1
El alcalde del pueblo saludó a la señora Dinnie haciéndole una reverencia y procedió a presentarnos
- Buenas noches señora Dinnie, lamento molestarla a esta hora; pero estos señores son de la unidad policial conocida como los Exploradores del Multiverso y tienen deseos de hablar con usted
- Buenas noches señora- la saludó Linnet estrechándole la mano con fuerzas, por fortuna se contuvo o habría terminado rompiéndole los huesos a la Señor Dinnie debido a la fuerza de ese apretón- espero no haberla despertado; pero tenemos unas preguntas que hacerle y quisiera que nos ayudase en nuestra labor
- No se preocupe señorita- le respondió la señora Dinnie manteniendo su agradable sonrisa. Su voz, aunque estaba avejentada, aun mantenía un volumen aceptable y una sorprendente fuerza en su dicción - últimamente sufro de insomnio y no duermo muy bien, aparte de que es el día de San Patricio y los pobladores de Standford suelen festejar a todo pulmón, ahora ¿En qué puedo ayudarles?
- Hay unas preguntas que le debo hacer, sepa comprender que es por el bien de su tierra- le respondió Linnet manteniendo su estricta conducta
- Ya veo, ya veo- asintió la señora Dinnie sobándose el mentón- bueno, entonces no perdamos más tiempo y comencemos. Además me gustaría que entraran, la noche esta fría y he horneado galletitas
- Muchas gracias señora; pero no será necesario, le prometo que será rápido- le respondió Linnet con una sonrisa agradable, moviendo los dedos de su mano derecha en señal de que no era necesario tal recibimiento
- ¡Pamplinas!- exclamó la Señora Dinnie con una risa muy fuerte- casi nunca tengo visitas y estaré encantada de responder a sus preguntas; pero ahora vamos a la cocina que empieza a hacer frio y estos viejos huesos ya no lo resisten como antes
La señora Dinnie tenía razón, un viento helado comenzaba a soplar en aquella oscura noche, entramos al castillo y cuando me fijé a mis espaldas pude notar que el alcalde había vuelto al pueblo para continuar con la celebración.
2
La sala de estar de aquel castillo era hermosa e increíble. Sus paredes eran oscuras, por lo menos la oscuridad de la noche no me dejaba ver su verdadero color, había unos hermosos sillones hechos de oro con respaldos y asientos rojos junto a una pequeña mesa de madera simple como humilde, quizás demasiado humilde. En el centro, iluminando la habitación, se encontraba una hermosa chimenea cuyo fuego era enorme y muy caluroso.
La señora Dinnie se movía muy bien para su edad; pero había momentos en los que se detenía un poco para poder sobarse las rodillas. Intenté ayudarla a caminar en varias ocasiones; pero ella se negaba.
- Es muy amable de su parte Jovencito- me decía con una sonrisa que mostraba una dentadura demasiado perfecta para su edad- pero no se preocupe por mí, estas son cosas que vienen con la edad y uno se acostumbra
- Señora Dinnie, por favor, no sea tan orgullosa y permita que la ayudemos. Mi amigo es muy caballeroso, pero siempre tiene razón en su accionar- insistió Linnet sujetando con su mano a la señora Dinnie y enderezándola un poco para que pudiese caminar mejor
- Me alegra saber que las buenas costumbres existen en todas partes, inclusive en otras tierras- le agradeció la señora Dinnie continuando camino
Cuando llegamos a donde estaba la cocina de aquel magnifico castillo, nos sentamos dispuestos a continuar con la investigación. La señora Dinnie se sentó cerca del fuego de la chimenea mientras que Linnet se sentó en la misma mesa y yo me senté en un sillón, cuando vi a la Exploradora de Grumsier comencé a toser para indicarle que se ubicara en otra parte.
- Siéntate cerca del fuego querido, la noche está muy fría y no quiero que te enfermes- me habló Linnet con dulzura y le dijo a la señora Dinnie- en algunas ocasiones tengo que cuidarlo como si de un niño se tratase
- Usted es muy agradable jovencita- rió ella- ahora ¿Qué era lo que quería preguntarme?
