No hay una sola palabra que describa mejor lo que soy ahora que "caos". Es la mejor definición al conjunto de crisis, insomnios, síntomas y más, todo girando en un mismo contenedor. Pero aún cuando soy caos enteramente, se asoma en los extremos algo más, algo que te busca a pesar de no poder encontrarte, que viaja entre las esquinas de mi ser con la tenue esperanza de finalmente hallarte así que, mientras soy caos comienza a eclipsarme el anhelo debatiendo furiosamente contra todo lo que me mantiene anclada al suelo, a ti.
Y en la pura falta de voluntad el peso del ancla me tira hacia abajo de nuevo a encontrarte indicándome que aún no soy completamente capaz de finalmente soltarte, y todo avance tambalea en un solo hecho innegable que grita constantemente a mi espalda, pero que solo yo puedo escuchar. El grito es frustrante.
¿Por qué soy la única que debe sentir el vacío de la ausencia? Incluso cuando has sido tú quien llenara aquella parte por tanto tiempo y has sido tú a arrebatarlo todo también. Asumo la responsabilidad de dejarte entrar más no la de empujarme al otro lado y después llamarme culpable dejando este sentimiento errante por todo mi ser, dejando que te busque de nuevo al hacer presencia cuando comenzaba a olvidarte.
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