“Creo que te pareces a él”
El soldado de la pistola junto al soldado de la espada, cada uno en frentes de batalla diferentes, pero destacando por igual. Todos los admiraban, todos querían ser como ellos. Fueron ejemplos para la sociedad de su país a pesar de ser Psychis. Parecía tan irreal.
No todo era bonito. Ellos estaban caminando a través de un pantano lleno de los cadáveres de los enemigos a los que tenían que aplastar. Estaban llenos de arrepentimiento y frustración.
Se limpiaban la sangre de sus rostros y lo justificaban diciendo que era por un objetivo mayor. A la vez se preguntaban si existía algo que justificase la muerte de otra persona.
El soldado de la pistola buscaba que todos aceptaran a los Psychis en la sociedad, aunque signifique que todos ellos los odien a él. El soldado de la espada, en cambio, buscaba erradicar el odio hacia los Psychis. Objetivos similares, pero desde distintos puntos de vista, pueden generar conflicto. Ellos no se veían entre sí como un igual, querían estar alejados lo máximo posible uno del otro y cuando dejaron de ser soldados para convertirse en héroes, las diferencias se expusieron aún más. No solo en la forma de pensar, también en la de actuar. Mientras el héroe de la espada buscaba hacer recapacitar a los Psychis que habían tomado el mal camino, el héroe de la pistola los castigaba e intentaba plantar temor para evitar que se creen más Psychis criminales.
Los dos métodos fueron aceptados por dos partes distintas de la sociedad, llevando a una radicalización de ambos sectores que estalló con el anuncio del proyecto de ley bautizado como “Reforma Oscura”.
“¿Acaso será que el héroe de la espada, vive dentro de ti?”
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