Se había corrido la voz acerca del monstruo que atacó a civiles, luego de los servicios fúnebres, los familiares de las personas que fueron afectadas se manifestaron ante las autoridades exigiendo la captura de la bestia que había afectado la seguridad pública, los testimonios de los sobrevivientes y un retrato hablado era lo único que había como prueba de la existencia del monstruo.
En su oficina, el líder de los delincuentes jugaba con el colmillo mientras rebobinaba la grabación de la pelea de aquella noche, mientras en otra pantalla monitoreaba la señal del noticiero local que seguía hablando del tema. Por orden suya, sus secuaces armaron una escena del crimen en un callejón con los cuerpos de sus compañeros, la finalidad era armar la misma escena fuera del lugar secreto donde se llevaban a cabo las peleas.
-14 personas murieron víctimas de una bestia incontrolable- Dijo la presentadora de noticias.
-¡Era un hombre delgado, su cuerpo estaba lleno de pelo, tenía una cola y orejas puntiagudas! ¡Sus ojos brillaban en la oscuridad! ¡Nos atacó sin piedad a mí y a mis compañeros mientras caminábamos, no estábamos haciendo nada! - Exclamó un hombre con vendajes hacia la cámara.
La finalidad de haber sacado la escena del crimen era una forma de venganza hacia Rein, convirtiéndola en blanco de odio para todos.
-Por otra parte, el incendio de esta noche por fin pudo ser controlado, se informa que la causa fue una explosión por fuga de gas, las lluvias que se presentaron en esta área ayudaron al cuerpo de bomberos a mitigar el fuego- Concluyó la presentadora.
El hombre apagó el televisor -Ese maldito lobo no va a salirse con la suya, robándose a mi mejor chica y matando a mis lacayos, incluso yo subestimé a ese monstruo, pero me encargaré de hacerte pagar caro, bestia- Dijo en voz alta, quedándose mirando el video del ataque.
Lena y Rein - Capítulo 10: Un abrazo Cálido
-Sabía que no era una buena idea haber secundado tu iniciativa de salir de casa- Reclamó Rein mientras caminaba detrás de Lena y Brito bajo la lluvia.
-Estamos en el bosque, Rein, somos bestias, no debería asustarnos el exterior y menos uno como este, encontraremos donde acampar y verás que nada de lo que teníamos era realmente necesario- Le dijo Brito intentando tranquilizar las cosas.
-Además ¿De qué te quejas? Podrías cazar si tienes hambre-
Rein se detuvo de golpe haciendo una expresión de extrañeza -¿Cazar? ¿Lo dices en serio? ¡Nunca he cazado! ¡No soy un animal salvaje, Brito!-
Lena se acercó a ellos con un fruto en la mano a medio comer.
-¿Qué es eso?- Le preguntó la loba conteniendo el tono con el que le estaba hablando a Brito.
-Creo que es una manzana- Respondió sin dejar de comer.
-¿Una manzana? ¡Eres muy hábil! ¿Dónde la encontraste?- Le preguntó el ciervo siguiéndola hacia un árbol, alcanzando una para él mientras ambos se dirigían a una cueva que Lena le señaló.
Rein se quedó quieta e incrédula bajo la lluvia.
-Oigan… Soy un lobo ¿Recuerdan? ¿Qué voy a comer yo?- Les gritó bajando las orejas.
Lena salió de la cueva, caminando hacia ella -Si no te refugias en la cueva no solo serás un lobo, serás un lobo resfriado- Le dijo sonriendo y tomándola de la muñeca.
Luego de unos minutos donde los tres estuvieron tranquilos alrededor de una fogata que Brito encendió, Rein se quejó nuevamente, había intentado comer lo mismo que sus compañeros, pero no terminaba de agradarle el sabor de las manzanas.
De pronto la lluvia cesó, Lena notó la frustración de la bestia y salió a investigar a la orilla del río, de pronto tuvo una idea y se metió al agua, la loba salió corriendo al escuchar su inmersión y se encontró con la chica intentando pescar con las manos.
- ¿Qué haces? - Salió Brito detrás de Rein, dirigiéndose a la orilla del río.
Lena lo ignoró, estaba concentrada mirando debajo de ella, de pronto se inclinó y en un movimiento rápido de sus manos empujó el agua hacia la orilla lanzando un pez fuera del río.
-¡Increíble!- Exclamó el ciervo mientras la loba miraba incrédula con una expresión de sorpresa.
La pelirrosa pudo repetir su hazaña un par de ocasiones más, consiguiendo 3 peces, mientras ella estaba pescando, Brito había caminado un poco y había tomado algunas plantas y algunas ramas para cocinar.
-Siento no haber ayudado- Se disculpó Rein mientras veía a Brito cocinando en la fogata, mientras Lena intentaba secarse junto al fuego.
-No te preocupes Rein, después de todo nunca habías salido de la ciudad- La tranquilizó Brito.
