Luego de los acontecimientos con el pueblo, ambos deciden vivir en el bosque. Luego de conversarlo durante un largo tiempo, entendieron que, si se movían a un lugar con personas o zonas residencias como en la que acababan de estar, volverían a poner en peligro a esas personas, no podían cometer el mismo error dos veces y arriesgar más vidas. Entonces, ahora ellos viven como el ser humano vivió en sus inicios, en la naturaleza, cazando, buscando alimento y una fuente de agua; no sabían que tan adentrados deberían de estar en el bosque, pero mientras más profundo, más seguro estarán las personas y más difícil sería que los encontraran.
Caminaron por varios días hasta que encontraron un lugar lleno de colinas, entonces deciden construir su casa dentro de una de las colinas, sería un trabajo exhausto, pero tendrían un lugar donde se almacene el calor y ser protegidos de la lluvia. Van hasta el cerro más lejano y ahí comienzan a cavar. Les tomó cerca de cinco horas el poder cavar el interior de la colina, pero estaba anocheciendo, al menos tenían un lugar donde descansar, ya en la mañana pensarían qué otras cosas hacer con el interior.
Al despertar, deciden ir hacia el rio que encontraron antes de llegar al lugar en el que están; el agua era dulce y podían refrescarse y lavarse. Le limpian la cara y los brazos de toda la tierra que moviendo; juegan un poco en el agua y luego vuelven. Platican un poco sobre cómo mejorar el lugar, no podían dejarlo como está y si no comenzaban a hacer remodelaciones, los animales e insectos comenzarían a apoderarse del lugar.
Lo primero que se le viene a la mente a Hana es que deberían de cubrir las paredes, el suelo y el techo con barro o algo que impida que se filtren insecto o el agua. Entonces van hasta una montaña cuya tierra es arcillosa, entonces llevan tanto como pueden en enormes hojas y al llegar cavan un hueco en el suelo y meten la arcilla ahí, mezclan con agua y cuando la arcilla se convirtió en barro comenzaron a colocarla sobre toda la superficie interna de la colina, pero era muy grande el lugar y tuvieron que traer arcilla incontables veces y mezclar y colocar sobre las paredes el barro hasta el cansancio. Al llegar la noche, aun les faltaba el techo y otra pared y la mitad del suelo. Están tan cansado que no podían moverse más, solo se acostaron uno junto al otro y durmieron profundamente.
Al siguiente día, continúan con la tarea de seguir colocando barro sobre los lugares faltantes, a pesar de que sus brazos y piernas estaban adoloridos, continuaron hasta que al llegar el ocaso. A pesar que sus brazos ya no respondían, lograron terminar el trabajo, pero ahora tenían un problema, no había alimento; el cansancio era tan grande que no podían moverse para ir a buscar algo de comida, simplemente durmieron hasta el siguiente día.
Aunque llevaban más de una hora despiertos, ni él ni ella lograban levantarse del suelo, les dolían tanto los músculos que un simple movimiento les provocaba gran ardor. Solo se quedaron mirando el techo y sintiendo el fresco del piso. Hablaron un largo tiempo sobre cosas del pasado, los buenos momentos, los malos, los raros; aun sí, el hambre los debilitaba, aunque estuvieran cansados y adoloridos, si no empezaban a alimentarse, podrían empezar a enfermarse.
Pero el cansancio se había apoderado de ellos y sin darse cuenta, se durmieron. A la mañana siguiente, aun les dolían los músculos, pero podían moverse, aunque con mucho dolor. Deciden ir hasta el rio que se encontraba cerca, llevan un palo largo y una liana de un árbol; le quitan la parte de encima a la liana, la amarran sobre el palo y lanzan la liana sobre el agua, se sientan a esperar a que algún pez muerda la liana, pero luego de varios minutos no lograban conseguir nada.