Linnet sacó del bolsillo de su enorme abrigo una lista y comenzó el pequeño interrogatorio.
3
Linnet comenzó a preguntarle a la señora Dinnie algunas cosas extrañas y yo decidí callar para saber que hacer a continuación:
- Señora Dinnie hace una semana atrás uno de nuestros Exploradores, llamado Kronnos, intentó comunicarse con nosotros diciendo que podía haber un clase 2 en la zona; pero este evolucionaba drásticamente a un posible clase 3. Su última comunicación decía que había posibilidades de que una raza peligrosa se encontrase en un pequeño pueblo llamado Standford. El teniente Grutsie nos mando a buscarlo y saber que podía estar pasando; pero puedo ver que su pueblo se encuentra en un perfecto estado, por lo que le hare las siguientes preguntas ¿Esta lista?
- Claro que si señorita…- asintió la señora Dinnie manteniendo su agradable sonrisa
- Llámeme Linnet y este muchacho guapo a mi lado se llama John- rió ella dejando de lado toda aquella severidad
- Puede preguntarme, querida- le pidió la señora Dinnie con un tono tranquilo
- ¿Usted ha visto a alguna persona de aspecto misterioso o sobrenatural en su pueblo últimamente?- le preguntó Linnet con la misma frialdad de un detective de Scotland Yard
- No Linnet, no he visto a nadie que no conozca, ni siquiera a su amigo Kronnos- le respondió la señora Dinnie con suma tranquilidad
- Ya veo ¿Ha escuchado de algún problema que sucediese en un pueblo o ciudad cercana?- continuó Linnet con su interrogatorio
- Lo único que escuche fue que el joven Stimpson le estaba siendo infiel a su novia- le contestó la señora Dinnie con un tono de sorpresa e indignación- ¿Puede imaginarlo? Yo nunca hubiese esperado eso de ningún jovencito en mis épocas ¡Con esta juventud una nunca sabe a dónde vamos a parar!
- Fuera de eso ¿No escuchó nada sobre alguna especie sobre natural o alguna maquina que no conozcan que de problemas en ciudades vecinas?- le preguntó Linnet manteniendo su fría tranquilidad
- De criaturas sobrenaturales lo único que he visto han sido una pequeña cantidad de Arañas que antes no abundaban por el pueblo y si habla de maquinas desconocida pues esa imprenta sigue siendo un invento del Diablo- le contó la señora Dinnie manteniendo aquella actitud de sorpresa e indignación
- El alcalde dijo que había conocido a alguien de nuestra unidad ¿pero usted dice que no vio a nadie que usted no conociera últimamente?- resaltó Linnet aquella contradicción que la señora Dinnie se apresuró en aclarar cuanto antes
- Linnet, querida, yo no soy el alcalde. Si él conoció a algún compañero suyo entonces así debe haber sido; pero yo no vi a nadie desconocido estos días. Aparte de que el alcalde siempre me habla de su cuerpo policial con mucha admiración, por eso sé de ustedes sino me sorprendería ver a una bella muchacha vistiendo ropas tan masculinas
Linnet se sonrojó por un momento; pero continuó con su interrogatorio:
- Esas Arañas que usted menciona ¿Cuándo aparecieron por vez primera?
- Hace unas semanas atrás ¡pero si usted las viera: son enormes, deben tener el tamaño de una taza de té!- afirmó la señora Dinnie con un tono de temor y exaltación
- Bueno, le agradezco su cooperación señora Dinnie, mi compañero y yo nos retiramos- finalizó Linnet con su interrogatorio guardando su libreta en el bolsillo de su enorme abrigo verde
- ¿No se quedan a tomar una taza de té? Tengo unas galletitas recién salidas del horno- nos invitó la señora Dinnie con un tono amoroso; pero Linnet negó aquella petición diciendo
- Es muy amable, pero tenemos que retirarnos , aun debemos descubrir en donde se encuentra nuestro compañero
- Como deseen, espero que tengan suerte, los acompañaré a la salida- nos ofreció la señora Dinnie manteniendo su encantadora actitud, Linnet nuevamente se negó diciendo con una sonrisa agradable, aunque un poco forzada
- No hará falta, sabemos dónde queda, gracias. Hora de irnos John
- Hasta luego señora Dinnie fue un gusto conocerla- me despedí, levantándome de mi asiento
- Igualmente joven- se despidió ella con un tono de voz muy extraño, para nada anciano y muy posiblemente ¿Apasionado?
