Su pensamiento era sereno, silencioso, siempre dispuesto a ayudar a Red en cualquier dificultad, pues, al ser el mayor entre ellos, consideraba su deber mostrarle el camino, protegerlo, dejando que hiciera lo que quisiera quizá con más libertad de la que debería, pero en ese momento, no quería protegerle, guiarle, o estar a su lado por supuesto que no, en ese momento, no había nada que quisiera más que alejarlo de su vista.
Red estaba de rodillas en el suelo, podía ver los las marcas de la caída en la ropa de Green, se apresuró a levantarse para acercarse a Pink y a él. Ella ya se estaba levantando intentando ayudar a su amigo castaño, no obstante Green seguía apoyado en el suelo luego de haber absorbido las heridas de los dos, para su fortuna, solo moretones y arañazos después de descender precipitadamente por el acantilado.
—¿Están bien?— Red se acercó a ambos, sin embargo al advertir a Pink de pie le hizo suponer lo más obvio, Green uso sus habilidades de escudo para ellos. Lo que no imagino fue en lo que pasaría a continuación, al acercar su mano a él para ayudarlo a ponerse de pie, este la arrojo lejos de sí.
—¡¿Por qué lo atacaste?!—interrogó precipitado y luego se puso de pie, mirándolo hacia abajo. Había estado tan cerca de hablar con él...
—¡Green!—Pink jalo Red del brazo poniéndolo tras ella, evitando la pelea— Él está buscando a White por órdenes de la reina, no tiene nada que ver contigo—Aclaro rápido poniendo una mano en el pecho de Green, pero sus palabras no eran del todo cierta— Esta, estamos por sus órdenes...— Explico lo más rápido que pudo, empujando sus palabras en él hasta hacerlo entender.
Green apretó sus puños y se dio la vuelta, alejándose del roce de Pink, quitándole la oportunidad de encontrar lo que buscaba en su cuerpo. Tenía tantas ganas de irse y encontrarlo de nuevo, pero... Green puso una mano en su pecho, su marca, el príncipe había contemplado su nueva marca enterrada bajo las cicatrices que le dio Red.
—¿Por qué no vas a buscar un lugar donde quedarnos esta noche? —Pink alejo a su líder con suavidad, dejando que Green avanzara al lado contrario. Red, entonces, bajo la mirada y sus hombros cayeron... No era así como deseo encontrarlo.
—Volveré al anochecer— murmuró dando un último vistazo a la espalda de Green y la mirada condescendiente de la de rosa.
Pink suspiro, permitiendo el silencio hasta saber que Red estaba lo suficientemente lejos, y camino a Green, quien ya se había apoyado en la pared rocosa para descansar. Los tres habían rodado por uno de los tantos barrancos que tenía la zona y por más que su naturaleza le permitiera curarse rápidamente, nada cambiaba respecto al cansancio acumulado para ello.
—¿No te lastimaste?— Pink por fin se acercó a él, sentándose a su lado, Green respiro profundamente.
—No realmente— contestó resignado, tenía un poco de sangre en los brazos, podía sentir la humedad pegarse a su ropa, pero no sentía el dolor de una herida grave, años de práctica recibiendo golpes lo capacitaban para minimizar esos daños.
—Se que no lo preguntaste, pero también estamos bien— Green por fin levanto su rostro, apesadumbrado por su declaración, él siempre veló por el bienestar de los dos, ese momento no era una excepción — Lo sé, lo sé— rectifico Pink, recargándose su cabeza en la pared —Es que, no te ves del mejor humor hoy — Green volvió a concentrarse en el suelo delante de él, las raíces de los árboles, la neblina, todo fue tan... Como antes de que se fuera.
—Esperaba tener un poco más de tiempo antes de que me alcanzará— Confesó, refiriéndose con claridad al joven líder del grupo.
—Green...—Pink murmuro con menos optimismo, ella lo sabía, había guiado a Red todo el camino, en parte era su culpa el haber "interrumpido" su encuentro.
—No estoy molesto contigo—se apresuró Green antes de que terminara su frase.
