Los días siguientes fueron solitarios, sólo los roedores paseaban por el establo a sus anchas y disfrutaban de saltar en el heno. De alguna forma me sentí aburrido sin las historias de sus libros o el sonido de su flauta.
Pero me sentía más incómodo porque no había comida en el establo, no llegaron a rellenar mi bote de zanahorias y tampoco estaba el trigo de los caballos… nada… de pronto tampoco habría agua…
El bosquecillo de atrás era verde pero no había mucho que comer tampoco, las raíces amargas no se comparaban con el dulzor de las zanahorias…
Cuando me fuí a dormir, hambriento, utilicé lo último del líquido que mantenía lejos a los insectos y apreté la bonita botella entre mis dedos deseando de corazón que regresara aquél hombre con más cosas deliciosas y más historias y más canciones.
Cuando pensaba en cuál de todos mis momentos felices debería elegir para soñar esta noche, la puerta del establo se abrió, la luna llena baño el cabello de una figura infantil…
Debía estar muy hambriento porque empecé a ver cosas extrañas, la pequeña figura se dirigía directamente hacia mi,, pensé que era uno de mis sueños con Hen, pero lo que salió de sus labios hizo que una corriente fría recorriera mi espalda cuando se acercó hasta mi rostro.
-¿Qué se siente pasar de tener todas las atenciones de mi padre a ser abandonado por él? ¿Cómo se siente saber que no habrá nadie que te cuide ahora?- empezó a atar una cuerda en mis manos.
Yo evitaba mirarlo, es un niño extraño pero no era la primera vez que me ataban así y me trataban con burla, no es que ese tipo de cosas fueran nuevas para mi.
-Estúpidas manos pequeñas….- dijo mientras para mi sorpresa veía como esas manos infantiles cambiaban a las manos de dedos largos y huesudos, cuando intenté despertar de lo que seguro era una ilusión por el hambre alcé mi rostro y pude verlo aún hablando entre dientes, eran los mismos ojos, pero ya no era un niño, era un joven adulto.
Mis ojos debían denotar sorpresa , porque me miró con desprecio y dijo como respuesta a mi admiración- Como un niño, pudiste evadirme sólo porque mi padre me detuvo. ¿Cómo evitarás que ahora mi forma usual te domine hambriento y atado?
Los humanos podían hacer muchas cosas malas, pero estoy seguro que ésta no era algo habitual. Sus ojos me sonreían con maldad mientras continuaba con su plática personal.
-Te domaré, no te atreverás a poner tus manos sobre mí sin temblar, asquerosa bestia y todo el poder será mío a pesar de ser “hijo de la terrible bruja”- se reía- …haré mía esa profecía…
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