Los días fueron pasando a una semana, el entrenamiento continuaba sin descanso, cada novato practicaba con su arma,velocidad y reflejos, apenas se podía notar el avance en cada uno, entre los más destacables eran: Seimei, Aoi y Roselia, donde los tres nunca dejaron de moverse a pesar de sentir el cansancio, algo que le sorprendía tanto al líder como el comandante, quien los veía como personas resistentes que deben seguir entrenando.
En una mañana, el encapuchado veía desde el balcón el jardín del castillo
—No es común encontrarte aquí— hablo el comandante, llegando por detrás
—Sólo miraba— esa respuesta no pareció convencerle al comandante —Arthur, escúchame con atención, necesito que traigas mucho apoyo—
Tiempo después, Hinatari y Seimei desayunaban uno frente a otro, como siempre, con Roselia al lado de Hinatari, nuevamente siendo convencida de comer junto a ellos.
—Les dije que esto no hacía falta—
—Lo siento, pero no queria dejarte comer sola, además, confirmaste que podemos ser amigas— dijo Hinatari alegre mientras que Seimei seguía comiendo como si nada estuviera pasando
—Por cierto, ¿Tu amigo siempre es callado?— Roselia mira a Seimei un poco seria
—Sólo con gente nueva, pero calma, pronto se abrirá contigo— se puso nerviosa, tenía que decir eso para que no pensara mal de Seimei, al mismo tiempo era verdad, él no era alguien que es capaz de sentir confianza y entablar conversación con una persona de manera tan abierta con sólo verla
—Si tú lo dices, pero necesita aprender a estar con otras personas, no siempre van a estar los dos juntos—
—Lo siento, es que él y yo estuvimos así desde que yo tenía 10 años y créeme que intenté eso, pero aún me es difícil que se relacione con los demás—
—Realmente parecen pareja— Roselia bebe un sorbo de leche
—No—no es cierto, en serio sólo somos amigos— Seimei se deprime un poco, sabiendo que ella sería capaz de decirlo
—Ya, ya entendí, son amigos con derechos y no se admiten nada, en fin, he notado que tu manejo de tiro con arco no mejora mucho, te daré un consejo: No te presiones al apuntar, imagina que ves al enemigo y el centro es su pecho, así le darás sin tener fallo alguno—
—Me.... estás...¿ayudando?— Hinatari quedó sorprendida de recibir ayuda de alguien como ella
—¿Qué? ¿No puedo hacerlo?— voltea a verla un poco seria
—No, no, no, sí, puedes, sólo me sorprendí—
—Oye, sólo porque sea una princesa, no significa que aquí tengas que tratarme como una, en este lugar soy una guerrera novata como tú, estamos en la misma pocisión— Roselia suspira con pesadez, tener que lidiar con una chica tímida y un poco insegura, al menos es alguien de que no está cerca de ella con malas intenciones o por presumir la pocisión.
Más tarde, el comandante ordenó que todos se reunieran en la parte delantera del castillo, todos cuestionaron el por qué los tendrían que reunir en un jardín, aún así, no se negaron a la orden.
Al llegar ahí, no fue lo que se esperaron: vieron una enorme cúpula de fuego cubriendo los cielos mientras que un gran laberinto con diferentes entradas estaban presentes. Nadie entendía nada de lo que estaba pasando
—Muy bien, hoy pondrán a prueba lo que aprendieron en este bosque— todos parpadearon dudosos —Se dividirán en grupos de 5, cada uno lleve un arquero como mínimo, la estrategia para que salgan de allí será cosa suya, su tarea es sobrevivir hasta el final ¿¡Entendido?!—
—¡Si señor!— dijeron todos al unísono
—¡Reúnanse! ¡Vayan!— todos se reúnen a hacer equipos —Una cosa más, si ustedes no acatan las reglas de ser un cazador, quedarán descalificados y fallarán la prueba, donde se someterán a entrenamiento más intenso—
—¿Pero el que lo cometa afectará al equipo?— pregunta una chica
—No,sólo a los que lo provocaron, igual si el equipo se separa por diferentes circunstancias de sucedan adentro, sigan adelante y busquen cómo encontrar al resto, no lleguen a la salida sin que esté el grupo completo—
—¿Pero qué pasa si al perdernos, hacemos equipos con otros?— pregunta un chico
—Aquí es sobrevivir sin importar con quién de tus compañeros te unas, sólo salgan como equipo de 5 personas—
—De acuerdo—
—Muy bien ¿¡Listos?!— alza la mano —¡Entren!— todos obedecen a la orden y entran corriendo, por detrás de ellos se formaron un muro de fuego para evitar la entrada, la prueba de supervivencia inició, era hora de demostrar lo fuertes se habían vuelto cada uno de los novatos a pesar de ser un entrenamiento de corto tiempo.
Entre los grupos hechos, Hinatari le tocó estar junto a Aoi y otras 2 chicas más y 1 chico, Seimei con Aurora con 2 chicos y 1 chica más, mientras que con Roselia, le tocó las 2 chicas presumidas de la otra vez junto con 2 chicos más de carácter serio.
Los grupos se aventuraron dentro del gran laberinto, sentían la cantidad de problemas que estaban a punto de tener, otros sentían miedo de morir en pleno desarrollo de entrenamiento, imaginaban como aquellos monstruos les arrebataría la vida con tan sólo una puñalada por la espalda.
El encapuchado se sentía un poco nervioso por sus reclutas, tenía miedo de que fallaran y tendrían que volver a empezar desde 0, ya que eso disminuiría el tiempo a pesar de que los ataques de los enemigos hacia ellos está un poco controlado.
