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Algo pasaba, podía sentirlo en su piel, Red le llamaba, sin embargo, no era ese encaprichamiento que había tenido últimamente, este se sentía como en sus batallas, como su compañero de pelea en peligro.
—No ahora...—Green saco su espada luego de acomodar su bufanda correctamente para cubrir la cicatriz recién formada, en el suelo, marcas, varas quebradas a orillas del sendero. ¿Pink había cambiado de rumbo?
—¡Ey, ey! ¿Por qué no nos calmamos un poco chico martir?— La voz rasposa que apenas días atrás había conocido, Green le sonrió amargo, ocultando el enfado tras el insulto.
Esta vez, vestido de piel y con el cabello atado en un chongo, el mismo sujeto que apareció con el príncipe se presentaba ante él, con las manos en la cintura y mostrando su pecho y torsos desnudos junto con una cicatriz bastante grande en el costado derecho.
Green no lo dejo de seguir con la mirada, pero su pecho volvió a punzar, Red estaba peleando, así que no podía esperar allí. El escudo lanzó su espada hacia el frente y el contrincante puso sus manos en alto, claramente molesto por la actitud ajena.
— Sé que no eres tan cobarde para atacar a un enemigo desarmado — Señalo dando un paso hacia atrás.
Green se rio breve, mofándose de su declaración. No cabía duda, "alguien" les había hablado de ellos, no obstante, ¿Qué le hacía a que no había cambiado en tres años de ausencia?
— Tu información está errada— Se lanzó hacia adelante lanzando un corte en horizontal con su diestra, el hombre no retrocedió a su desafío, listo para detener el ataque con sus manos desnudas de ser necesario.
Sin embargo, Green cambio repentinamente su ataque, poniendo firmemente su pie sobre el suelo para girar y rodear a su enemigo. El chico levantó el brazo dispuesto a golpear, pero solo dio al aire, el chico escudo no lo había atacado, simplemente había corrido hacia delante, ignorándolo.
—Que idiota— se dijo el hombre, nada más había fingido un ataque para pasar a su lado, "es más listo de lo que parece, yo lo eduque" recordó las palabras del príncipe.
Green corrió hacia adelante con la espada en mano. Podía sentir a Red moverse, lo llamaba y no iba a pararse exclusivamente porque el nuevo juguete del príncipe quería entretenerse con él.
—Sabes eres mucho menos dócil de lo que pareces—El hombre lo alcanzo con rapidez, Green lo miro un momento, personas como él, eran las que menos le gustaban, habladoras, molestas.
Lo ignoró o al menos eso intentó, soltó otro espadazo en su dirección que fue esquivado de un salto. Era demasiado ligero para su tamaño. Trato de mantenerlo vigilado, sin embargo, sus manos se sentían entumecidas, Red estaba usando su espada y cualquier cosa que estuviera enfrentando, lo hacía recibir golpes que le dormían los brazos.
Sus sospechas se confirmaron en el momento, una torre de fuego se miró no muy lejos de donde se encontraba, así que levanto su capa con la zurda, revelando pequeños frascos con hechizos.
—Esa maldita princesa— Se quejó el hombre tratando de ponerse a cubierto cuando vio la magia ajena, Green lanzo uno de sus frascos y una bruma verdosa y espesa se expandió en el ambiente. No tenía tiempo que perder con ese sujeto.
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—Hace mucho que no peleo contra un brujo — Red estaba sentado en el suelo, su propio ataque casi le explotaba en la cara, lo había esquivado apenas a tiempo. Ese hombre extraño y llamativo, no poseía un cuerpo normal, bajo sus túnicas solo había sombras y las bestias le obedecían como si usara magia prohibida.
— Únicamente quiero que me acompañes— pidió el hombre de ojos azules, Red se hincó y luego se levantó.
— ¿Sabes? Hay más magia aquí de lo que recordaba —dijo poniéndose de pie y pasando su espada al frente, una suave sonrisa y una posición que aunque firme parecía casi amigable.
— ¿No soy una amenaza para ti caballero?—él sonrió un poco más y el contrincante arrugo su nariz levantando el mentón, entendiendo a la perfección su silencio— Típico de los de tu reino — sus brazos fuertes y sus dedos de uñas largas se elevaron a su lado, llamando a una araña coloso, las que devoraban osos como desayuno.
