Luego de caminar por unos días, lograron llegar a las afueras de la ciudad, pero no tenían a donde ir ni a quien pedirle ayuda, pero era mejor para ellos estar solos para no arriesgar vidas. Deciden que se quedarán en los barrios bajos, en una casa pequeña de un piso y abandonada. No había mucho, solo una cama dañada por el tiempo y un baño sucio, pero con tuberías aun funcionando al igual que el sistema de agua.
Arreglan el lugar tanto como pueden. Al estar el lugar más limpio, deciden planear como vivir, llegan a la conclusión de volver a robar como lo hacían en sus inicios. Mientras Hana distraía a las personas, Carlos robaba por detrás; repetían este patrón cada vez que salían, pero no se sentían bien haciéndolo, desgraciadamente no tenían opción. Luego de tener varios objetos de valor, los venden a un menor precio y con el dinero que logran conseguir, compran un colchón para dormir mejor.
Sentían que sus preocupaciones desaparecían al acostarse en el nuevo colchón, pero aún tenían algo que hacer. Ahora que tenían algo de dinero y un lugar en el cual descansar, deciden poner en marcha su plan. Esa noche van hasta la plaza pública de la ciudad, tenían la cara tapada, pero al llegar al centro del lugar donde había la mayor cantidad de gente y cámaras de seguridad, muestran sus rostros.
Al tener las cámaras cerca, una alerta se activó en la base de tártaros, dando señal que habían descubierto el paradero de ellos dos. Los dos estaban nerviosos, pero listos para enfrentar lo que sea que fuera a presentárseles enfrente. Sin embargo, nadie aparece durante una hora, creen que ya los olvidaron, pero era extraño que algo así sucediera.
Entonces, mientras estaban esperando, un sonido agudo invade toda la ciudad; con eso ellos dos confirmaron que el enemigo estaba haciendo su primer movimiento para atacarlos, aguardaron con calma y atentos a los alrededores. Lo más extraño fueron los aparatos tecnológicos, ninguno estaba funcionando bien, pero una imagen empezó a mostrarse en los dispositivos de todos. Una imagen. La de Carlos y Hana. De fondo se escucha una voz alterada pronunciando un discurso sobre la imagen.
— La confusión es algo normal es situaciones como esta, pero no tomaré mucho de su tiempo. Esos dos que están viendo en sus pantallas son personas peligrosas a las cuales estamos buscando, si los ven, ¡atrápenlos! Quien logre detenerlos recibirá cinco millones de dólares, acciones de compañía y propiedades. Si los ven no los dejen ir, el premio puede ser suyo. — comenta alegremente la voz.
Cada una de las personas que estaba alrededor de ambos, estaban confundidos sobre lo que acababa de suceder; pero una cosa tenían en claro, la gran recompensa por Hana y Carlos. Ellos caminaron con la mirada baja, intentando evitar llamar la atención y hacer que los reconozcan. Caminan entre la multitud que sigue analizando la circunstancia, pero uno de ellos logra visualizar a ambos e intenta detenerlos, pero Carlos lo derriba y la multitud se percata de quienes son e intentan también capturarlos
Corren evitando ser capturados y derribando a tantos como puedan para ganar distancia y evitar ser entregados al enemigo. Pensaban que solo enfrentarían a quienes querían matarlo, pero ahora hasta los ciudadanos comunes intentan hacerles daño. No hay nadie en quien puedan confiar.
Mientras salen de aquel lugar, derriban a un sujeto que iba en una moto; recogen la moto e intentan salir de ahí pronto, pero ninguno de los dos sabe manejar, mientras intentan escapar van entendiendo como funciona la moto y en ver cuál era la forma de acelerar se apresuran en salir de allí.
al haber una gran cantidad de personas cerca de ambos, quienes no intentaban capturarlos, comenzaron a grabarlos. Algunos tomaban fotos, otros filmaban lo sucedido, algunos transmitían en vivo a través de sus redes el cómo intentaban capturarlos sin éxito. Las publicaciones se hicieron virales y muchos que se encontraban en los alrededores y que vieron las publicaciones, intentaban ver si lograban verlos.