4
Cuando salimos del castillo, Linnet se detuvo sacando de su abrigo su papel, observándolo. Dando un quejido de molestia, lo arrugó y arrojó al suelo. Me acerqué a él y lo levanté, pudiendo leer lo que este decía:
“intenta hacer que se contradiga a sí misma”
- Si querías saber algo de ella pudiste simplemente leer su cabeza, Linnet- le contesté sintiéndome muy enojado- es una anciana adorable, no comprendo por qué le hiciste ese frío interrogatorio
Ella rió con fuerzas, como si le hubiese contado un buen chiste, mientras se dirigía al pueblo.
- ¿En serio te creíste ese espectáculo?- me preguntó todavía riendo- nadie actúa así y menos en el siglo dieciocho. Parecía un cliché o estereotipo de anciana y no una viejita real
- ¡Qué descaro Linnet! No me dirás que esa señora no es lo que aparenta ¿Verdad?- le contesté indignado
- Lección numero uno, John- me respondió Linnet volviéndose hacia mí con una expresión de seriedad y enojo en el rostro- nada es lo que aparenta. Sé que vienes de un mundo en donde todo es, hasta un cierto punto, inocente; pero lo que enfrentaras a mi lado no tiene nada de inocente. Pueden tomar distintas formas e inclusive llegar por donde uno nunca espera que lleguen. Si el informe de Kronnos es correcto entonces podríamos estar delante de un ser potencialmente peligroso
- ¿Quién crees que pueda ser?- le pregunté sin dejar de confrontarla; pero sintiendo mucha curiosidad por el asunto
- Un ser más antiguo que tu propio mundo: la primer esposa de Adán- me respondió Linnet manteniendo un cierto tono de resentimiento en su voz
- ¿Eva?- pregunté sorprendido; pero ella negó con la cabeza y me respondió
- Lillith- era la primera vez que oia ese nombre, no sabía de quien me estaba hablando y tampoco me importaba debido a que mis enseñanzas religiosas nublaban mi juicio y me obligaban a decirle
- Dices tonterías- sin querer continuar la discusión emprendí camino colina abajo hacia el pueblo, Linnet me vio con pesar, volviendo a negar con la cabeza, añadió con severidad
- Solo por si te lo preguntas, leí su cerebro y esa “adorable ancianita” sabe más de lo que dice quizás mucho mas
5
La fiesta en el pueblo había terminado, todos los pobladores se habían retirado a dormir y la noche hacia ver al pequeño pueblo de Standford de una forma apacible. Sin embargo, al contemplar como la luz de la luna que iluminaba aquel pequeño pueblo, no pude evitar sentir un leve escalofrió. Todo era oscuro y tétrico, lejos de parecer un pueblo de cuentos de hadas ahora parecía un poblado fantasma. Casi de inmediato escuché un ruido, parecían el sonido de una gran cantidad de patas que caminaban a la vez, y me di vuelta para ver de dónde podría haber provenido aquel sonido; pero no había nada. Pensé que podía tratarse de mi imaginación cuando lo escuché de nuevo y lo vi: aun en la oscuridad de la noche pude ver cómo, entre las casas de ese pueblo, se movía una silueta enorme. Solo fue por un momento, debido a que este ser se movió a una velocidad escalofriante. Me quedé sin aliento porque no sabía que podía ser aquella criatura cuya silueta era horrorosa, antes de poder moverme n solo centímetro, lo escuché moverse más cerca de mí y quise gritar cuando una mano tapó mi boca, para que no emitiera ningún ruido, era Linnet. A la luz de la luna pude ver como su hermoso rostro reflejaba una gran preocupación.
- No estamos solos- susurró con una voz dura y fría, tenía su arma cargada y lista para disparar en la mano
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