-Destrucción en un poblado en medio del bosque que está al sur de la ciudad, los bandidos dicen que una bestia de pelaje negro mató a su líder, iba con una ciervo y una mujer- Reportó un joven a un hombre de traje que tenía un vendaje en la cara y el brazo.
-Pelaje negro y un ciervo... Ahora veo porque no habíamos encontrado nada por más que recorrimos la ciudad- Concluyó el hombre mientras frotaba el arma blanca elaborada con un colmillo.
-Ya no queda nada útil en esa villa, destrúyela por completo y da aviso a los medios de comunicación. La bestia asesina atacó por segunda ocasión, ese monstruo no distingue entre bestias y humanos, dirás-
Cuando el joven se dirigía a la puerta con la orden recibida, un tipo vestido de túnica entró caminando con torpeza a causa de un desperfecto en su pierna, posándose sobre su bastón se quedó mirando al hombre de traje.
-De inmediato supe que era una mentira lo del ataque en el callejón, dime, que fue lo que pasó? Tus subordinados no me dieron información sobre la mujer que dejé en tus manos-
-Hasta ahora apareces, viejo decrépito- Le contestó -Ya habían pasado 6 meses desde que la dejaste aquí, creí que la habían olvidado así que la usé para mí beneficio, en solo un par de semanas multiplicó toda la ganancia de las otras acompañantes-
-¿Acompañantes dijiste? ¿¡Sabes el valor que tiene esa mujer!? ¿¡Cómo te atreviste a usarla de esa manera!?- Exclamó alterado el anciano.
-Vaya que supe su valor, todos la solicitaban, ese cuerpo y ese cabello extravagante, su actitud pasiva y esa voz tan femenina- Hizo una pausa como trayendo a su mente un recuerdo agradable mientras su invitado no terminaba de creerlo.
-¡Suficiente! ¡Entrégamela ahora mismo!- Le ordenó bastante molesto.
-La muy maldita se escapó, no es mi problema así que ve a buscarla, cumplí con resguardarla pero ustedes desaparecieron-
-¿¡La perdiste!? ¡Imposible!- Exclamó señalando al hombre con su bastón -¡Esa mujer es de nuestra propiedad y si no quieres consecuencias para tus negocios más te vale que la recuperes!-
El tipo sonrió y alzando la voz hizo que su subordinado regresara.
-Agrega este dato a los medios, se sospecha que la bestia asesina tiene secuestrada a una joven que es buscada por su querido abuelo- Dijo en un tono de burla.
-Esto no es un juego, Garret- Interrumpió el anciano -Si esa bestia es tan peligrosa podría lastimarla, debes enviar a tus hombres a buscarla-
-El animal mató a 14 de mis subordinados, no puedo enviar a mis bestias porque sería distraer la atención de ese infeliz, necesito que el ojo público lo tenga a él en la mira, el temor vuelve impredecible a las personas, llegara un momento donde no podrá huir más-
-Haz lo que tengas que hacer, lo hablaré con el clan para definir tu sanción por este descuido, no dejaremos de financiar tus actos, pero no vuelvas a meter a Ela en esto-
-Como sea, esa chica no me interesa- Dijo el hombre apretando el colmillo -A quien quiero a ese maldito lobo-
Lena y Rein Capitulo 15 - Recuerdos
-Tengo mucho frío- Apenas se escuchaba murmurar a la joven que yacía desnuda sobre una cama mugrienta, intentaba encorvarse para guardar calor en su delgada complexión.
La puerta se abrió nuevamente, la chica apenas se recuperaba de la experiencia anterior cuando un nuevo hombre la sometió.
-¿Hace frío, verdad?- Le dijo el tipo entrando a la cama y recostándose con ella -Sólo relájate, pronto entrarás en calor- Añadió dándole un beso en el hombro, la chica no puso resistencia, se notaba resignada e incluso cooperativa.
-Eso es... eres una criatura única, tus dueños no supieron valorarte- Le susurró al oído mientras pasaba su brazo por su cintura para sujetarla.
-Mis... ¿Dueños?- Surgió la pregunta en su cabeza, su mente se quedaba en blanco en esos momentos, como si intentara bloquearlos.
Lena despertó de golpe, estaba recostada sobre un montón de ramas y hojas que hacían la función de una cama, a su lado, el pequeño lince dormía acurrucado contra su pecho.
-Fue un sueño...- Susurró aliviada y abrazando al cachorro, el ronroneo del felino comenzó a calmarla.