—No te iba a pedir disculpas de todas modos— contestó osca, agregando un "ja" como protesta, pero su casi olvidado juego de brusquedad e indiferencia fue remplazado por un momento de silencio, seguido por un murmullo cauteloso— ¿Cuándo le diremos a Red lo que paso en realidad?— Preguntó y los ojos de Green se abrieron apenas. Tenía que suceder tarde o temprano, es lo que había pensado desde que apareció su marca, sin embargo...
—Después Pink, no es...—Pensó en como justificar su respuesta, alegando que no era oportuno, o algún otro argumento que perdía validez en las circunstancias actuales, la realidad era, que ninguno quería dar el paso— Se lo diremos, encontraremos la forma— Ofreció como consuelo, esperando que llegado el momento tuviera el valor suficiente para encarar a Red — Ahora dime... ¿Qué sucedió con la reina? ¿Cómo se enteró de White?—
—Es obvio como lo hizo ¿No? —Green hizo una mueca, respetaba a su actual reina, de algún u otro modo, ella se volvió parte de su equipo en su vieja aventura, pero, el que entrara sin consentimiento a su mente, a su pasado, era algo que no apreciaba en absoluto — Ah... en serio tengo que explicarte que el reino peligra?...—Green frunció el ceño.
—Colors Write tardará años antes de derrumbarse por completo— Pink se hizo para el frente, dejando caer sus manos sobre el hueco entre sus piernas.
—No... de hecho... eso no es así—
*****
Días antes, cuando ellos descansaban, Red se encargaba de dar todos los detalles a la reina sobre la actual situación, por supuesto, mostrando temple ante la adversidad y asegurando que si actuaban a tiempo encontrarían la solución a sus problemas. La reina, por su parte, no estaba de acuerdo.
—Estás usando otra vez tus ojos Iris— Red la ayudo a enderezarse mirándola con pena.
La reina, la ex princesa rescatada yacía descalza, con una bata ligera y suave que apenas la protegía del frío del solitario castillo. Caminaba así todas las noches desde su regreso, observando las ventanas, buscando entre la gente, en las montañas, en sus pasados... Hace tiempo que no utilizaba sus ojos, no pensó tener la necesidad, pero... lo que le dijo Red, todo lo que sucedía en las orillas de su reino, no podía quedarse al margen.
—No puedes seguir buscando a ciegas—Ella tomó el brazo de su acompañante con cortesía y aunque demasiado cansada, alejo con un gesto el ofrecimiento del joven por cargarla, solo necesitaba, alguien en quien apoyarse para caminar.
—No busco a ciegas—Confeso abriendo sus ojos, opacos después de buscar tanto tiempo en tiempos lejanos —¿Sabes? Los anteriores reyes y reinas, mis antepasados—Camino despacio, sin dejar de sentir el frío del suelo, necesitaba el contacto para poder "ver" — todos ellos fueron hijos únicos, nunca hubo hermanos entre ellos — El suave toque con que se sujetaba a Red languideció, soltándolo para mirar por la ventana una vez más — Somos los primeros, White y yo... somos los primeros hermanos en nacer en la realeza—
Una vez que tuvieron el indicio, empezaron su búsqueda, Red, indagando en las viejas pertenencias del rey y la reina, buscaba en las remembranzas de todas ellas, encontrando que el poder de Colors Write, la poderosa magia que corría en todo su territorio y que la elevaba por el cielo debía ser custodiada por tres personas, un escudo, una espada y su rey, nunca más.
*****
—Al parecer, el rey negro rompió el equilibrio al dividir a los elementos entre sus hijos— Pink suspiró al terminar de relatarlo — La reina busca la manera de completar la tríada, querían esperar a que tu marca se desvaneciera por completo para poder convertirte en el escudo completo de Red— Green abrió la boca, ¿Aún querían profanar más su contrato? — Pero, con la aparición de White... las cosas cambian—
Ambos siguieron conversando hasta que la noche por fin llegó.
