Dos semanas después, todo fluyó con normalidad, sin problemas ni contratiempos, hubo algunas veces que llegaba a llover, pero nada más por poco tiempo.
La reina, estando en su escritorio, se encontraba en un estado algo deplorable, todo por causa del cuervo que no se ha separado de ella desde que entró, sentía que veía sombras y fantasmas del rey fallecido, su esposo, como si sus miedos finalmente salieran a la luz sin que nadie más se dé cuenta.
Por otro lado, Phillip acariciaba su gato, este ronroneaba con sentir aquellas caricias, moviendo su cola de un lado a otro
—¿Quieres ir a dar un paseo?— deja de acariciar y el gato asiente con alegría —Entonces vamos— se levanta de su cama y se dirigen a hacer el "trabajo", que es vigilar el estado del castillo y evitar invasiones futuras, así como la supervisión de los novatos en ciertos días de la semana. Con Phillip, sus movimientos eran distintos, mayormente evitaba el tener que supervisar a los novatos por su negatividad hacia ellos, con supervisar el castillo, a veces lo hacía, otra se escabullía para ir a su habitación a estar con su gato.
Al salir de la habitación, se encaminaron entre los pasillos del castillo, no había ningún cambio, llegada o ataque, el silencio era presente
—Otro día aburrido— suspira mientras imagina su vida con Roselia —Aún no me rindo con usted, princesa— se sintió en las nubes, en que ella corría en sus brazos y deseándole el bien y que siempre esté para ella.
Sus pensamientos se detuvieron cuando oyó el maullido de su gato
—¿Mmm?— el pequeño animal se subió por la ventana para ver a los novatos entrenar —Ahhh, ellos— ríe internamente —Pierden su tiempo, morirán cuando menos lo esperen— el gato no hizo caso, su mirada se enfocaba en alguien que no creería ver —¿No crees?— volteó a ver a su mascota, pero veía que estaba enfrascado hacia ellos, le molestó un poco, no quería que su pequeño amigo se encariñara con uno de los clase baja —Vamos— lo toma en brazos y se va a otro lado.
Entre entrenamiento, todos hacían la misma rutina, aunque hubo pequeños cambios en cuanto a los enemigos para los espadanchines, bersekers y lanceros.
Aoi terminaba de exterminar al doceavo enemigo
—Sí, pronto haré nuevo récord— miró hacia el área de Hinatari, donde iba disparando a los puntos débiles de sus enemigos, aunque aún no lograba darle cuando se encuentran en movimiento, siempre era un fallo tras otro.
—Oye, parece que no te va bien con ese arco— dijo una compañera suya —¿Puedo verlo?— Hinatari asiente y le da su arco unos momentos. La chica comenzó a inspeccionar y se dio cuenta de pequeños rasguños y algunas fracturas —Cambia esta arma, no te durará mucho— se lo devuelve, Aoi notó ese detalle y se dispuso a pensar qué hacer
—Pero no puedo, me costará mucho pedir otra—
—Tienes que hacerlo o de plano no podrás defenderte cuando estemos en campo de batalla, incluso no podrás ingresar a los futuros entrenamientos, sabes bien que nos piden armas— Hinatari suspira con pesadez, era cierto que tenía que barnizar su arco, pero no tenía el acceso y dinero para pedir algo como eso, o sino, tendría que cambiar de material, pero costaría aún más porque se necesitaría un experto en la herrería.
—¿Ahora qué hago?— pensó tras mirar su arco medio fracturado.
Más tarde, entró al castillo, en camino a su habitación para descansar cuando sintió que alguien le agarró de su brazo izquierdo
—Hola ^^— saludó Aoi y ve a Seimei —¿Me la prestas un momento? Gracias— se la lleva arrastrándola mientras ella estiraba un brazo con tal de que la salvaran del maratón
—¡¡Espera!! Ni siquiera esperaste que respondiera—
Seimei iba a detenerlos, pero se habían alejado lo suficiente para perseguirlos, además de que no era necesario reclamarle o amenazarlo, ya que es el amigo que estuvo con ella mientras él la evitaba.
—Parece que se llevaron a tu amiga sin tu consentimiento— Roselia se acercó a él —¿No irás tras ellos?—
—No es necesario— sonríe —Él sabrá que hacer, si mi amiga tiene problemas, yo iré corriendo— se encamina hacia su habitación
—Wow, no esperaba que dijeras eso, creía que los dos eran tan pegajosos— ante ese comentario, Seimei se ríe
—No se trata de eso, sino que nuestra amistad es muy fuerte, la que nos lleva a seguir adelante y cuidarnos uno al otro y tenernos confianza—
—Aunque no en una pequeña parte, ya sabes, lo de...— Roselia no quiso terminar esa parte de la charla para no delatarlo o que alguien sospechara
—Lo sé, ese es otro tema que aún no sé cómo decirle— sonríe con tristeza —Aún tengo miedo de como reaccione—
—Nada más te advierto, no te tardes mucho o será peor—
—No tienes por qué decirlo— ambos caminan juntos hacia su habitación.
