En un enorme puente un hombre había saltado, hasta lo más profundo del abismo se había tirado.
A lo lejos un gato que también pasaba por el camino, dijo:
- Que lamentable y torpe ser, llegar aquí solo para caer… aun sin culpa o impedimento estos eligen siempre el sufrimiento.
- ¡Silencio, Gato Embustero! - dijo un perro sentado a lo lejos.
Sentado a un costado de la barda, el perro viejo y furioso gruñía con rabia.
- Tú qué sabes de los humanos, alguien que no mira más de sí mismo, no tiene el derecho de opinar de los demás.
- Que tenemos aquí -dijo el Gato sereno, pero en el fondo algo fastidiado- ¿un perro? Y dime donde esta tu dueño, no se supone que los de tu especie solo viven para ellos, pero no veo a ninguno… oh, tal vez…
- Cállate, antes de que yo mismo te arroje al abismo -Dijo iracundo el perro-
- Oh, calma mira que pelear en estos momentos -Dijo un pequeño ratón, el que se entrometió entre ellos- Ustedes aun siendo tan grandes siguen siendo de mentes pequeños.
- Tú no tienes derecho a hablar ratón-Dijo el gato con desprecio
- Si, solo eres un ratón pequeño y feo - Exclamo el Perro- Tu al igual que el gato no saben nada de….
- ¿Los humanos? -Interrumpió el ratón- claro que se de ellos, yo y toda mi especie ha vivido de sus restos, sabemos mucho de ellos.
- No saben nada, sin duda, no saben que es ser humano y de todo lo que pasan ellos -dijo el perro-
- Tu tampoco sabes con exactitud, por lo que veo -Dijo el gato lleno de ego-
El perro dejo de hablarles, les dio la espalda y se sentó de nuevo.
- ¡Ay, perdón! ¿Herí tus sentimientos? -Dijo el gato con desdeño, pero el perro ni si quiera llego a verlo- Bueno, creo que ya perdí mucho de mi tiempo, tengo un camino que recorrer, no como el perro. -El Gato avanzo unos pasos, más el ratón estaba intrigado-
- ¿no lo entiendo? ¿Qué hace un perro en medio del sendero? ¿No se supone que los de tu especie esperan siempre al inicio, a sus dueños? -El perro no respondió de nuevo, pero su cabiz bajo lo dijo todo en ese momento-
- Él se tiró, ¿no es cierto? -Dijo el ratón acercándose al perro, el gato atento escuchaba a lo lejos-
- Yo debía haberlo guiado -Hablo por fin el perro- decía que no merecía por el sendero, sintió que debía caminar de pagar por cosas que había hecho. Debí sostenerlo,… soy un mal perro.
- No te sientas mal, no es tu culpa, son la de ellos, nosotros en cambio no vivimos de los remordimientos. Ven y caminemos juntos el sendero.
- Me niego- Dijo el Perro- tengo que esperar a mi dueño.
- Él no regresara, nadie que cae ha vuelto -Dijo el Ratón preocupado por el perro-
- No importa, yo lo esperare, el regresara -Dijo el perro sin lamentos-
- Qué tonto es este perro -Dijo el gato altanero- ¿Qué no sabes que abajo hay otro sendero? Claro, es más difícil y complejo, pero terminan en el mismo paradero.
- ¿Enserio? -dijo sorprendido el perro-
- Por supuesto, yo ya he recorrido esto, todos se encuentran al final del sendero -Dijo el gato rascándose el pescuezo-
- Vaya, y crees que él este al final del sendero -Dijo el perro esperanzado por su dueño-
- No lo sé, pero es seguro que llegara, todos y cada uno de ellos lo hará -dijo el gato jactancioso- Porque no lo esperas mejor haya, el sin duda lo apreciara.
- Bueno, si el estará al final del camino, no me importaría esperarlo haya -Dijo el perro algo contento-
- Bien, vamos juntos -dijo el Gato- el camino es algo largo y es mejor ir acompañado.
El Perro, el gato y el ratón, se dirigieron al final del sendero, más el ratón veía al gato con una expresión algo burlesco.
- ¡Oye! Que me miras ratón -Dijo el gato algo molesto-
- Quien diría que conocería a un gato tan bueno -Dijo el ratón riendo-
- Cállate o serás mi almuerzo -dijo el gato frunciendo el ceño.
Caminaron un largo trecho, sin pronunciar palabra, comentario o si quiera un gesto, más el aburrimiento les llego de momento y el ratón es quien rompe el hielo.
- ¿Se han preguntado por que nosotros podemos pasar el sendero? Si lo piensan ningún humano a logrado hacerlo.
- Eso es cierto -dijo el perro- No he visto a ningún humano llegar hasta esta parte del sendero, siempre caen antes de ello.
- Tal vez exista algún requerimiento -dijo el ratón pensativo- pues nosotros cruzamos sin lamentos.
- Eso es extraño -dijo el perro- yo no me considero tan bueno, me he lamentado al perder a mi dueño, pero no he caído como ellos.
- ¿Crees que para cruzar tienen que ser buenos? -Dijo el ratón inquiriendo-
- Ja nada de eso es cierto -dijo el gato en tono burlesco-
- ¿Tú qué sabes sobre ello? -Dijo el perro con recelo-
- Los humanos son tan incomprendidos, su naturaleza es ser autodestructivos -Dijo el gato sin miramientos- no necesitas ser bueno, ni malo para caminar por el sendero, solo camínalo no hay más secreto.
- No entiendo como alguien como tú, puede saber tanto y ser tan presumido al mismo tiempo -dijo el perro tratando de provocar un enfrentamiento-
- Pues acostúmbrate perro -dijo el gato algo molesto- me veras junto a ti por un largo tiempo, y tú también ratón pequeño.
El Perro y el ratón sorprendidos por el gesto, solo sonrieron, el gato al darse cuenta se sonrojo y trato de ocultar sus sentimientos. Estos caminaron durante un largo tiempo, charlando ya veces discutiendo. Poco a poco su relación mejoro, inseparables se han vuelto la amistad del perro, el gato y el ratón.
- ¡Lo veo! -dijo el ratón sonriendo- ¡Es el final del sendero!
El perro y el gato corrieron, pero el ratón no podía llegar junto a ellos. Más el perro se detuvo y le dijo al ratón.
- Ven súbete, en mi lomo, llegaremos juntos al final del sendero.
El gato también espero y al estar juntos, se vieron, se dieron aliento y entraron juntos al final del sendero.
- ¡Oh! que maravilloso -dijo el ratón pequeño- ¡está lloviendo!
- ¡Si! -Dijo el gato hambriento- está lloviendo atún fresco.
- No -dijo el ratón- Está lloviendo queso.
- Que dicen, si claramente está lloviendo huesos -dijo el perro sonriendo-
- jaja -dijo el gato estos sonriendo- al parecer aun en momentos, nunca podremos estar de acuerdo.
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