Sólo 2 días pasaron luego del regreso del bosque del sur, nada era como antes, Hinatari se volvió más cerrada y sus emociones ya no parecían fluir de nuevo debido al constante temor de recordar aquella vez como Aoi era atravesado por la espada con tal de protegerla.
Mientras que Seimei intentaba hablar con ella, pero pareciera que la amiga de la infancia que siempre conocía se haya esfumado en un dos por tres, incluso ella ya no asistía a la 2da fase del entrenamiento: el montaje a caballo, una cualidad importante tanto para los espadanchines como los arqueros.
El secreto de Seimei fue guardado por su equipo, todos lo respetaron por su inmensa habilidad y lo que hizo por ellos, se dieron cuenta de que algunas criaturas malignas no son lo que son, especialmente un Raven como él.
A la mañana del día siguiente, todos despertaron, desayunaron y fueron al establo para recoger sus caballos, menos Hinatari, quien se encontraba acostada en su cama, mirando hacia arriba a la nada, pensaba en la escena en donde el líder le extendió su mano con tal de salvar a Aoi, antes de pensar en más oyó la voz del hombre llamarle
—Hinatari— se encontraba a su lado con una triste mirada, acaricia su frente, intentando darle consuelo —No dejes que te afecte lo que ocurrió esa vez— ella le da la espalda
—¿Cómo no dejar que me afecte?— suelta unas lágrimas —Fue mi culpa— subre su rostro con la almohada —Si hubiera prestado atención, él no habría estado herido—
—Pero lo salvamos ¿Recuerdas?— Hinatari piensa en aquella escena de nuevo, la vez que tomó su mano y que de ella salen flamas para fluir entre el cuerpo de la chica hasta llegar al de Aoi, donde sus heridas se curaron dentro de pocos segundos.
—Lo sé, pero...— comienza a temblar —Tengo miedo, quiero volver a casa, quiero ver de nuevo a mamá, trabajar de nuevo como la costurera que solía ser— cubre su rostro para echarse a llorar —Quiero ir a casa, quiero ir a casa, no quiero luchar, no quiero ver más muertes por mi culpa— el líder comprendió aquel sentimiento, le hacía recordar mucho su pasado y todo lo que tuvo que vivir.
Sin pensarlo dos veces, abraza a Hinatari y la apega en su pecho, dejando que se desahogara, que soltara todo el dolor que había estado acumulando desde aquel día de la batalla en el bosque
—Y no es tu culpa, nadie lo vio venir, si él se metió en ese ataque es porque te quiere, prefirió arriesgarse a morir que perderte— se separa de ella —Además, entre más lo evites, más lo lastimas, no tengas miedo de tus errores, sino teme en el modo que quieras resolverlo— dice con una gentil sonrisa —Nunca dejes que una situación como esa rompa tu amistad con él, porque de algún modo sé que ambos están destinados a estar juntos— esas palabras le sorprendieron tanto a Hinatari, recordó aquellos dos meses que la pasó con Aoi, casi separada de Seimei debido a que él se iba con Roselia.
Recordó cada momento, cuando Aoi se la llevaba a toda velocidad para sus locuras, las charlas durante el desayuno y comida donde algunas eran sobre los guardias y lo pésimos que son en sus trabajos, estando dentro y fuera del castillo.
Una sonrisa se formó en sus labios, combinados con sus lágrimas, definitivamente deseaba tener a Aoi cerca, era el que más le hacía sonreír, era entendible que Seimei la acompañó en su infancia y le agradece eso, pero Aoi le demostró que hay diferentes formas de vivir la vida a pesar de la tristeza y el dolor acumulado por la presión de ser entrenados para el mal que se aproxima.
—De verdad lo siento— cubre su rostro —Creía que si lo evitaba, no saldría herido, sólo deseaba que estuviera bien—
—Ya veo,entonces ¿Estás satisfecho chico?— esa pregunta deja desconcertada a Hinatari —Ya deja de ocultarte, sé que estabas oyendo todo— Aoi sale de su escondite, dejándose ver por los dos.