Con Aoi y Hinatari, los 2 se escondieron en una habitación de boticario
—¿Por qué me trajiste?— ella sentía un poco de mareo —No estoy herida ni enferma—
—¿Eh?— mira a su alrededor —Lo siento, buscaba un lugar para poder hablar a solas— rasca su cabeza un poco nervioso, que se la llevara de una manera tan precipitada es algo normal en él, pero no ante una razón algo seria —Pero... noté que tu arma está un poco desgastada ¿Puedo revisarla?— Hinatari asiente y se lo da, él comienza a inspeccionarlo —Mmm...— veía cada detalle, sin dejar nada de lado —Necesitas urgentemente un arma nueva, barnizarla no es una opción, seguirá teniendo la misma fisura— le devuelve el arma —Yo te recomiendo un arco de hierro, uno resistente que dure al menos de 3 a 5 años para su próximo refinamiento—
—¿Pero cómo conseguiremos eso? No podremos ir a la herrería, no nos dejarán—
—Se vale intentarlo ¿no?— guiña el ojo
—Eh...., supongo que sí—
—Bien, vamos— la toma del brazo y nuevamente se la lleva a rastras, esta vez hacia donde se debe de encontrar el área de herrería, un lugar donde se puede entrar con el permiso de un superior: la reina, un caballero o incluso el propio líder de los cazadores, raramente se entra para ocasiones especiales o pequeños refinamientos.
Llegaron después de tanta búsqueda, inmediatamente fueron rechazados
—¿Qué? ¿Sólo por eso?— dijo Aoi tras guardar su enojo y no descargarlo con el guardia
—Lo siento, es tener un permiso o nada, váyanse por donde vinieron— el chico sentía su sangre hervir ante el guardia, algo que odiaba de todos los caballeros, es que siempre lo trataran como algo menor a pesar de lo fuerte que es
—Mejor vámonos— Hinatari sostiene la mano de Aoi —No podemos causar más problemas de los que le damos— lo lleva lejos de la entrada. El chico no podía controlar la ira que sentía cada vez más, deseaba tanto ayudar a su amiga, su pequeña heroína del corazón, quería mostrarle lo bueno que era en algo, pero había fallado.
Tras estar en un pasillo, ya más seguros, Hinatari tomó aire y miró el estado de Aoi, estaba muy mal, su mirada perdida y llena de enojo, siendo empeorado por una burlona risa
—Vaya, vaya, ¿El lindo chico no pudo sorprender a su novia?— voltearon a ver, era nada menos que Phillip, la persona más molesta para Aoi, acompañado de su gato
—Vete ¿Quieres? No estoy de humor—
—¿Qué? ¿Sólo porque no pudiste ser de ayuda? Conmigo podrían tener permiso y entrar, pero ustedes son unos sucios que prefiero no tocarlos con mis lindas manos— acaricia una de sus manos mientras que el gato sólo se dedicó a mirar las acciones de su dueño —Mirenme, soy tan perfecto y hermoso que mi apariencia es irresistible para las chicas— agita su cabello y hace una pose de atracción, Aoi le tapó los ojos a Hinatari sin pensarlo dos veces
—No necesito tu ayuda y no quiero tu ayuda ¿¡Me oíste?! ¡Vete de mi vista antes de que quiera golpearte!— su cuerpo temblaba de ira, era la primera vez que sentía las ganas de golpear a un clase alta o caballero, no por el hecho de haber actuado de una manera seductora como él, sino porque lo usara cuando Hinatari estaba presente, de que haya visto tal estupidez
—Parece que me odias bastante, Aoi, guarda esas energías cuando te enfrentes a mí— se da la vuelta —Sayonara, señorito lugar 2— camina entre los pasillos hasta el punto de no verse más. Aoi no aguantó más y golpea el muro
—Ese maldito....— su cuerpo temblaba más de ira —Juro que lo mataré—
—Esas no son las palabras que debería decir un futuro cazador— oyeron una voz al lado de ellos, sorprendidos voltearon a ver de dónde venía, era el hombre encapuchado, tenía una sonrisa gentil aunque no lo pareciera a los ojos de Aoi
—¿Qué hace aquí?— preguntó Aoi, pero el tipo no respondió, sólo se dedicó a mirar a Hinatari y acercarse a ella
—¿Necesitas ayuda?— aunque su rostro se ocultara detrás de su capucha, no quitaba aquella sonrisa gentil que tenía.
Hinatari se sentía tranquila teniendo al misterioso hombre cerca de ella, era como si sintiera una pequeña conexión entre ellos, una pequeña voz imaginaria que le decía que debe de creer en él.
—¿Por qué necesitaremos tu ayuda?— preguntó Aoi un poco más calmado
—Porque soy el líder de los cazadores, tengo autorizado ir entre la mayor parte de este castillo— era cierto, y no podía negarlo, estaba frente a su superior de los entrenamientos.
Suspira con pesadez, anulando su ira
—Sí, ella tiene su arma un poco desgastada y necesitamos entrar para que le fabrique una nueva— la señala mientras que Hinatari no decía nada, más que asentir.
