Mendel necesitaba saber quién era esa chica, no sabía mucho de ella, pero era la oportunidad perfecta. En el refrigerio que tuvieron a mitad de la mañana Diego aprovechó para acercarse a los licenciados y preguntar por los estudiantes que ellos consideraban los mejores alumnos de sus respectivos años. Cada licenciado fue dando su opinión sobre los estudiantes, señalándolos por sus nombres y semestres, cuando para su fortuna uno de los licenciados de la carrera señalo a un grupo – Ese grupito de tres, están en su segundo año, pero son no solo de los más aplicados, se ve que de verdad tienen interés en lo que estudian. La chica más alta se llama Karla, el joven es Andrés y la otra muchachita se llama Laura. La verdad que son muchachos muy aplicados – Ahora tenía nombre. Con los contactos que tenía llamo a un restaurante bastante caro y exclusivo de la ciudad, del cual también era socio e hizo una reservación a las 2 de la tarde, reservando para 10 personas dejando al pendiente algunos detalles insignificantes.
La actividad continuó y antes de subir al escenario con el director del Ministerio Público, le pidió que al final le diera un espacio para realizar una actividad donde pretendía reunirse con un grupo seleccionado de estudiantes. Y donde tal vez podría conseguir practicantes que valieran la pena. Estando ambos de acuerdo, continuaron con el programa y ya estando en el escenario tuvo la vista en primera fila de Laura.
Pudo apreciar como ella le ponía atención cada vez que hablaba, cuando se movía en el escenario, se dio cuenta de que tenía su atención y eso lo hacía sentir bien. Terminando la actividad, bajó de la tarima y fue de grupo en grupo a platicar sin perder de vista en donde ella estaba, no deseaba que su esfuerzo fuera en vano y que ella se fuera; cuando se dirigía hacia un grupo cercano pudo ver como Andrés hacía cara de cansancio, sabía que era su oportunidad y cambio de rumbo hacia donde ellos estaban.
Cuando Laura se paró dado la espalda hacia él, la abordo colocando su mano en la espalda cerca de la cintura. Ella dio un pequeño brinco y después de disculparse y coquetear un poco, los invitó al almuerzo que daría. En la cara de dos de ellos no se veía mucha seguridad, pero Laura mostraba bastante interés en ir y para no presionarlos les dio su espació haciéndoles saber que los esperaría en la entrada para conocer su decisión. Después de unos pocos minutos de espera, aceptaron su invitación.
No lo pensó, ya no habló con más personas y se fue de inmediato al lugar donde realizó la reservación. El recepcionista le reconoció de inmediato y hasta llamo a un mesero para que llevara su auto al parqueo del restaurante.
Al entrar el gerente le recibió - ¿En la ubicación de siempre? – preguntó, Mendel solo asintió y luego de que le mostraran como habían colocado todo, observó detenidamente las sillas y giro hacia el gerente - ¿Se le pueden colocar los nombres?, aquí tengo la lista de las personas que aceptaron venir – dijo entregando la hoja. El gerente leyó detenidamente y observó un nombre resaltado - ¿Qué hago con ella? – preguntó, Diego observando la posición de las sillas señaló donde él se sentaría y afirmo – A ella colóquela junto a mí – mientras sonreía.
Iba llegando la hora y poco a poco los chicos iban llegando. Se puso un poco impaciente cuando vio que eran ya las 02:00 p.m. y ella no llegaba, en eso subió un chico y le comentó que había dos chicas y un chico afuera intentando entrar, pero el recepcionista no les dejaba – Los reconozco de la conferencia, son de segundo año, voy por ellos, si quiere – Mendel agradeció y el chico bajo, al abrir la puerta, cuando venía de regreso y vio que era ella sonrió ligeramente.
Él era demasiado exigente y desde que llamo, mantuvo comunicación con el gerente, para cuando él llegara todo estuviese listo y pulido como si estuviese planificado de días atrás, cuando en realidad solo había tomado unas pocas horas. Mendel era de los mejores clientes del restaurante, ahí no solo hacía sus reuniones, también llevaba a sus amantes y pagaba mejor si mantenían la mayor discreción y hermetismo. Él podía sentir que en su siguiente visita estaría solo con ella.
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