-Calma... fue un sueño- Se repetía una y otra vez mientras acariciaba el pelaje del pequeño.
Habían pasado dos días, las luces de la siguiente ciudad se alcanzaban a ver a lo lejos desde el punto donde estaban acampando.
-¿Pasa algo?- Le preguntó la loba al verla agitada.
-No es nada... solo... tuve un mal sueño- contestó acomodándose de nuevo para seguir durmiendo.
-El suelo no es cómodo... quizá por eso estás teniendo pesadillas- murmuró la bestia.
Antes de que la joven pudiera responder, un crujir de ramas las puso alerta, Brito despertó de inmediato, colocándose entre ellas y lo que se acercaba entre los árboles.
Rein gruñó fuerte, encorvándose y tensando sus manos en posición de ataque, para sorpresa de todos se trataba del bisonte que transportaba al bandido que atacó la villa.
-Lo siento... Por fin no me hagan daño- Exclamó al ver que lo estaban esperando -¡La encontré, señorita!- Se dirigió a la chica con un tono tranquilo, haciendo que Brito y Rein bajaran la guardia.
-¿Si? ¿Qué sucede?- Le dijo la joven sin levantarse del suelo, tenía al cachorro dormido en su regazo.
-Lo siento por todo el daño que causé- Se disculpó agachando la cabeza -Pero necesito pedirle algo, vi que ustedes ayudaron a la hija del patriarca y no le temen a los bandidos-
-¿Qué es lo que necesitas?-
-Verá, mi nombre es Bruno, fui cazado junto a mi amigo hace 2 años, desde entonces había sido el esclavo de ese rufián... gracias a ustedes soy libre, pero...- Hizo una pausa
-¿Quieres que ayudemos a tu amigo?- Concluyó Brito cruzándose de brazos.
El hombre bisonte asintió con la cabeza, un leve sonrojo coloreó su rostro, causando empatía en Lena, sin dejarla responder, Rein dio un paso adelante enfrentándolo con la mirada.
-No tengo intención de perder el tiempo, estamos camino a la ciudad ¡No enredes a Lena con tus tonterías!-
El hombre bajó la cabeza, la joven se puso de pie luego de acomodar al cachorro en el suelo y le tomó la mano al bisonte -Dime...¿Este amigo tuyo es muy importante para ti?-
-Si, señorita- Respondió -Es... muy importante-
-¿En dónde está?- Prosiguió ella ante la mirada de molestia de Rein.
-Los bandidos tienen su guarida en un edificio abandonado que está en la siguiente ciudad- Les explicó.
-Mi casa esta en la ciudad, pueden quedarse ahi el tiempo que deseen, se dirigen hacia allá ¿no? se los ruego, ayúdenme- Suplicó el hombre bisonte.
-Un techo en la ciudad, yo que pensaba que llegaríamos como un simple grupo de foráneos, podemos aprovechar ese lugar para no gastar en renta y prepararnos para seguir nuestro viaje ¿No crees, loba?- Dijo Brito.
-Además, sin el líder es probable que ese grupo de bandidos esté debilitado, no creo que sea problema para tí-
Exclamó palmando la espalda de Rein.
-No tengo nada que ver contigo ni con tu amigo...No me interesa estar rescatando a nadie-
-Pues... Me rescataste a mi ¿Recuerdas?- La interrumpió Lena mirándola como pidiéndole aceptar la petición.
Sin más remedio, Rein suspiró y se cruzó de brazos.
-Parece que tú y Brito ya lo decidieron... No es como que tenga elección-
Sin dejar que el bisonte celebrara su logro, Brito se adelantó a preguntarle sobre el aparato que el líder de los bandidos había utilizado en la villa.
-¿Sabes algo sobre eso?- Dijo bastante serio.
Bruno se rascó el mentón, como pensando en su respuesta.
-Solamente él tenía uno, era una forma de controlarnos, como se dieron cuenta duele muchísimo y paraliza al instante, ahora que lo destruí no tienen forma de seguir haciéndolo-
-¿De qué hablan?- Intervino Rein -Yo no escuché nada-
El bisonte abrió los ojos, sorprendido -Entonces es posible que seas más fuerte de lo que pareces- Concluyó.
-O tal vez eres tan salvaje que tu cerebro no detecta cosas complejas- Le dijo Brito para hacerla enfadar.
Lena se puso la pequeña mochila que Brito había traído, dentro estaba el libro que Rein le confió, cargando al pequeño lince se acercó de nuevo al grupo que también se alistaba para continuar su camino ahora a la siguiente ciudad.
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