanta vulnerabilidad y el miedo, desesperación y rencor se dispararían en cualquier momento.
—Tch.
“El alcalde informó que, a pesar de todo lo ocurrido el último mes, una ley tan controversial como la reforma oscura recién sería aprobada dentro de tres meses como mínimo, pero que está haciendo todo lo posible para evitar más muertes. En concordancia con lo anterior, el Primer Ministro rechazó el pedido del alcalde para movilizar gran parte de las Fuerzas Armadas del país a la ciudad. En última instancia, el alcalde realizó otro pedido, pero esta vez a la organización mundial de héroes, para que un grupo de héroes locales de otros países sean trasladados a la ciudad aunque todo apuntaría a que ese pedido también será rechazado porque violaría las normas de la organización. A Melbourne solo le queda confiar en el héroe clandestino, “Zero”, no obstante, pocos creen que él sea capaz de revertir la situación actual, que aún no tiene una explicación”.
La frustración lo agobió.
Luego de escuchar todo eso en silencio, Philip apagó el televisor, empezó a desvestirse, se quitó la venda y ahí lo vio, su brazo completamente corrompido por la energía oscura.
Aparte de la carne quemada y la sangre, había marcas moradas irregulares que recorrían verticalmente toda esa zona.
Se duchó, se colocó otra venda en el brazo y, luego de vestirse con ropas deportivas de invierno, salió a correr.
Normalmente no tenía un destino y solo daba algunas vueltas para ejercitar sus piernas, pero, aprovechando que habían comenzado sus vacaciones, se dirigió a varios kilómetros al noroeste, a una gran biblioteca estatal. Debajo de ese edificio se encuentra la clínica Hecker, que atiende el hermano mayor de Bill, Leonard.
—Hola, Leon, ¿Cómo va todo por aquí? —Philip saludó a Leonard luego de entrar en su oficina.
El médico tiene alrededor de treinta años, cabello corto de color castaño claro. Es alto, de al menos un metro y noventa centímetros. Viste una camisa celeste debajo de una bata blanca y un pantalón de vestir gris.
—Últimamente fatal. Están llegando heridos de a decenas. ¿Esto no será culpa tuya verdad? —dijo Leonard con un tono frío.
—En parte sí, pero la ciudad es un caos independiente de si yo haga algo o no y parece que todo va a empeorar de aquí en adelante.
—Me hago una idea de lo que puede estar pasando allí afuera. —Leonard cerró los ojos. Hubo un silencio de unos segundos antes de que él volviera a abrirlos y siguiera hablando—. ¿A qué has venido? Interrumpiste mi descanso por lo que espero que sea algo interesante.
—Oh, eso. —Philip se sacó la chaqueta deportiva y desprendió el gancho que sostenía la venda en su brazo. Poco a poco se fue revelando la herida que tenía—. Me hice esto anoche jugando un poco.
Leonard abrió los ojos con sorpresa.
—Hace tiempo no veía un sello tan grande.
—¿Sello?
—Sí. Cuando una gran cantidad de energía oscura golpea el cuerpo de un humano deja una marca. Esta va creciendo a medida que esté expuesta a más energía oscura. Esto se lo llamó sello hace varios siglos. Es poco común ver uno tan grande. Debiste haber recibido un ataque bastante poderoso.
—Si… Voy a ser directo, ¿Hay alguna forma de quitármelo?
—Cortándote el brazo… Quizás. Realmente no es algo que puede extraerse sin ninguna consecuencia, la energía oscura penetra hasta tu hueso y se asienta allí.
—Paso de ese método. ¿Alguna recomendación?
—Si… Si no quieres morir, deberías alejarte completamente de la energía oscura.
Una voz fría y contundente golpeó los oídos de Philip.
1 de julio de 2011 a las 22:57
—¡Hey! ¡Chico! ¡Despierta!
Mientras Philip estaba confundido debido al shock, alguien lo abofeteaba. Se trababa de la chica del qipao rojo, Willo.
—Ya acabé con el idiota que te hirió. Cielos, meterte en estas cosas, ¿Qué tan estúpido puedes ser?
—¿De qué hablas?
Philip estaba algo confundido. Él sentía que había pasado mucho tiempo desde el ataque del secuaz de The Redhead.
—Que te vayas a tu casa.
—¿Por qué no me matas?
—¿Por qué debería perder el tiempo con un debilucho como tú? Vete y no vuelvas a involucrarte con la energía oscura ni con las piedras Eyre. Claro, eso si no quieres morir. Te podría ayudar si buscas lo contrario.
Philip miró con desprecio a Willo y ella se rio de él.
¿En serio voy a permitir que alguien como ella pueda cumplir cualquier deseo?
Héroes Locales:
Los “Héroes Locales” son personas, con habilidades especiales o sobrehumanas, que contratan los distintos gobiernos de cada país para reducir o eliminar las amenazas que la policía ni las Fuerzas Armadas puedan afrontar.
La Organización Mundial de Héroes (OMH) nació de un acuerdo de 180 naciones que buscaban regular las actividades de los héroes, que por ese tiempo, se realizaban de forma clandestina. El acuerdo consiste en que ningún héroe puede realizar su trabajo fuera de su territorio asignado, excepto cuando son llamados por un país o ciudad que declara el estado de emergencia total.
Cada país establece de forma individual las reglas para sus programas de héroes locales. Las reglas en Australia son las más exigentes del mundo, por lo que nadie aplicó al programa aún.
También hay que tener en cuenta a los “Héroes Urbanos”, personas que desde la clandestinidad luchan de forma continua por el bien común, hasta que puedan solicitar su regularidad como héroes locales.
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