Hinatari estaba tan sorprendida de que estuvo cerca todo el tiempo,de que la haya oído decir cosas algo vergonzosas y más: verla llorar. Alzó su mirada, aún teniendo lágrimas por sus mejillas
—Eres muy persistente— entra a la habitación, quedando unos centímetros cerca de ellos —¿Puedo hablar a solas con ella?— Hinatari se puso muy nerviosa, más por el rostro serio de Aoi, tenía miedo de que le reclamara o le reprochara
—Adelante— el líder se levanta de la cama y comienza a caminar hacia la salida, se sentía muy seguro de que los dos estuvieran solos, de que puedan hacer las paces y ser los mismos de siempre —Nos veremos de nuevo, Hinatari— se retira mientras Aoi se sienta al lado de ella, donde estuvo antes el líder
—No debiste hacerlo— desvía su mirada —Hay muchas cosas que odio, una de ellas es que las personas más importantes para mí me oculten las cosas, de que soporten tanto dolor—
—De verdad lo siento, creía que mantenerte lejos de mí era correcto, me doy cuenta que debo confiar más en ti, de creer más en tus acciones a pesar de que tenga miedo de los resultados—
—Cuando me interpuse esa vez, temía por dos cosas: una, que no superaras mi muerte, teniendo una vida llena de culpa y dos, que antes de cerrar mis ojos, no pudiera ver ese rostro alegre tuyo. La muerte nos cambia a todos, revela lo que estuvimos ocultando por mucho tiempo y yo te revelé una— toca sus hombros haciendo que lo mire —¿Lo recuerdas?— Hinatari se sentía nerviosa, le era imposible alzar su mirada después de oír aquellas palabras, la sombra tapaba sus ojos pero era notable el ligero sonrojo —Además, duele más no verte que verte—
—A...Aoi, no...no sé cómo responder, ¿Cómo puede gustarte una chica tan cobarde y que llora por todo?—
—Una es llorar por todo y otra por no descargar la negatividad que acumulas, creeme, aquí en el castillo se encuentra una de las personas que más odio, el idiota que marcó mi vida, aún así, guardo mi enojo para descargarlo sólo en él. Y si fueras una cobarde, no habrías estado en la batalla, habrías huido desde el inicio, pero no lo hiciste, incluso apuñalaste al enemigo, eso me sorprendió mucho— Hinatari ríe un poco
—Se lo merecía, pero hay algo que me di cuenta cuando luchábamos en el bosque— nuevamente desvía su mirada —Por más que me atacaban, yo no sentía dolor, era como si mis heridas desaparecieran al instante, es posible que...— sus manos tiemblan mientras sujetaba sus shorts con fuerza
—Tengas algo mucho más especial en ti, seguro igual fue la razón que pudiste sanar mi herida antes de caer a la muerte— ella abre sus ojos muy sorprendida, ella no solía creer mucho en la magia, ya que pensaba que eso podría provocar grandes desgracias para el mundo a pesar de tener su lado positivo —Es algo bueno— Aoi agarra sus manos —Así no tendré miedo cuando te hieran, no pienses que tener alguna clase de poder te dará algo malo, al contrario, el poder curativo es el mejor regalo que uno puede tener—
—Gracias por siempre apoyarme, Aoi— se abrazan, finalmente sintieron de nuevo la unión entre ellos, esas emociones que lo conectaba y lo sigue haciendo.
Por otro lado, Seimei se encontraba junto a Roselia, aprendiendo sobre las leyes que existen en el castillo y cómo ejecutarlos, ya que su madre, la reina, abusa tanto del poder. La chica se sentía segura de que Seimei era el indicado para mostrarle esos datos en caso de que haya alguna acusación injusta.
—A ver si entendí, para reconocer un plagio ¿Se tiene que ver el desgaste del material, la información que proporciona el posible "creador"?— Roselia le golpea de nuevo suavemente con una regla
—La información que te puede dar la gente es engañosa, además, depende de qué obra sea, si es una pintura o un diseño prototipo de ropa o accesorios, una de las opciones es poner atención al objeto, hay veces que el mismo creador esconde su firma en su obra o que muestre sus anteriores bocetos. Si no se presentan ambos casos, el verdadero dueño siempre va a reclamar primero que el imitador—
—¿Cómo?—
—Es decir, imáginate que están los 2 enfrente y ambos con sus proyectos, y ambos te dicen que son suyos, los estafadores son buenos en las palabras, por lo cual, una manera de saber si es suyo es preguntar el tiempo que llevó en hacer el producto, dos; traer un experto para la examinación del material, tres y el más importante; preguntar el por qué fue creado. Una vez que los datos estén siendo revelados, notarás los nervios del estafador ¿Ya captas?— Seimei se hunde sobre la mesa, suspirando con pesadez
—Para ti es fácil entenderlo—
—¡Oh, vamos! Te estoy enseñando lo básico, eso que tú me pediste que te mostrara cómo se maneja las cosas dentro de este castillo— Roselia se golpea la frente —De verdad sabes poco, y yo creyendo que en tus 5 años con Hinatari ya tendrías al menos una idea del manejo de todo esto—
—Sólo un poco, creía qus ustedes nos robaban el dinero a través del impuesto— ella se indigna por oír eso, no tenía el derecho de quejarse, era claro de que la clase alta era mal visto por robarse el dinero de los pobres y usarlo sólo para comprar más lujos, tal como lo hace su madre
—Yo no soy quien dictó ese tratado, fue mi madre, si yo fuera la reina, sería capaz de anularlo y dejar que el pueblo viva en libertad, es más, que no haya clases sociales ni un rey, sólo gente caminando libremente entre estas tierras—
—Yo igual quisiera eso, así mi especie no atacaría a los humanos—
—Hablando de eso...¿Por qué desertaste de tus tierras?— la pregunta que hizo Roselia lo pilló desprevenido, desde aquel momento en que reveló la verdad de qué era, no dijo muchos datos más.
—Porque odio ser Raven, cuando me tocaba descender para hacer mi trabajo, odiaba ver a los humanos gritar y maldecirme, era como ver a mis padres insultándome todo el tiempo, las voces de los humanos me atormentaban más a mí que ellos. Cuando le dije a mis padres, a ellos les desagradó y me ignoraron—
—Debió ser difícil para ti— Seimei niega
—No, lo más difícil fue...— baja la mirada —Abandonar a mi amigo de la infancia— Roselia abre sus ojos —Estoy seguro que él....sigue molesto porque yo lo haya dejado— ella no tenía palabras, era increíble que un chico con aires de confianza y seriedad haya dejado atrás a un amigo tan importante, lo cual le da más teorías sobre el ataque en el bosque.
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Ahora sí se viene todo lo bueno.
¿Quién es el amigo de Seimei?
Viene mucho, muchos datos para revelarse, préparense ^^.
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