Toda mi niñez me prepararon para las peleas, y guerras.

Pelea tradicional, cuerpo a cuerpo.

Armas como espadas escudos arcos, lanzas, hachas y demás.

Y con cada año que mi padre me entrenaba, me volví muy buen peleador.

Un día mi padre supo que yo estaba listo, listo para enfrentar el mundo si quisiera.

Y con mi padre al mando de rey, me llevo a muchas peleas.

En mi primera pelea no fui herido por ninguna espada o hacha.

Desde ese día, mi padre me nombro con el apodo de “Ikerside” en honor a un antiguo vikingo,

Björn Iron side.

Por no haber sido herido en batalla, y toda la familia me conoció así desde aquel entonces.

Cómo dije mi padre era ambicioso.

Conseguir lugares y terrenos era lo que buscaba cómo cualquier rey.

Un día, mi padre llamo a algunos Jarls y reyes de las doce familias yo estuve ahí.

Observando como era reinar, como era tener la palabra como gobernador, y ¿que te hagan

caso? Wow, quien lo diría.

Durante muchos años, mi padre me educó, para ser un hombre honesto, sincero, fuerte y

demás.

Pero había algo malo en un Jarl, gobernaba sobre su gente con tiranía.

Y odie eso desde el primer día que lo supe, pues mis enseñanzas y valores me impedían dejar

así las cosas.

Tomo muchas semanas llenarme de valor para hablar con el, pero el día que lo hice fue un día

difícil.

Todos comían en el gran salón

Y al terminar, mi padre había solicitado a todos los Jarls y reyes a una reunión.

Este Jarl, se era conocido como el Jarl Robert.

Y antes de que el saliera, le pedí un minuto para hablar.

Cuando hubo oportunidad.

Le dije, “Me enteré de como gobiernas sobre tu gente, si sigues así mandaré a mi padre a

quitarte el puesto”

El se río con tanta fuerza, y se fue.

“No me quedaré así”, dije.

Una mañana, tomé un valor más grande de toda mi vida.

Llegué con el Jarl Helge y le dije…

“Te reto a una pelea cuerpo a cuerpo por el puesto de Jarl”

Cabe mencionar que aquel hombre pesaba y media lo doble que yo.

El volvió a reírse.

“No creo que tengas la fuerza de levantar una espada, además un niño como tú no puede ser

Jarl”, dijo.

Sintiéndome valiente, le dije.

”entonces pruébame”

Mi padre al enterarse, negó este acuerdo.

Ya que podían hacerme daño incluso matarme.

Pero yo sabía que algo así no debía quedarse.

Pasaron días para que ocurriera.

Pero jamás iba a permitir algo así.

Y a escondidas luche contra aquel hombre.

Ese día tome una hacha y un escudo.

El, solo tomo una espada.

“Con tres movimientos puedo vencerte niño” dijo mientras se reía.

La pelea empezó, y en un movimiento soltó el primer golpe, yo me cubrí a costa de que caí al

piso.

Rápidamente me levanté.

La pelea siguió durante mucho tiempo, la espada chocar contra mi hacha.

Y en un abrir y serrar de ojos, di el último movimiento, mi hacha había cortado su abdomen, y

finalmente clave su espada en su pecho.

El Jarl Helge se encontraba en el suelo, con un chorro de sangre.

Y entre tanto cansancio, y apenas pudiendo estar de pie.

“Gane” dije.

Pronto todos me vieron, con asombro, con mirada de irá y desaprobación.

“Venció al Jarl Helge” decía la gente.

Nadie podía creer algo así, y menos yo, en ese momento, me levanté y camine hacía el gran

salón, y mi padre madre estaban ahí.

Pronto Mi padre me regaño y grito ante mí, “¡Cómo puedes haber echo esto sin mi permiso, te

dije que no y ni siquiera te importo” dijo mi padre.

Y aún con el regañó en el fondo, sabía que había echo algo bien.

“Tienes que saber padre, el gobernaba con tiranía, y tú me enseñaste a qué eso va, no iba a

permitir algo así' dije

“El hecho de que yo te diga esto, no quiere decir que tengas que hacerlo, al menos no ahora,

tenía acuerdos con ese hombre, ¿Dime qué vas a hacer?”

“Lo que me enseñaste padre, lo llevaré acabo, y te prometo que seré un gran Jarl”

Con el tiempo y desaprobación de mi padre me gane el respeto de Jarl.

El Jarl Ikerside.

Jefe de una familia.

Durante mi tiempo como Jarl quise imponer muchas cosas.

Tenía el voto y derecho más presente que nunca.

Claro que nadie estaba de acuerdo con que un simple niño de 16 años venciera a un hombre.

Pero yo debía representarme, todos se representaban con un símbolo, algo que los

caracterizaba.

Así que tome el símbolo del Ægishalmur

Símbolo que me representaría por un buen tiempo.