— ¡Red! — la voz familiar. Sus ojos se iluminaron y la sonrisa confiada cambio drásticamente a una mucho más amena y gentil. Green había llegado.
— ¡¿A dónde vas?! — un sujeto se arrojó contra su escudo, tumbándolo al suelo y girando con él por el suelo.
—¡Quítate!—Green quiso lanzar un golpe para quitárselo de encima, pero sus manos, junto con su espada fueron inmovilizadas.
—Créeme que quisiera hacerlo —respondió poniendo más su peso sobre él— pero tu príncipe me pidió llevarte con él —Green hizo ademán de levantarse, pero el peso humano de su perseguidor cambio drásticamente hasta hacerlo sentir un crujido en su brazo.
—¡RED!—Intentó girarse darse la vuelta instintivamente para proteger su brazo sangrante, algo que logro conseguir solo hasta que una fuerte patada le quitaba al hombre de encima.
Se retorció un momento, apretando los dientes y sacudiendo su cabeza hasta que la herida comenzaba a cerrar. A su lado, Red tenía su armadura quebrada y la pata de la araña atravesando su brazo.
—Lo siento mucho —Se disculpó el de rojo, levantando a su compañero casi a fuerza —Pero dije que no te dejaría ir con ellos —Red había ido en su ayuda cuando claramente ya tenía cosas con las que lidiar.
La araña estaba a unos metros de ellos, con los ojos penetrantes queriendo devorarlos, y el muchacho tirado a un lado.
—¡Te dije que no te metieras Range! —el hombre araña le gritó, avanzando hacia ellos, estaba enojado.
—¡Cállate brujo! ¡Se supone que esto era pacífico! —el sujeto que respondía al nombre de "Range" se sentó en el suelo, sacudiéndose y llevando una mano a su costado, las raspaduras que había hecho Red con su patada empezaban a cerrarse. Green lo observó con cautela, él también era un escudo...
—ES pacífico— corrigió una tercera voz, una mujer mayor se acercaba a ellos con Pink caminando a sus espaldas.
—¡Pink! —Los chicos gritaron al unísono al ver a su compañera rodeada de un grupo de personas encapuchadas, todos con rasgos similares.
Red pasó su diestra debajo de los hombros de Green sin soltar su espada, Green hizo lo mismo, podía sentir aún el dolor recorriéndolo, pero poco a poco se desvanecía en su piel.
—¡Estoy bien! —Les grito ella, acercándose corriendo hacia ellos.
Un par de sus guardias intentaron seguirla, pero Maiot, la que los encabezaba, les negó su iniciativa poniéndose entre ellos.
—Ellos vendrán por su propia cuenta—Aseguro viendo a su grupo reunirse.
—Siento haberte dejado sola— Se apresuró a decir Red, más pendiente de sus amigos que de su entorno.
—No, no, está bien— Ella pasó sus ojos rápidamente por ellos, cerciorándose de "su seguridad".
—¡Hola princesa! —Range se levantó rápido, acercándose desinteresado de su propia seguridad, sin embargo, al intentar tocarla la espada de Green junto con la mirada amenazante de Red le impidió seguir, acto que lo hizo farfullar en bajo —son bastante agresivos, no es para nada lo que esperaba—se quejó retrocediendo un par de pasos.
—Green, Red, está bien —Pink saco un pequeño frasco, desvaneciendo la mirada enfadada que le había lazado al hombre.
—Vámonos de aquí—Red intentó retroceder, pero más criaturas gigantes empezaron a rodearlos.
—No, escucha—Pink trato de hablar— la conozco, podemos...—
—Pink ellos están con White— Green le informó, sintiendo como la mano de Red se aferraba más a su cuerpo.
—Entiendo...—aceptó ella y saco un frasco de su cintura destapándolo y liberando un humo blanco que los hizo toser.
—¿Qué haces? —Red no pudo moverse cuando su amiga paso el frasco directamente por la nariz de Green, dejando todo su peso caer sobre él.
—Necesitan escucharme—Pink insistió, esta vez pasando el humo por Red, haciendo que cerrara los ojos — Todo estará bien, se los prometo —Red escuchó y puso una rodilla en suelo al igual que la mano con su espada, su vista se tornó borrosa y levanto su mirada solo para ver los ojos de su amiga.
—Pink... por favor, no dejes que se acerque a él—Pidió mirando el gesto triste de su amiga al escucharlo. Lo que paso después termino diluido entre sombras y murmullos.
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