No funcionaba, pasaron dos horas y no lograron nada, entonces se lanzan sobre el rio y se quedan quietos hasta que algún pez se les aproxime. Se calman, esperan, y un pez se acercó a Carlos, toma el palo y golpe al pez con la punta que había convertido en estaca. Al fin lograron obtener su primer alimento después de varios días agotadores. Hana utiliza una de sus lágrimas para quemar hojas secas y así tener fuego; cocinan al pescado y se alimentan con él, pero no era suficiente, entonces deciden crear una canasta de madera en forma de domo con una entrada apuntando hacia el lado que fluye el rio ya que los peces van en dirección opuesta.
Luego de varios intentos lograron crear una canasta que no se desmantelara y la colocaron sobre el río. Al final del día, fueron a ver la canasta y habían atrapado varios peces, lograron descubrir un método efectivo para cazar peces, pero necesitaban también carne, pero por el momento decidieron disfrutar de lo que habían conseguido.
Un día después, decidieron un objetivo, comenzar a cazar animales ya que necesitaban también alimentarse de carne; recorren el bosque con cuidado, exploran cada lugar, observan los árboles, los lugares oscuros y lugares donde había demasiadas plantas, perfecto para esconderse. Mientras exploraban, lograron encontrar un conejo, deciden perseguirlo, lo tenían en la mira, pero no pudieron atreverse a matar al animal y lo dejan ir. Continúan buscando algún otro animal, hasta que encuentran a un zorro; con mucho cuidado avanzan hacia él, cualquier ruido lo puede alertar y escaparía.
Hana lo tenía en la mira y le lanza una lágrima eléctrica haciendo que el zorro muera al instante, toman al animal y marcan un árbol con una enorme equis y regresan a su casa; ahí tienen mucho cuidado con no atravesar los órganos del animal y cuando terminaron, cocieron la carne.
El tiempo fue pasando y encontraban nuevas formas de cazar tanto en tierra como en el río, sabían cómo conseguir alimento, pero al no tener una nevera, era limitada la carne que podían guardar. Comenzaron también a cultivar, vivían como campesinos, rodeados de la naturaleza, sin preocupaciones, parecían una familia viviendo una vida pacífica.
Sin embargo, de vez en cuando recordaban el por qué estaban ahí; si regresaban a la ciudad podría repetirse la historia de involucrar a inocentes en una pelea que no tienen nada que ver. Esto los inquietaba, pero aceptaron su nuevo estilo de vida y así pasaron dos meses.
Ya no se preocupan por arriesgar vidas, ya no les preocupaba la situación actual del enemigo, no pensaban y nada que los afectara, tan solo decidieron vivir en paz en lo profundo del bosque. Para él era como un sueño, vivía junto con una mujer hermosa y parecían una pareja de casados, pero no dijo nada, en cambio la chica le parecía relajante el tener compañía; recordó el tiempo que estuvo cautiva y lo que le hicieron, pero con él no siente ese miedo, no siente impotencia, sentía que podía vivir con él por siempre.
Una noche mientras dormían, algo los despertó, las aves del cielo estaban alteradas, no sabían porque, pero salieron a ver qué estaba sucediendo. Caminan un poco, intentan ver en medio de la oscuridad, pero no notaron nada. Sea lo que sea que haya asustado a las aves, puede que ya se haya ido, o pudo ser una rama que se rompió y las asustó, pero el miedo que los invadió en ese momento les recordó la razón por la cual están ahí y si seguían huyendo, jamás lograron tener una paz completo, ni una vida de felicidad.
Esa mañana ambos hablaron sobre lo sucedido. Él menciona a los que los están persiguiendo, si no los enfrentan, seguirán intentando capturarlos. No les gustaba la idea de volver a poner en riesgo a civiles, ni a hogares. Sin embargo, toman la decisión de pelear contra quienes los están buscando y acabar con todo.
Agarran sus dos maletas, las llenan con cosas que necesitan para sobrevivir en la ciudad, se limpian la tierra que tienen encima y se despiden de su hogar una última vez, cierran la puerta y van camino a la ciudad decididos a pelear con todas sus fuerzas. Lo que ellos no sabían era que, a partir de este momento, iban a pelear contra sujetos especiales muy poderosos que los obligarán a rebasar sus propios límites.
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