Cuando avistaban a los dos en la moto, inmediatamente publicaban en redes que tuvieron la oportunidad de ver a los más buscados. Cada persona que logró verlos y publicar su localización, hizo del trabajo de la organización de Tártaro más sencillo en lo que respecta a búsqueda. Por quienes publicaban en sus redes los lugares por donde pasaron los dos, lograban saber en qué sectores de la ciudad estaban.
Cada cámara, tanto pública como privada, los captaba, cada ciudadano con un teléfono, publicaba en donde los vieron. No solo tenían a la ciudadanía en su contra, también la tecnología estaba perjudicándolos.
Algunas patrullas intentaban seguirlos, pero Hana y Carlos no iban a detenerse, no conocían las intenciones de los oficiales. Mientras eran perseguidos, Hana lanza una pequeña bolsa con comida que tenía en la mano provocando que la patrulla frenara bruscamente y ellos logran despistarlos por un tiempo.
Intentan salir de la ciudad hacia la carretera para evitar cualquier cámara. En una era tecnología como la actual, hay cámaras por todas partes, no solo públicas y privadas, también están las cámaras de los celulares de las personas, las cámaras de laptops y tablets, las de los cajeros automáticos. Cada una de ellas detectaba donde se encontraban, cuándo y cómo. Evadirlas o intentar esconderse era casi imposible. Pero descubren una forma de poder lidiar con la tecnología y ganar más tiempo y evitar que los detecten rápido.
Recuerdan que en la ciudad hay un túnel, sin importar el tipo de internet o el teléfono, en los túneles no llega la señal, entonces se dirigen allí y al entrar, frenan y derrapan contra el suelo, los autos que los seguían no tuvieron más opción que detenerse, algunos de chocaron, otros lograron salvarse, pero obstruían el camino. Hana y Carlos continuaron avanzando por el túnel y salen.
Llegaron hasta la carretera; solo había árboles y plantas alrededor, difícilmente lograrían detectarlos con tecnología. Descansan en el bosque, duermen por un par de horas y, antes de que salga el sol, se levantan para seguir su viaje. Pocos autos se veían en la carretera, a simple vista parecía que tendrían una mañana tranquila, pero no bajaron la guardia. Su recorrido duró dos horas hasta que llegaron a la siguiente ciudad. Sin embargo, antes de ingresar, había una revisión donde observaban las caras o cargamentos de las personas que querían ingresar. No dudaron en pensar que los estaban buscando. Intentan dar media vuelta, pero un oficial logra verlos e intenta llamar la atención de ambos, pero como no contestan el oficial consideró que la actitud de ellos era sospechosa y avisa por radio lo sucedido.
Hana quería lanzarles una lagrima para poder salir de aquella situación, pero Carlos la detiene, no pueden lastimar a la gente o los considerarán los malos, ella se contiene y guarda la lagrima que sujetaba con sus manos. Algunas personas sacan sus teléfonos para grabar lo sucedido o transmitirlo en vivo, esto hace que la compañía GENEZA sepa dónde estaban ocultos, así que, transmiten en tiempo real la ubicación de ambos y las personas desesperadas por el dinero se movilizan tan rápido como les es posible. Carlos pensó en la posibilidad de que su ubicación ya fue informada. Sin más opciones le pide a Hana que lance la lagrima que tenía guardada lo más lejos que pueda para despistar a los oficiales y crear una abertura que les permitiera ingresar a la ciudad.
Hana entiende lo que quiere hacer y lanza la lagrima y crea una gran explosión que estremece a todo el mundo. Durante la confusión ambos cruzaron y lograron entrar a la ciudad.
La vida de ambos se estaba complicando y no sabían cómo iban a sobrevivir si todo el mundo intenta atraparlos o matarlos. Intentan moverse entre la multitud, pero mientras más tiempo pasan en la calle, más rápido los reconocen; huir es la única opción. Se sentían como extranjeros en una nación conflictiva. Pero mientras intentan huir, en el cielo aparecen algunos aviones de cargamentos cuyas puertas se abren.
Todos en la ciudad se intranquilizaron al verlos y ven cómo personas saltan de los aviones. Daba la sensación de que estaban invadiendo la ciudad, pero no tenían la intención de atacar a la ciudadanía, no todavía. Quienes caían del cielo eran los sujetos especiales. Decenas de ellos listos para recorrer toda la ciudad y atrapar a Hana y Carlos.
