"¿De qué lado vas a estar?"
Green no se movió, pero lo observaba fijamente, esa pregunta, tan solo hace un par de años la habría contestado sin dudar. "White, mi lealtad únicamente es para él", esa hubiera sido su respuesta, pero en ese momento agacho su rostro, sintiendo el silencio pesaroso de Red.
No se trataba de no haber sido correspondido, el príncipe, salvo ese único beso de despedida, jamás pensó que tuviera un interés real en él, ¡Y eso estaba bien!, Green estaba conforme con estar a su lado, protegerlo y admirarlo desde su posición de servicio, sin embargo, ya no se trataba de eso. El príncipe lo remplazo, y... ¿Cómo darle algo a alguien que no lo quiere?, la respuesta era obvia, no podía hacerlo...
—Del tuyo —Green lo eligió con pesar, pero, más fue resignación que decisión.
— Wow, eso no me alivia nada —Red dejo de observarlo intensamente para recargarse en la pared, era gratificante escucharlo cuando lo apoyaba, pero igualmente doloroso notar su duda y pesar.
— No te confundas, el príncipe es una persona inteligente y que él me haya... remplazado—Red lo miro de reojo, las palabras eran rancias—no lo hace incompetente para los asuntos del reino, sigo confiando en su criterio —esta vez Red se quedó pensativo. Si White realmente era competente como Green afirmaba, no entendía el porqué el rey anterior lo trataba como un enemigo, incluso antes de que perdiera la cordura. — Y eso significa que si te pones en conflicto con él solo porque no te agrada no serás más que un tonto—
— Ya que me has elegido a mí, lo menos que puedo hacer es darle una oportunidad—
*****
Finalmente, la noche llegó, un par de hombres los hicieron seguirle, los tres, sorprendentemente aún unidos a pesar de los recientes acontecimientos, Pink había llegado con ambos y los había encontrado charlando tranquilamente, uniéndose a ellos en la cama para descansar juntos antes de la gran revelación del príncipe y la gente allí.
Caminaron tranquilos por el pasillo, con Red al frente, Green siguiéndole y Pink al final, como si tan solo unas horas atrás no hubieran sido atacados ni abatidos por la reciente y nueva compañía. Llegaron en breve tiempo a un pasillo que se conectaba a uno mucho más grande que gradualmente se iba ensanchando hasta llegar al punto de reunión.
— El encuentro de las luciérnagas — Anunciaron los hombres que los dirigían —Avancen por su izquierda hasta la puerta roja, allí los esperan—
Frente a ellos la parte más ancha y alta de la gruta les mostraba un hermoso lago que iluminaba todo el lugar. Ellos caminaban por los pasillos que rodeaban la esfera formada naturalmente por las profundidades de la tierra, contemplando el lago en la parte inferior lleno de las luciérnagas de mar, iluminando ya no solamente en azules claros, sino en verdes, amarillos y violetas.
Los tres los admiraron por un instante el bello paisaje, pero las personas a su alrededor no tardaron en llegar.
— Miren a su derecha —Pink murmuró, vigilante de sus alrededores, por otro pasillo que conectaba a ese lugar, White entraba seguido de sus dos allegados, el brujo y el nuevo escudo.
— ¿Green? — Red giro su cuerpo ágilmente, pero con cierta naturalidad hacia donde estaba Green, acercándose hasta interponer un brazo y parte de su pecho entre él y la visión de White.
— Estoy calmado, aunque no lo pareciera, lo que paso era algo que ya esperaba —Green no quiso mirar en la dirección que sus amigos veían, no tenía intención de restregarse a sí mismo la escena.
— Entonces avancemos — Fue algo inesperado, pero Red lo toco del brazo acercándosele para decirle eso con una sonrisa apacible en el rostro. Estaba siendo protector.
Green se vio obligado a mirarle por la cercanía, algo sorprendido, pero resignándose a aceptar ese gesto, no podía recriminarle su preocupación y mucho menos su amabilidad cuando fue uno de los que provoco todo hasta ese momento.
