Parte 1
—Ugh.
Apenas salieron volando de la casa de Willo, una profunda pesadez cayó sobre el cuerpo de Philip. Los músculos y articulaciones de sus extremidades estaban completamente entumecidos, haciendo que se retuerza del dolor.
Pronto notó que estaban en un barrio residencial normal, una vista no tan habitual para él, acostumbrado al lujo y a la ciudad. Los vecinos de la zona, al oír la explosión, se asomaron con curiosidad por sus ventanas.
—¿Qué día y hora es?
—13 de julio y aproximadamente las 11 de la noche.
—¿Eso significa que estuve tres días enteros durmiendo?
—Pensé que en cualquier momento debía sacar un bulto negro a escondidas de la policía.
Willo hace una mueca irónica, molestando a Philip. Él la ignoró y trató de aclarar en su cabeza todos los puntos que tenía que tener en cuenta.
Primero, quienes los seguían.
—Willo, ¿Notaste alguna interferencia con tu campo magnético debido a elemento 347 como aquella vez lo hiciste conmigo?
—No, no sentí nada.
—Qué raro…
Brotherhood RG utiliza trajes con blindaje hecho a partir de elemento 347, no se iban a enfrentar a un psychi en espacios cerrados sin protección. También es extraño que ataquen a alguien en una zona como esta, no hay registros de ellos en lugares donde civiles puedan verse afectados.
—Oye, ¿No te has inventado eso de que habían entrado a mi casa solo para salirte con la tuya, no?
—Claro que no, no me arriesgaría a tanto y si fuera así, ya hubiera intentado atacarte o alejarme de ti.
Ella estrechó los ojos. Debían cooperar para escapar de lo que fuera que los siguiese, pero confiar el uno el otro estaba fuera de discusión para ambos.
—Es raro, no sentí nada. Si me estuvieran siguiendo lo hubiera notado perfectamente.
—Quizás estabas demasiado nerviosa o ellos son demasiado sigilosos.
—Eso es imposible, no soy tan estúpida.
—Ya veremos si eso es verdad.
Sobrevolando el barrio residencial donde vive Willo, Philip nota que no están tan alejados del centro de la ciudad. Eso lo llevó a analizar el siguiente punto.
—Bien, ¿Hacia dónde nos dirigimos?
—Mi casa es el único lugar que usaba para refugiarme, pero podríamos ir con Bill.
—Ahora mismo no quiero cruzarme con ese tipo.
Willo rio fuertemente al ver la expresión dura de Philip. Se limpió con su dedo algunas lágrimas que le salieron por la risa. Philip la miró y suspiró resignado.
—Creo que lo mejor es ir hacia mi escondite cerca de New Delta, pero primero debemos deshacernos de quien nos sigue.
—¿Ah? Entonces yo aprovecharé para ir a la Clínica. Necesito ir ahí.
Doblando entre las casas y comercios locales, fueron asomándose poco a poco hacia el río Yarra, guiándose con él para llegar al centro de la ciudad.
—Aún no podemos siquiera saber si realmente nos están siguiendo, ¿Cómo nos desharemos de ellos?
No hay forma de esquivar a alguien si no conoces como va a ser su siguiente movimiento. Philip era consciente de ello, pero no eran capaces de sentir a alguien detrás de ellos.
—La única forma de saber si alguien nos está siguiendo es dejar que nos alcance y ver sus movimientos a partir de ahí.
—¿Eso no es muy peligroso? Dudo que puedas dar mucha pelea en ese estado.
—Así es, por lo que el plan consiste en un único pasó. Si hay alguien siguiéndonos, ejecutarlo de un golpe. Tu poder sumado al de la piedra debería de ser suficiente.
—Dices cosas muy turbias como para ser considerado un héroe.
—Por ahora aumentemos la velocidad, te contaré mi plan durante el camino.
