Lora era un monstruo, pero sólo en el sentido físico de la palabra. Sí, estaba más cerca de parecer una araña antropomorfa que una chica de verdad, pero era uno de los seres más pacíficos que podrías llegar a conocer.
¡Sólo comía animales cuando sabía que se les había dado un trato justo en vida!
Igual era algo vanidosa; pero no era culpa suya el ser bastante guapa, no precisamente tonta, y haber sido criada con una abuela siempre dispuesta a recordárselo (sobretodo influía dicha abuela).
¿Los únicos defectos que se atribuiría a sí misma? Bocazas, desordenada y…confiada. Demasiado confiada.
M era un caballero humano. Aparentemente, no había nada monstruoso en él. Bueno, a Lora le juró que su bisabuelo por parte de madre lo era; y la criatura no tenía razones para no creerle.
Aunque parecía ser de su edad, sabía que debía ser algo mayor, puesto que los caballeros debían estudiar bastante (suponía; sería lo normal con la cantidad de responsabilidades que tenían, ¿no?)
Sus encuentros eran secretos; jamás hubiera creído que le pudiera gustar tanto una persona. En ocasiones, el silencio bastaba.
Entonces, un buen día, cuando la luz casi había abandonado el cielo, decidió invitarlo a conocer a su abuela y familia extendida.
No fue consciente de su error hasta que, a las puertas de su casa, oyó un ruido que había aprendido a reconocer sin falta.
El ruido de metal contra metal; sólo que ahora estaba multiplicado con respecto a cómo lo solía oír.
Se giró hacia M.
- No…
M resultó ser un monstruo, pero de los que no lo aparentan, arrebatándole incluso la oportunidad de unas verdaderas palabras finales a la que se había considerado su amada.
Puede que Lora no hubiera podido ser un monstruo por dentro ni aunque lo hubiera intentado, pero su abuela sabía serlo si hacía falta.
Al ver a su nieta caer sin vida al suelo, atravesada sin demasiada destreza por un humano todavía imberbe, se lanzó al ataque antes de que el pseudo-hombre o sus compañeros tuvieran si quiera empezar a reaccionar.
Ni un solo humano salió vivo de aquella emboscada. Muchos monstruos murieron.
Y sólo uno lo era por fuera.
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