— Vamos — Pink contemplo la escena seriamente, White al entrar ni siquiera los miró, o al menos fingió no hacerlo, pero al contrario de él, sus nuevos sirvientes no les quitaron el ojo de encima e incluso Range los saludo desde la distancia con una sonrisa reluciente y un gesto de su cabeza.
Aunque cuando se fueron, le sorprendió ver la escena delante de ella, Red estaba... mucho más cercano a ellos, a Green especialmente, tanto que podía decirse que incluso invadía su espacio vital.
— ¿Pink?— Red dirigió su mirada a ella y se vio sorprendida, procesando rápidamente la situación.
— Claro avancemos, Maiot ya debe estar allí—
*****
Mientras tanto, en la noche brillante sobre las cosechas de Colors Write en medio de un plantío de frutos piedra. Una celebración era llevada a cabo por los guerreros de la princesa, festejando incluso con los frutos piedra, un dulce utilizado especialmente para recibir a los combatientes de una gran batalla.
— ¡Viva la gran espada escarlata! —un hombre vitoreaba levantando un tarro de cerveza mientras tres figuras caminaban en medio de todos aquellos hombres y mujeres.
— ¡Y viva también la reina y su caballero! —
Dos figuras se iluminaron con la luz de la luna y las antorchas, ascendiendo a la mesa principal de ese privado festejo, sentándose en medio de todos los guerreros que dirigían a Colors Write.
— ¿Cuánto falta para que mis guerreros lleguen? — Iris hablo bajo solo para la persona que la acompañaban.
— No debe faltar demasiada princesa, estoy seguro de que mi hijo ya se ha encontrado con el príncipe —
— Ellos no se alegrarán de verte aquí— Dijo ella sonriéndole a las personas delante de ella, pero no había ni una sola alegría en su corazón.
En ese momento todos festejaban el retorno de la antigua espada del rey y también la madre de Red.
*****
Tierras bajas se dividía en tres grandes tierras, Cerulean, Sepia y Navy. Red había conocido las dos primeras cuando perseguían al rey de Negro, pero solo había escuchado sobre la última, "Navy" cuyo territorio era extenso, solitario y generalmente extraño al igual que la gente que lo habitaba.
La cuna del mundo y la tierra donde habitaban los últimos magos. Red tenía poco conocimiento al respecto, Iris le habló de ese mundo, ya que su madre, Cyan, había pertenecido a una de sus tribus, aunque nada destacable, también tenía las historias de su madre, pero recordarla, no era algo que deseara hacer.
— Bienvenidos — Hablo la mujer que los había llevado allí. Maiot, la niñera y primera maestra de Pink los recibía indicándoles su lugar en la sala.
Varios hombres y mujeres de distintas tribus estaban presentes, todos con la apariencia de un líder o diplomático. Los caballeros como ellos no lidiaban en ese tipo de asuntos, eso, era principalmente trabajo de sus reyes y del consejo que los guiaba, por lo que no conocían prácticamente a nadie, excepto a White y su séquito.
— Estamos aquí para dar inició a la marcha de traslado— iniciaron y un silencio total llenó la sala.
Todos estaban reunidos para tratar con el posible derrumbe de Colors Write, trasladando gran parte de la población lejos de la zona. Afortunadamente, casi ningún pueblo se cobijaba a su sombra por las dificultades casi extremas que provocaba vivir en una constante oscuridad, sin embargo, aquellos que se aventuraron a vivir bajo el reino debían evacuar, o al menos por precaución antes de que pusieran en marcha su plan.
White se presentó como siempre lo pretendía, con una solución al problema de todos, ofreciéndose el mismo como el mago principal que soportaría el peso de su reino, solicitando, solo como apoyo, a los pocos magos que tenían en los demás territorios, por supuesto, sin dejar de mencionar las infinitas posibilidades si lo ayudaban y los problemas inminentes que tendrían de no apoyarlo.