–De quien estoy sorprendido es de ti, Lena- Se dirigió a la joven que extendía su ropa aun puesta para secarla –Primero encontraste esas manzanas, luego la cueva y de pronto sabes pescar ¿Dónde aprendiste todo esto? -
La chica bajó la mirada e intento recordar, pero se llevó la mano a la cabeza –No estoy segura, no puedo recordarlo tampoco-
-Ya te esforzaste mucho por hoy- Le dijo el ciervo colocando la comida a un lado, haciéndose hacia atrás se recostó en el suelo y les dio la espalda.
-Voy a descansar, necesito recuperarme de la herida pronto ya que tendremos que seguir caminando mañana- Les dijo –Coman y descansen también, necesitamos alejarnos lo más posible de la ciudad-. Concluyó.
Lena y Rein se quedaron viendo unos momentos, sentían una leve tensión cuando Brito no hablaba.
-Gracias por la comida- Dijo la bestia apenada rompiendo el silencio, tomando el pez y ofreciéndoselo -Necesitas recuperar tu energía-
-Estoy bien, quería que comieras algo que te gustara, me alegro de haber ayudado en algo luego de todo lo que hiciste por mi- Respondió Lena comenzando una conversación, con Brito durmiendo podía dejar de actuar.
Rein notó el cambio en la actitud de la joven, había momentos donde parecía bastante débil y era la segunda ocasión donde parecía más decidida al hablarle, comiendo pausadamente mantuvo su atención en ella esperando a lo que estaba por decirle.
-Rein, siento mucho que tuvieras que dejar tu casa, lamento todo lo que ha pasado luego de haberme rescatado- Se disculpó.
-¿Estabas despierta?- Murmuró la loba como arrepintiéndose de lo que había dicho cuando estaba hablando en el departamento con Brito.
-No dije eso en serio… No te preocupes por eso-
Lena se quedó callada de nuevo, comenzando a temblar, aunque había hecho lo posible por secarse, la ropa húmeda le estaba afectando.
-Brito está durmiendo- Dijo quitándose la camiseta, dejándose la que tenía debajo -Mi ropa no es tan holgada como la suya pero puedes usarla mientras se seca la que llevabas- Le dijo colocando la prenda frente a ella para voltearse hacia la entrada de la cueva.
-Gracias- Se oyó su voz suave a espaldas de la bestia que seguía comiendo.
Las orejas de la loba se movieron involuntariamente mientras Lena se cambiaba de ropa, manteniéndose lo más tranquila posible, la bestia seguía enfocada en no prestar atención al aroma de Lena, cuando estaba por voltear sigilosamente, ella volvió a romper el silencio del momento.
-Sé que no sirve de mucho decirlo pero… Las personas que atacaste el otro día… me habían hecho daño anteriormente- Murmuró manteniendo la mirada baja mientras terminaba de vestirse.
-Probablemente esté mal que me alegre, pero me siento aliviada de saber que ya no volveré a verlos-.
Rein volteó a verla, sorprendida y con una sensación de molestia al imaginar que esos hombres la tocaron.
-No es nada… puedes estar tranquila- Le respondió lanzando los restos de lo que había comido fuera de la cueva y recostándose en el suelo, mirando hacia la entrada.
Lena tomó el collar que Rein le había puesto al salir del departamento, había dejado el libro cerca del fuego para que se secara.
-¿Este collar es tuyo?- Le preguntó.
Rein abrió los ojos, ya se había dispuesto a dormir pero no ignoró la pregunta.
-Mi hermana me dijo que perteneció a mi madre, pero puedes quedarte con él.
La joven tomó el libro, estaba cerrado, parecía tener mucho tiempo sin ser hojeado.
-¿Este libro también es de tu mamá?- Añadió. No recibió respuesta ya que la bestia se quedó dormida.
-Están exhaustos… es normal, yo dormí bastante antes de salir de casa- Murmuró sonriendo mientras los veía, ambos estaban dándole la espalda como respetando su espacio.
De pronto, un recuerdo efímero del interior de la habitación y la voz de un hombre en sus pensamientos la inquietaron, podía recordar claramente los momentos donde Rein atacó a los maleantes, las sensaciones de ellos tocando su cuerpo y las escenas de la pelea de la noche anterior se mezclaron en su mente.
-Basta, por favor…- Suplicó en un murmullo.
La incertidumbre, el miedo, la desesperación y la tristeza continuaron mezclándose en su cabeza, el sonido del fuego ardiendo frente a ella no era suficiente para mantenerla distraída.
Justo cuando comenzaba a rendirse ante esas emociones, comenzó a sentir un calor proveniente de su pecho, esos pensamientos comenzaron a disiparse y un sentimiento de tranquilidad le permitió relajarse.
-Es la madre de Rein- Pensó mientras colocaba la mano sobre su pecho -Es como si la madre de Rein me abrazara de pronto… Pero ¿Cómo puedo saberlo si ni siquiera la conocí?-
Confundida, la joven intento quitarse el collar, pero cuando estuvo a punto de hacerlo decidió dejarlo donde estaba, sonriendo se acurrucó en el suelo, sentía una calidez que la arrullaba, respirando profundo se recostó para quedarse dormida también.
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