Red, mientras tanto, llegaba con un montón de leños a su espalda, esperando cauteloso a la distancia, apreciando el cómo sus dos viejos camaradas conversaban, podía ver la sonrisa liviana, pero sincera en la cara de Green y los ademanes divertidos y exagerados de Pink, los dos eran... muy cercanos, tanto que llegaba a sentirse fuera de lugar cuando estaba con ellos.
—¡Red! — Pink lo llamó, por fin con una sonrisa en el rostro, Green, al advertirlo, desvaneció discretamente su mueca y giro su rostro a otro lado, pero, al menos no parecía igual de molesto que cuando se fue — ¿Encontraste un buen lugar? — Preguntó acercándose a él para ayudarlo con la carga.
—Ninguno muy bueno, creo que lo mejor será quedarnos cerca de esta zona— Contestó tomando un poco de aire mientras bajaba la madera, poniendo su atención en él — Green...— intentó de nuevo, con mucho más tacto que en la mañana, pendiente de cualquier movimiento, fue entonces que sintió una mano sobre su cabeza, empujándolo hacia abajo.
—Creo que Green tiene algo que decirte Red— Pink parecía enojada, aunque de esa forma superficial que usaba para regañarlos cuando era necesario.
—Red...—suspiró Green y encontrando su mirada con la de él emitió una sonrisa familiar, cercana — ¿No me obligarás a decirlo cierto?—Red sonrió ampliamente de regreso, mucho más reconfortado por el aire de tranquilidad que había recuperado.
—Claro que no— Dijo acercándose a su lado, ni siquiera había pasado tanto tiempo ya sentía como extrañaba su viejo grupo. Tal vez, en vez de dejarlos descansar... debio unirse a ellos.
Green no dijo nada más, Pink tampoco, e incluso él también sentía el cansancio acumulado por haber recorrido un trayecto tan largo en tan poco tiempo. Y en cuanto vio a Green y Pink acurrucarse dentro de una hendidura en la pared que les serviría con como refugio esa noche, no tardo hacerse un espacio en medio de ellos, presionando su espada roja para desprender un poco de calor.
—Será una noche muy fría—dijo Red cerrando los ojos. Green asintió, recargándose a su lado. Permitiéndose volver a sus primeras aventuras, cuando los tres que habían formado su campaña se apegaban para dominar el frío nocturno, sin miedos, confiados y sobre todo, acompañados.
—Sí lo será — Pink también se recargó en Red, sintiendo el calor emerger agradablemente de su cuerpo.
Red se mantuvo atento, pero en silencio hasta el amanecer, pensando en lo afortunado que había sido al reclamar esa espada encantada para sí, pues, no solo le dio la habilidad de controlar el fuego a voluntad, sino que también, le permitía protegerlos de las impiedades de la noche. No podía sentirse más orgulloso.
—¿Sigues despierto?—Green murmuró después de un tiempo, extrañado por la rigidez de su cuerpo.
—Sí—Le contesto suave y un inmenso deseo por colocar su propia mano alrededor de sus hombros inundo a Red, pero se contuvo— ¿De qué otra manera podría serviles como calentador humano?—bromeó, sintiendo sus miembros rígidos por la tensión, pero tratando de evitar que ellos se percataran.
—Duerme—contestó Green sin abrir los ojos—Estamos juntos, el calor no sé ira—Red dejo de ejercer presión sobre su espada, dejando que el calor se desvaneciera en el aire, sin embargo, esas palabras.
—¿Estamos juntos?—En su mente, un remolino de predicciones lo golpeo en cada rincón, y si bien, el carecía del poder de ver el pasado y adivinar su futuro como la reina, podía ver lo que se avecinaba, lo que White intentaba recuperar y Green solo era una parte de ello.
—Por supuesto, somos tu campaña—ofreció un adormilado Green sin pensarlo demasiado.
—¿Mi campaña?, por supuesto, ustedes siempre serán...— los ojos de Green se cerraron otra vez, dejando que las palabras de Red se desvanecieran antes de atenderlas como era debido.
Tenían demasiado que resolver al siguiente día y necesitarían todo el descanso que pudieran tener.
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