Calidez es tu corazón
Veo en las estrellas una fuente de inspiración,
pido un deseo dejando mi alma al Son de una canción.
Paula Canyul.
— Volteamos hacia Johann que nos veía con incomodidad.
— Veo que se llevan muy bien, pero necesito que dejen de hacer berrinches.
— — No estamos haciendo berrinches. — contestamos al mismo tiempo kelpie y yo.
— Está bien. — dijo dándonos una mirada exasperada.
— Te he mostrado nuestra verdadera forma, si lo he hecho es porque necesitamos hablar y de esta manera nos ayudaremos mutuamente.
— Kelpie te quedarás con ella cuando yo no me encuentre y es tu obligación protegerla y tu niña obedecerás a kelpie cuando yo no me encuentre y evitarás salir de esta casa.
— No puedo. — dije rápidamente.
— Podrías decir que si a algo. — Me dijo apretando los dientes.
Dientes con colmillos afilados.
— Podría decir lo mismo no me dices nada.
— Yo cuidare a la humana mientras usted busca los escritos amo. — Interrumpió Kelpie con entusiasmo.
— Está humana tiene nombre, solo díganme Yulianne o Yuli. — Dije sintiéndome como un bicho raro, me decían humana o niña de manera despectiva.
— ¿ Y qué rayos son los escritos? — Pregunté.
Todavía me sentía ofendida por la manera en la que kelpie se había burlado de mí.
Ahora yo debía poner un altar sobre ellos, no era suficiente con la humillación que sufría.
— Nada de lo que debas preocuparte— contestó
— Entonces te llamaré Alin, me hace sentir incómoda eso de amo o señor demonio. — conteste, pero no era solo incomodidad.
— Haz lo que quieras. — me contestó.
— De acuerdo ya que hablan de reglas yo tengo una muy importante. — Empecé a hurgar en las bolsas más grandes.
— Ya que revisaste mis bolsas creo que sabes para qué funciona esto. — le dije a Kelpie mientras rompía el empaque de una cama para perros que estaba guardada al vacío, en el momento que la abrí empezó a inflarse.
— Pretendes que durmamos ahí. — Me dijo Kelpie su cara empezó a enrojecer de rabia.
—no pretendo, lo van a hacer es mi casa y no les voy a dar mi cama. — Le dije
— Mi amo no puede dormir en esa cosa. — empezó a gruñir.
— Pues es esa cosa o duerme afuera. estoy harta de que me asustes cuando despierto y ahora que veo que son chicos no los quiero cerca de mí. — los miré intensamente, me sentía avergonzada kelpie había estado acurrucado en mis piernas y lo abrazaba mucho.
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, ellos eran demasiado atractivos y yo había tratado a Kelpie como mi peluche personal por las noches.
— No somos chicos, somos demonios. — Farfulló kelpie
— Y eso es aún peor, podrían matarme mientras duermo. —
— Aunque los humanos son deliciosos no te comeremos mi amo te necesita. — contestó Kelpie con un brillo perverso en sus ojos.
— Cállate kelpie. — Alin quien se había mantenido al margen de repente le gritó.
— ¿Comen humanos? — me estremecí.
— De acuerdo no los comemos del todo. — siguió Kelpie quien no dejaba de ver a Alin.
— ¿QUE SIGNIFICA ESO? — CHILLE ASUSTADA.
— No los comemos, no te asustes. — Alin se dirigió a mí levantando las manos.
— Sí no los comemos, humana. -- repitió Kelpie, aunque no se veía muy convencido.
Dejé caer la cama del perro y me tiré de espaldas a mi cama.
Tape mi rostro con mis manos frustrada.
— Que alguien me despierte, esto es una maldita pesadilla ¿sí me muerdo o me pellizco me ayudaras a salir de este sueño ridículo? — exclamé al techo tratando de obtener una respuesta.
Ahora hablaban de comer humanos, eso era peor de lo que me imaginaba, si mi padre salía lastimado por mis impulsos ¿qué iba a hacer?
De pronto kelpie se acercó a mí y tomó lentamente mi mano, tenía una sonrisa traviesa.
Llevo mi mano a sus labios mirándome a los ojos me estremecí, podía jurar que me estaba sonrojando nuevamente.
Acaso iba a besar mi mano como en una película de fantasía y romance.
No había acabado de fantasear cuando un agudo dolor atravesó mi dedo anular, arranque mi mano de sus labios.
— OYE — grité
— Me mordiste— gruñí.
Alin se acercó a Kelpie y lo tomó del cuello alejándose con rapidez.
— ¿porque la mordiste — dijo molesto
— Ella dijo que quería un mordisco amo. — se defendió Kelpie.
— Pero no lo dije en serio. —Reclame mientras observaba mi mano aunque no había perforado mi piel con sus colmillos, marcas rojas estaban alrededor de mi dedo.
— Ahora estoy dudando si deben quedarse aquí, Kelpie acaba de decir algo sobre comer humanos y ahora me muerde. — Me queje.
— Kelpie es inofensivo no te preocupes. — Trato de tranquilizarme alin quien soltaba a kelpie.
— Toma tu forma animal. —le ordenó.
— Sí amo. — gimoteo kelpie.
Kelpie se veía triste y pronto apareció en forma del cachorro negro.
Tú también deberías tomar tu forma animal, me pone nerviosa verte y siento que me podrías atacar en cualquier momento. — había reproche en mi voz.
Bufo antes de aparecer a mi lado con la misma forma que kelpie, pero esta vez sus ojos eran de ese azul intenso.
Me levanté lentamente y tomé la cama que había arrojado al piso, la acomodé en la esquina del armario.
Ustedes dormirán en este lugar y les prohíbo subirse a mi cama. — les advertí molesta, después de esta mordida los quería fuera.
Kelpie gruñó y se acostó en la alfombra dándome la espalda.
— Tienes que quedarte cerca de nosotros, tu vida corre peligro, espero puedas permanecer aquí durante unas semanas. — Me dijo Alin quien se acomodaba en la cama de perros.
— Imposible, tengo que regresar al colegio esta semana. — dije mirándolo con curiosidad.
Con sus pequeñas patitas seguía acomodando el lugar donde iba a acostarse.
Quise reírme por lo chistoso que se veía, aun que podía ver que eran demonios y eran similares a los humanos cuando se transformaban sus movimientos eran muy naturales, como si fueran verdaderos cachorros con la diferencia de que hablaban y podían comer chocolates.
— Eres tan terca. — me miro molesto.
— Que esperas que haga, no puedo inventar excusas toda mi vida para permanecer encerrada. —
— Kelpie te cuidara no te alejes de él durante el día.
— Después de que casi me arranca un dedo no estoy segura de querer estar sola con él. — dije con resentimiento en mi voz.
— Exageras no te comería ni, aunque me lo rogaras humana apestosa. — dijo molesto kelpie sin mirarme.
— Y esperas que me cuide. — levanté una ceja en dirección a Alin.
— Lo hará por que es una orden. —
— Y deja de preocuparte, no te lastimará. — trato de convencerme, su voz era más suave.
— Esto no puede terminar bien. — trate de convencer a mi cerebro de lo mal que estaba haciendo todo, pero no quería que se fueran.
Misteriosamente esa noche pude dormir muy bien, kelpie tenía razón a lado de ellos era como si todo se esfumara.
Todo va a estar bien, una voz susurro y sentí unas manos cálidas acariciando mi cabello.
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