13 de julio de 2011 a las 23:16
Philip y Willo se mueven a gran velocidad a través de un barrio residencial al este de la ciudad. Su objetivo es llegar a las inmediaciones del suburbio New Delta, un lugar ubicado en el suroeste, en la desembocadura del río Yarra. Originalmente ese lugar era una reserva natural. En los años 80, el alcalde empezó a construir lo que sería un suburbio comercial, pero ese proyecto fue abandonado por el alcalde actual. El estado vació esa zona, que fue invadida por las mafias y los criminales más poderosos de todo el país. Philip instaló una base cerca de ese lugar para poder observar de cerca y desbaratar grandes crímenes llevados a cabo en ese lugar. Como el tráfico humano proveniente de países asiáticos que, por el fácil acceso al mar a través de la bahía Port Phillip, es un negocio bastante frecuente.
Philip y Willo aún estaban bastante lejos de ese lugar y al no estar seguros de si los estaban siguiendo, no podían permitirse revelar tan fácil hacia donde se dirigían por lo que cambiaron un poco la dirección hacia el sur. Esquivando el cableado eléctrico y los postes de luz, atravesaron a una enorme velocidad unos diez kilómetros hasta un parque infantil.
Ellos aterrizan uno al lado del otro y se dan la vuelta.
Él levanta su brazo derecho apuntando hacia delante a una altura de 45º imitando a una pistola con sus dedos, el guante de elemento 347 se iluminó y la luz que lo rodeaba salió disparada hacia donde apuntaba.
Willo levanto su mano izquierda, donde se encontraba una esfera tan oscura como la noche. El cielo se iluminó y una seguidilla de rayos impactó sobre el espacio circundante a ellos. Uno de esos rayos tocó la luz que se había salido disparada del guante de Philip, causando una explosión.
Philip en ese momento pudo verlo, o mejor dicho, verlos. Unas sombras que se dirigían de frente hacia ellos rompieron su formación al toparse con la explosión y empezaron a moverse hacia los lados para esquivar los rayos.
Estaban volando y todos iban vestidos con trajes negros. Algo diferente a los de Brotherhood RG ya que no cubren el rostro ni tienen los propulsores.
—¡Ahí están! ¡Son psychis!
—Mierda.
—Mantén los rayos, intentaré pensar que podemos hacer.
Ella apretó con fuerza los dientes y logró mantener la habilidad. Cada rayo consumía alrededor de ocho celdas y había once rodeándolos. No iba a poder mantenerlos mucho tiempo, ya que gastaban casi todo el poder en su contenedor.
Uno de los psychis tras ellos traspasó el humo que dejó la explosión y esquivó todos los rayos en un tiempo muy veloz y con un espacio muy reducido.
Ese nivel de habilidad era raro, Philip se dio cuenta al instante de lo que se trataba.
—¡¿Evasión absoluta?!
Este psychi portaba algo en su mano derecha, una espada corta de color morado brillante formada por pequeños filamentos. Su objetivo era Willo.
—¡Cuidado!
Ella no tenía los reflejos suficientes para reaccionar a ese ataque y Philip lo sabía. Durante su enfrentamiento ella confió mucho en su habilidad psychi, porque su habilidad en combate es muy baja.
Él la empujó hacia abajo y puso todo su cuerpo encima del de ella.
—¿Qué diablos haces?
La espada del psychi bajó verticalmente. Philip cargó su brazo derecho, pero la pesadez debido al cansancio hizo que su golpe sea muy débil.
A pesar de que el golpe fue bastante frágil, la espada se rompió con facilidad gracias al elemento 347 del guante de Philip.
Algo curioso pasó. Cuando el guante de Philip rompió la espada, el puño de Philip salió disparado hacia adelante y, al impactar la cara del psychis, este último salió volando varios metros para atrás.
—¿Qué era esa espada?
Philip se agachó junto a Willo, su rostro estaba algo pálido. Con nerviosismo le habló a ella antes de que los demás psychis empiecen a atacarlos.
—Tuve un error de cálculo. Vamos a morir aquí si no huimos. Ellos pueden ser igual o más habilidosos en combate que yo, si luchamos ahora contra ellos estamos perdidos.
—¡¿Qué?! ¿No hay una salida?
—Volemos este lugar, necesitamos una distracción.
—Tienes que estar bromeando.
—¿Quieres sobrevivir? Aleja los rayos de nosotros un poco, yo me encargo del resto.
—¿Quién crees que eres para mandarme?