Ellos dos se estremecen al ver la cantidad de sujetos especiales cayendo del cielo con paracaídas. Aún tenían tiempo para huir; caían lentamente. Ellos toman una moto y se movilizan intentando buscar la forma de salir de esa ciudad y volver al bosque, pero mientras no intentan, en todas las pantallas se proyectaba una figura negra que comenzaba a repetir quienes eran ellos dos y las recompensas que obtendrían si los atrapaban y mientras terminaba de mencionar los premios, transmiten en vivo donde se encuentran ambos.
Algunas personas se desvían del camino para buscarlos, bandas de motociclistas se juntas para recorrer toda la ciudad, la policía se moviliza sabiendo que las recompensas mencionadas harían que el pueblo se descontrolara y el caos comenzara; mientras se movilizan, también movilizan a un grupo de policías para que capturen a Hana y Carlos.
No eran los únicos buscándolos, los sujetos especiales también recibieron la ubicación de ambos y se dirigían hacia ellos una vez tocaban tierra.
Los corazones de Hana y Carlos se inquietan por lo sucedido, saben que la ciudad se ha convertido en un campo de batalla y la ciudadanía entera es su rival.
Al acelerar, un auto los enviste y caen al suelo. Las personas alrededor del accidente intentan ayudarlos a ambos, pero se percatan que son las personas cuyas cabezas tienen un enorme precio e intentan inmovilizarlos, pero Hana usa una lagrima pequeña de miedo y provoca una explosión eléctrica.
Siguen aturdidos, pero hacen un sobreesfuerzo para salir del lugar, pero la gente intenta de nuevo atraparlos, Hana toma dos lágrimas de miedo y las lanza haciendo que queden inmovilizados todos sus perseguidores.
Creyendo que habían logrado deshacerse de la gente y poder seguir escapando, llegan los sujetos especiales. Detrás de ambos la gente comenzaba a aglomerarse y rodearlos, al mismo tiempo también se acercaba la policía a toda prisa. Hana saca una lagrima explosiva, solo tenían una oportunidad para escapar, pero no tenían una ruta de escape, aunque utilizaran la lagrima serian rodeados con facilidad.
Carlos no sabe cómo reaccionar, quiere saber cómo escapar, pero Hana tiene una idea que puede sacarlos a pesar de la situación. La noche anterior, ella había guardado en una bolsa pequeña algunas lágrimas. el plan es, lanzar varias lágrimas eléctricas al pueblo y una lagrima explosiva a los sujetos especiales. Le comenta la idea a Carlos y él se encarga de lanzar las lágrimas a la gente. Cuentan hasta tres y proceden con el plan y corren hacia la multitud y se mezclan entre ellos para que no pudieran atraparlos enseguida.
Los sujetos especiales a pesar de no haber recibido ningún daño, no pudieron ver hacia donde huían, pero al ver que no se encontraban por ningún lado, llegaron a la conclusión que aprovecharon la confusión y se mezclaron con la multitud. Avanzan sin dudar y buscan entre la gente, no les importaba usar la fuerza bruta para movilizarse, solo tenían un objetivo, atraparlos.
Las horas pasan y la ciudad es un completo caos. Muchos más desde que personas y grupos de otras ciudades comenzaron a llegar para también buscarlos y ser dueños de todos los premios.
Decenas de casas y pequeñas residencias ardían con fervor, los robos se incrementaron exponencialmente, asesinaban sin piedad y sin importarles si los veían o identificaban. La policía era un caos total, les faltaba personal, el ejército demoraría al menos dos días en llegar. Ser civilizados ya no era una opción en esa ciudad.
Mientras los sujetos especiales revisaban cada rincón de la ciudad, criminales contratados por Tártaro, llegaron a la ciudad y el número de víctimas se triplicó ya que ellos tenían la orden de asesinar al chico. Les dijeron que mataran a su conveniencia, si lo encontraban o veían a alguien parecido, no dudaran y lo asesinaran, pero las autoridades al no tener esta información, se espantaron al notar la creciente ola de asesinatos. La ciudad colapsó en todo sentido, la seguridad no existía, los ciudadanos que no querían estar envueltos en todo el asunto no tuvieron oportunidad de salir de la ciudad. Quedarse significaba morir; intentar huir, significaba morir; parecerse al chico, significaba morir; no existía la palabra salvación en esa ciudad.
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