Quería reclamar y gritar - ¡¡¡montarme!!! jamás…!!! es significa deshonra. Además…. sólo puede montarme una persona…. o me consumiré…. seré maldecido…!!!...
Empecé a balar, por que era la forma en la que me había acostumbrado a negarme, el ruido era fastidioso y hacía que me golpearan un poco, pero era menos que cuando reclamaba con argumentos.
Vi hacia aquel niño igual a Hen, sólo una persona podría montarme, y ya que él lo hizo una vez, podría hacerlo de nuevo, pero no podía decirlo, mi impureza era algo vergonzoso, nadie lo sabía. Juré no casare y morir sólo para no contaminar a nadie…
Pero si es él de nuevo…
Mientras pensaba en eso me apretaban contra el suelo para que dejara de chillar. Los ojos azules me miraban sin expresión alguna y yo chillaba mirándolo…
Ayudame… ayúdame … le decía con los ojos… pero él no se movía…
De pronto una mirada de desprecio cruzó por su rostro y se dió media vuelta y caminó hacia el trono…
-Padre… vámonos- dijo tomando la mano del hombre entre las sombras.- No quiero hacer esto.
El hombre se acercó a la oreja del niño y no pude oír lo que dijo. Pero el pequeño se tensó.
-Es tarde, no puedo soportarlo más…- se sujetó el pecho y empezó a toser. de pronto una mujer se acercó rápidamente hasta el niño y lo tomó en sus brazos.
-Su majestad… sabe la condición de su alteza…- dijo temerosa la mujer- ha hecho un gran esfuerzo estando aquí… permítale descansar por ahora…
El hombre en el trono agitó su mano con desánimo. -Descansemos todos, es demasiado tarde. - Luego se dirigió a unos soldados-Tomen a la criatura y dispongan todo como les he ordenado.
Los hombres quitaron las riendas y el peso de la carreta, sin embargo no desataron mis manos y jalaron de la soga para hacer que avance.
La paja bajo mis patas se sentía cálida , el calor de los otros animales era sereno y el cansancio me venció.
A la mañana siguiente a puerta de aquel establo estaba abierta y salí a ver qué tan lejos podría correr. Más allá de los campos se veía un bosque. No demoraría mucho en llegar si corría.
Utilicé toda mi energía en esto, correr tan rápido como pudiera, saldría de este lugar , me escondería en el bosque, no… iría al bosque del norte, buscaría a mi familia, a mis amigos… a Felt… a Tristan… honraría a Knox … hay muchas cosas que debería hacer… cuando salga…
Un grueso muro se extendía detrás de los árboles, no había forma de pasar, las ramas estaban muy altas para intentar tomarlas con mis brazos, y aún si pudiera hacerlo, yo nunca había trepado, ni si quiera creo poder ser capaz…
Caminé tocando la pared hasta que el hambre empezó a debilitarme, no puedo salir… pero debe haber comida ¿No? Por más que sea una bestia, y no pudiera comer cosas deliciosas, no me negarían comer, me necesitan vivo…
Cuando regresé hacia el establo estaba el niño ahi, en medio del prado cargado por el hombre del trono.
Me quedé viendo, era tan parecido a Hen que me daban ganas de llorar, pero no era él… No era él…
El hombre bajó al niño de sus brazos y le dijo - No tengas miedo, acércate.
¿Ése pequeño humano parecido a Hen me tiene miedo? Eso sería ta triste, me empecé a cercar, quería estar más cerca y sentir las calidez de las manos de Hen.
El niño también se acercó, y pude escuchar cómo su padre le decía- deben gustarle los niños- animaba desde atrás.
¿Me gustan los niños?- no… sólo Hen… no conozco otros niños
-¡Trata de montarlo!- gritó el hombre.
El niño ya estaba cerca a mi, me miraba fríamente, sujetó mi cabello con su mano firmemente. Este no es Hen, él jamas se acercaría con esta aura fría hacia mi. Hen es cálido y vendría corriendo con los brazos abiertos y una sonrisa en s rostro, no esta expresión.
Me sacudí y aunque parte de mí lo lamentaba , lo empujé muy fuerte y lo hice caer al piso.
La misma muchacha salió detrás del gran hombre y corrió hacia el niño gritando - ¡Su alteza! ¡Su alteza!
El hombre gritó cuando la mujer se acercaba- ¡BASTA DE TONTERÍAS! ¡ES UN HOMBRE! ¡QUE SE PARE SÓLO!-dió un paso hacia el frente, desafiante
y miró al niño- ¿O es que acaso ahora quieres ser tratado como una princesa?
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