/No te muevas guapo, te curaré enseguida/ La vieja fea se acercó a mi y antes de que me diese cuenta me besó
-¡AHHHHH! ¡Que ascooooo!- Grité apartándome de ella, de repente empecé a curarme
-¿Qué está pasando?-Pregunté viendo como mis heridas comenzaron a desaparecer
/Es obvio Chico, has recibido el beso sanador de un hada/
-¿Un hada?- Pregunté, yo me imaginaba a las hadas como mujeres hermosas con alas de mariposa, no una vieja que parece un troll
/¿Acaso no sabes nada del mundo chico?/ Preguntó la vieja… quiero decir el hada .
-¿Si eres un hada donde están tus alas?- Pregunté con desconfianza
/Aquí, míralas/ El hada se giró permitiéndome ver en su espalda un par de alas de mosca, eran muy pequeñas, no creo que pudiesen levantar en el aire a la vieja, era como ver una morsa con alas de gaviota.
-Oh, ya veo- Tras decir esto se formó un silencio incómodo, para no sufrir más decidí irme de allí.
Por el camino me encontré con Ashe… Ashe… el enano tsundere, este al verme se puso rojo intentando contener la risa.
-Ríete lo que quieras, estando tan abajo nadie te va a oir- Le dije a modo de mini venganza
^Seré bajo, pero a mí no me comió los morros un hada^ respondió riéndose
-Por lo menos yo no salí corriendo al ver una bolita de pelo- Contesté
^No, a ti te dio una paliza una bolita de pelo que es peor^ Ese enano empezaba a ponerme de los nervios
-¿Ah si? Pues yo no ando espiando a la gente cuando hace sus necesidades- El enano se puso rojo con mis palabras
^Yo… yo no quería mirar… es que tu… tu… gritas como un gato cuando le pisan la cola y me preocupé^ Justo en ese momento mi sentido de Fujoshi se encendió, le gusto al uke tsundere, tiene que ser eso, no le culpo, ahora tengo cuerpo de papucho y mi pito es como el de un caballo.
-Viendo lo rojo que estás parece que te gustaron las vistas- Dije arrinconándole contra la pared
^Yo… no…¡no me gustó, deja de decir tonterías!^ Cada vez estaba más rojo, siempre había querido arrinconar a un uke así, pero con mi cuerpo de loli anterior no podía hacerlo, lentamente acerqué mi cara a la suya
^ A, Aléjate o lo pagarás caro…^ Hice caso omiso a sus palabras y me seguí acercando, de repente sentí un golpe seguido de un dolor horrible, peor que el de la paliza de la bolita de pelo, ese retaco tsundere me había pateado las pelotas, ahora sabía lo que los hombres sentían y era realmente horrible, me agarré la zona y me puse en posición fetal llorando en el suelo
^Te está bien empleado por acosador^ Aun rojo el demonio enano que había destruido mi posibilidad de tener hijos se fue dejándome en el suelo, que forma tan rápida y letal de inmovilizar a un hombre.
Después de unos cinco minutos pude empezar a moverme otra vez, encorvado pues aún no podía erguirme del todo caminé hasta mi habitación y me tumbé en la cama.
A la mañana siguiente se retomaron las pruebas, solo quedábamos unos pocos por hacerlas, una de esas personas era la chica de pelo verde que se veía moe moe, caminó al frente con elegancia pero sin perder lo moe, cuando llegó al punto desde el que se lanzaba los hechizos se detuvo, dijo algo en bajo y de repente se formó una nube enorme encima del campo de pruebas y una lluvia de rayos destrozó el campo, la chica se dio la vuelta y nos miró con superioridad, hubiese quedado increíble si justo después de mirarnos como a escoria no le hubiese caído un rayo encima.
La chica con el pelo de punta calló tiesa al suelo desmayada con las piernas mirando al cielo haciendo que todos los rayos fuesen a ella, sus braguitas de gatitos y su uniforme se redujeron a polvo, dejándola desnuda, cuando se acabó el hechizo la enfermera vino, la agarró por una de sus aún tiesas piernas y la llevó arrastras aún desnuda dejándonos a todos con cara de póker.
Por fin llegó mi turno, me posicioné y me imaginé una enorme ola, como un tsunami, de repente abrí los ojos y con un grito liberé mi magia, de repente sentí el poder y de uno de mis dedos salió un chorrito de agua.
^Enhorabuena eres una fuente fantástica^ Dijo el retaco detrás de mi
-Ahora verás lo que es una fuente- Me giré mojándole todo el uniforme
^Ahora verás^ El tsundere era el último en hacer la prueba, cuando llego a su puesto empezó a conjurar el hechizo y justo en el último segundo se giró hacia a mi lanzando una enorme bola de electricidad, afortunadamente la esquivé, la bola salió disparada dándole a la pobre profesora pechugona que pasaba por ahí en el momento menos indicado
Parece que a ese enano le va a caer una buena.
Comments (2)
See all