Willo hizo un fuerte ruido al apretar los dientes, enojada, pero se resignó e hizo lo que Philip le había dicho. Los rayos fueron alejándose formando un círculo a unos diez metros de distancia de ellos. Philip cargó su guante con energía y barrió en círculo para impactar a los rayos, produciendo una explosión que cubrió toda la zona con humo. Él aprovechó eso para poder escapar, tomando a Willo del brazo.
Parte 2
13 de julio de 2011 a las 23:33
El humo se fue despejando poco a poco. El parque entero estaba dañado por la explosión, pero la mayoría de los psychis ahí fueron lo suficientemente hábiles para evitar que los afectara.
El líder del escuadrón psychi, el hombre que había sido golpeado por Philip, se dirigió a los miembros supervivientes. Una gota de sangre caía por su nariz y le costaba mantener el equilibrio.
—¡Hay que seguirlos! ¿Cuántos quedamos?
Uno de los miembros del escuadrón se levantó del suelo y respondió, era una mujer joven.
—Quedamos cuatro. Dos han muerto y uno está demasiado herido como para perseguirlos.
—Entonces nos dividiremos, que cada uno vaya hacia un punto cardinal. Yo tomaré el sur.
—¿Cómo piensas encontrarlos de esa forma?
El líder del escuadrón limpió la sangre de su nariz y sonrió.
—No lo sé. Es una apuesta, así como ha sido la de ellos explotar todo el parque. Necesitamos una locura de esa magnitud.
La mujer miró con desprecio al líder, pero se encogió de hombros y con el resto del escuadrón fueron a seguir sus órdenes.
—Solo recuerda no llamar la atención de más. Nuestro jefe lo dijo claro: No debemos destacar demasiado.
—Sí, lo sé.
Parte 3
13 de julio de 2011 a las 23:46
Philip y Willo siguieron en dirección suroeste a gran velocidad. Habían ganado unos minutos gracias a la estrategia improvisada de Philip, pero si los buscaban con la misma intensidad, era cuestión de tiempo antes de que los encontrasen.
Si bien a Willo no le gustaba seguir órdenes de Philip, entendió que la diferencia en las habilidades de combate entre ellos era abismal. No puede saber exactamente que entrenamiento tuvo él, pero pudo darse cuenta de que era uno que lo volvió alguien completamente consciente de lo que sucede en todo el campo de batalla.
Eso hecho la frustraba, empezó a pensar que solo lo había vencido por haberlo tomado por sorpresa. Si tiene que volver a enfrentarlo por las piedras, ¿Ganará de vuelta?
Por ahora tragó sus frustraciones y continuó adelante en la misión de sobrevivir.
—¿Doblamos en dirección a New Delta?
Ella no obtuvo respuesta a su pregunta.
—¿Philip?
—…
Ella miró al silencioso chico y se encontró con que él tenía una expresión dura, como si estuviera sufriendo algún dolor agudo.
—Oye, ¿Qué te sucede?
—No sé a dónde iremos, no sé si es peligroso quedarnos en New Delta, no sé si escapamos realmente. Solo sé que si nos vuelven a alcanzar, moriremos.
—¿No estás preparado para eso? Se supone que deberías saber que existe esa posibilidad. Cualquiera de nosotros, cualquiera de ellos, todos sabemos que podemos morir en cualquier momento, pero seguimos adelante. Yo creía que tú también eras así.
—Lo sé, lo sé, pero necesito ganarles. Es por eso que estoy de esta forma, porque aún no sé cómo ganarles.
Willo puso un rostro incrédulo antes de reír en una larga carcajada. Philip se sonrojó, esta vez claramente molesto por la actitud de ella.
—Déjame en paz.
—Lo siento. Me hace gracia que te digas esas cosas de forma tan seria, al igual que antes.
Philip suspiró resignado.
“¿Qué locuras estarán dispuestos a hacer para encontrarlos?”
—Vayamos al barrio chino.
—¡¿Qué?!
Las palabras de Willo agarraron desprevenido a Philip, que solo pudo responder con un quejido.
—Allí conozco un lugar donde podemos escondernos para pasar la noche.
Philip volvió a mirar al frente. Él silenció los rodeó por varios segundos hasta que él volvió a hablar. Era una propuesta algo arriesgada, pero él sabe que debían apostar.
—Tú me guiarás esta vez.
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