—Bien, entonces vamos— caminó al lado de ella sin antes tocar un poco su cabeza mientras avanzaba, ambos lo siguieron.
Efectivamente, lograron entrar gracias a su ayuda, los materiales de herrería estaban bien acomodadas para ser usadas y así forjar armas.
—Veamos— Aoi miraba cada material presente, imaginando poco a poco la nueva arma de Hinatari —¡Lo tengo!— comenzó a agarrar los objetos necesarios y puso manos a la obra —Ven, te enseñaré el arte de forjar armas— hace un además para que ella se acerque, Hinatari aceptó sin pensarlo —Muchos creen que forjar un arma es sencillo porque es sólo calentar hierro y enfriarlo en agua, es un error común que tiene la gente— agarra unas manivelas, barras de hierro y algunas piezas pequeñas —Se trata de pensar qué materiales tendrá tu arma, si será pesada o ligera, si tendrá detalles especiales para hacerlo única y su propio diseño, entre más original sea, más caracteriza al portador—
—Entonces..., ¿Quieres decir que mi arco no es único?—
—Mmmm... si hacen muchas armas del mismo diseño como tu arco, entonces no es para nada original y representará al portador alguien básico y principiante, pero igual te caracterizó en cierto modo, tú iniciaste siendo novata en tiro con arco y sigues practicando tus tiros, con el tiempo lograrás ser una gran arquera, pero hay problema con eso— comienza a agrupar los objetos y a darle forma
—¿Qué quieres decir?—
—Ser arquera es algo bueno, te permte disparar a distancia, pero el problema radica en un enemigo de cuerpo resistente capaz de soportar flechas, por lo cual, le daré un toque especial a tu nueva arma— voltea a verla con una sonrisa —Considéralo un detalle de mi parte— agarra 2 barras de hierro planas y va a fundirlos —¿Sabes? Esta es la primera vez que hago un arma tan especial como la tuya— su sonrisa cambia a una de tristeza —Siempre me pedían forjar armas simples y con el mismo diseño, pero nunca hubo una ocasión como esta, es momento muy importante para mí, la 1ra vez que tengo libertad de hacer lo que sea posible para una persona especial— Hinatari se sorprende ante sus palabras, notó nuevamente ese gran cambio en Aoi, el chico risueño y alegre estaba demostrando nuevamente su verdadero yo como aquella noche
—Aoi— toca su hombro mientras él sacaba con cuidado las barras calientes —No tienes por qué limitarte a hacer lo que te gusta, es un trabajo que tu aprecias— baja la mirada —Mamá siempre me decía: "Ningún producto de nuestros esfuerzos es igual al anterior, todas son distintas, si fallas, inténtalo de nuevo, si no te gustó, la siguiente vez será mejor, pero nunca digas que todo lo que haces es lo mismo, siempre habrá pequeños detalles que diferencien uno del otro"— una vez más Aoi quedó sorprendido por aquellas palabras, aunque no fueran las de Hinatari, su sonrisa volvió a ser una alegre y toca su cabeza
—Sí que eres una gran chica— era la 2da vez que sintió tan conmovido, sentía como si poco a poco ablandaran más su corazón cargado de odio.
Pasaron las horas y finalmente Aoi pudo terminar el arma para ella
(Primeros bocetos: hecho por Yukina1607)
(Diseño final: Hecho por tomoyo2904, coloreado por Yukina1607)
—Listo— le entrega su nueva arma —No es un arco cualquiera, presiona esto— presiona un mecanismo oculto en el centro del arco, este comenzó a convertirse en espada —Y tendrás una espada en menos de 10 segundos ¿Qué te parece?— guiña el ojo, Hinatari se dio cuenta que Aoi volvió a ser el mismo
—Gracias, pero no debiste molestarte en hacer tanto—
—Es mi deber como herrero fabricar armas a quienes la necesitan, no puedo ignorar a alguien que necesite de un arma tan especial—
Hinatari no dijo más, estaba feliz de que Aoi se haya calmado y recuperara aquella sonrisa de antes.
El líder, escondido entre las sombras agradeció por dentro de que Aoi le haya fabricado un arma nueva a Hinatari y se retira para darles su tiempo a solas, se lo merecían, después de todo, se sentía muy seguro de que ella permanezca al lado de un chico tan especial y vivaz como Aoi.
Mientras tanto, ya más noche, cuando todos se encontraban durmiendo, la gata de Phillip se despertó para transformarse en una silueta femenina de ojos verdes brillantes, que tocó su rostro
—Se acaba tu tiempo— alejó su mano, teniendo una mirada un serena y algo decaída.
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Perdón por tardar en publicar T.T
Pensaba en un diseño original y apropiado para el arma nueva de Hinatari, admito que me gustó, gracias al apoyo de tomoyo2904.
¿Qué opinan de la gata de Phillip?
¿Qué personaje es su favorito hasta ahora? ¿Por qué?
¿Qué les espera a nuestros novatos?
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