—Espero que logren salir— dijo el encapuchado, sin quitar aquellos nervios
—Depende de ellos tener la determinación, valor y audacia suficiente— dijo el comandante —Vamos a verlos desde el el balcón, da una buena vista— entra al castillo mientras que el otro sólo se quedaba mirando aquel laberinto creado.
Estando dentro, el equipo Hinatari caminaba con Aoi vigilando sus alrededores, sin perder de vista cada pequeño detalle, a veces alzaba la mirada hscia la cúpula que tapaba la vista del cielo azul. Sentía que algo iba mal en el ambiente, comenzando por aquel muro de fuego que cubría el cielo, es obvio de que es colocado para que asegurar que están en campo de batalla, pero no de manera tan exagerada como esa.
—¿Está todo bien?— preguntó Hinatari por detrás de él
—Sí, sólo miraba—
—¿Estás seguro? Parecías concentrado en eso— señala la cúpula de fuego
—¿Sabes? No deberías preocuparte por mí— se acerca a susurrar en su oído —Como la vez en que me seguiste aquella noche— eso la sorprendió que dio un salto hacia atrás de los nervios
—¿¡Có—Cómo?!—
—Fácil, sentí tus pasos, debes ser menos ruidosa al caminar de noche o llamarás la atención— ríe mientras Hinatari buscaba una excusa, pero nada se le ocurría —Tranquila, no me enoja, pero eres la primera chica que me persigue de esa manera, siempre era el chico que coqueteaba con cada mujer que me encontraba— desvía la mirada con una sonrisa mientras alzaba sus hombros y manos a la mitad de la cara —Aunque todas me golpeaban o me rechazaban sin saber el motivo— Hinatari se decayó un poco al oír que estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones —Ahhh, eran tan lindas y todas me dejaron plantado— finge tristeza
—¡Oigan!— se escuchó una voz a lo lejos —¡No se atrasen o los perderemos de vista— llamó el otro chico que formaba parte del equipo, Aoi volvió a ponerse serio
—Ya vamos, cabeza de caballo— sigue caminando mientras el chico puso una peor cara ante el insulto dado.
Hinatari no dijo nada al respecto, sólo se limitaba a pensar en aquella noche donde Aoi salió de la habitación y ella lo seguía ¿Por qué lo habrá hecho? ¿A dónde quería llegar Aoi? Incluso su cambio de actitud entre lo poco que charlaban y en cambio de batalla ¿Qué lo incitaba a portarse así? ¿Cuál es su verdadero yo?
Por otro lado, con Roselia, caminaba al frente buscando la salida de aquel laberinto, mientras que las 2 chicas no paraban de dirigirle la mirada con odio y envidia de ver a una belleza y realeza como ella dentro de su equipo, más en sus entrenamiento, se cuestionaban el ¿Por qué no ha renunciado? Si es que puede hacerlo ¿Por qué les tuvo que tocar ella en el momento menos apropiado?
Se miraron una a la otra con una sonrisa y asintieron, sabiendo qué hacer.
—Oye princesita, cuéntanos más de tu vida ¿A quiénes contrataste para que seas la mejor de todos? ¿No se supone que la realeza como ustedes deben de lucir bien? Mírate, te vez horrible— Roselia detuvo su caminata —Pobre de tu diseñador de modas, le haces darle tanto trabajo porque no te cuidas bien, así nadie te querrá— se ríen burlonamente, los chicos trataron de detenerlas, pero era imposible
—¿Ya terminaron de hablar?— se callaron ante esas palabras —Escuchen bien, yo entré a voluntad propia con ustedes y si soy mejor que ustedes, es porque me la gané con mis propios méritos y esfuerzo, sólo hablan porque sienten envidia y se desesperan por no lograr sus objetivos que la única manera de desatar esa ira es atacando a débiles, qué falta de esfuerzo y moral, además, la ropa se desgasta conforme más la usas y es obvio que dentro de un campo de batalla tiende a romperse más por los ataques de sus enemigos— suspira —Ya les di explicación de todo lo que tenían que escuchar de mi boca, si no quieren entenderlo no es mi problema, pero dejen de perder el tiempo en tonterías como esta y enfóquense en salir de aquí como equipo— los chicos quedaron maravillados con las palabras de ella, sin pizca de dudas ni titubeos, demostrando la razón y la verdad de su entorno.
Al contrario, las chicas quedaron muy molestas, su odio y enojo sólo aumentó mucho más
—No nos vengas con cuentecillos ¡Maldita princesa!— saca su espada y se lanza a atacarla. Antes de que la espada llegara a Roselia, una mano detuvo el ataque, era Seimei —¿Qué? ¿Cómo llegaste?— él no respondió, sólo apartó la espada de su mano
—¿En serio esto es ser un cazador? ¿Atacar a otros con celos e inmadurez? Qué patético, no te enojes porque te digan un montón de verdades, mejor haz tu trabajo como debe de ser, entiendo que muchos no quisieron venir por voluntad propia, yo tampoco quise, pero hago lo necesario para sobrevivir y proteger a los que me importan. Todos nos necesitamos, esta chica, la princesa, demuestra ser una buena cazadora, de tener los pies puestos en la tierra con a situación del Reino— Roselia y los demás se quedaron sin palabras
—Si no les importa, volveré con mi equipo...— antes de que Seimei se diera la vuelta, la tierra comenzó a temblar muy fuerte
—¿Qué está pasando?— preguntó la primera chica presumida
—Algo se acerca— susurra Seimei y aparece una enorme bestia de fuego frente a ellos, preparándose para luchar, al igual que el equipo de Hinatari con su respectivo enemigo: un goblin de fuego, con Aurora, el equipo que Seimei se separó les tocó un caballero de fuego.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
¿Podrán ellos luchar contra estos enemigos?
¿Lograrán salir del laberinto?
Esperen al próximo capítulo
Comments (0)
See all