Red guardó silencio, era un caballero, no era su deber inmiscuirse en esas conversaciones, además, ya habían sido advertidos, de provocar a White o mostrar su rechazo abiertamente al príncipe, las únicas consecuencias sería para su reino, por lo que no tuvieron otra opción más que apoyar, al menos superficialmente el cargo del príncipe.
— No hay ningún problema con los nuestros — un hombre de cabello canoso, fuerte y robusto, pero que ya entraba en la vejez inicio la conversación dando un paso al frente —También, príncipe White —añadió dando una inclinación cordial, solo lo suficiente para ser educado, más no para darle autoridad —Estamos dispuestos a prestar nuestros magos a su reino, pero, que nos asegura que la reina cumplirá nuestras demandas—
—No hay necesidad de que ella acepte sus demandas—White hablo con claridad y un volumen suficiente para que todos lo escucharan— muchos ya lo saben, pero, con el fallecimiento del rey negro, el derecho legítimo al trono me pertenece—Red abrió de más los ojos, su cuerpo se puso rígido y la frustración lo recorrió en un pestañeo, apretando el puño y mordiéndose la lengua para no interferir. No tenían demasiado de haberse enterado, pero era obvio que necesitaban la ayuda, aunque eso no lo hacía menos detestable— reclamaré mi lugar una vez me vuelva a establecer en mi reino—concluyo.
White nunca fue un villano ni mucho menos un enemigo para la gente del reino flotante, cuando todo termino, Red y los suyos pensaron en contar la verdad, el cómo el príncipe había ayudado al rey a secuestrar a Iris, como puso al reino en peligro con tal de seguir las órdenes de su padre, sin embargo, cuando el consejo se enteró, todos se opusieron, bastaba ya con la locura de su padre para manchar también la reputación de un miembro querido de la realeza, no necesitaban mostrar más debilidad a los forasteros.
— Estoy seguro de que lo hará, pero, en caso de que no lo apoyen...—otro hombre preguntó al príncipe.
— Tendrá mi apoyo y el de Mustard de ser necesario— Range, interviniendo, hablo con soltura y calma, pero sin vacilar ni un instante — y detener la caída es una prioridad, así que sugiero que retomemos el tema de las movilizaciones—agregó, mostrándose radicalmente diferente a como lo habían conocido, no obstante, eso no fue lo que más les sorprendió.
Mustard, era el pueblo de Pink, su gente, se suponía que como ella no pudo obtener el liderato, su padre debía permanecer en el cargo, a menos claro que alguien más lo hubiera retado...
—Eso explica por qué hay magos...—Murmuró Pink, intentando procesar la información.
Sin embargo, para los tres, quienes se mantenían en silencio, algo había quedado demasiado claro, el mantener a Colors Write aislado durante tanto tiempo fue una desventaja desbordantemente grande, apenas entendían lo que sucedía y lo poco que lograban dilucidar era demasiado grave.
La reunión terminó lenta y tediosa, la intervención de White se difuminó entre las conversaciones ajenas, aparentemente a propósito cuando el príncipe de blanco dejo que su aliado Range tomara la batuta. Todos, poco después, empezaron a retirarse y en un momento, luego de que los últimos líderes salieran de la sala, White los miró, miró a Green.
Red llevó su cuerpo al frente de su camarada, luciendo su armadura dorada y moviendo sutilmente su capa con la mano, para descubrir el mango de su espada. Un gesto común, que pasaba desapercibido al resto de personas que ni siquiera repararon en ellos, pero que, pese a que no pensaba atacarlo en ese lugar era una declaración obvia de hostilidad.
White le sonrió y Range igual, aunque mucho más burlón que el primero.
—Red —White lo llamo cuando las personas empezaron a desaparecer de su entorno —¿Por fin tendremos una conversación civilizada? —
—...— Red suspiro, dándole la espalda a propósito y colocándose frente a Green, ese hombre no era su príncipe y no le servía, aun cuando, bajo esas circunstancias, debiera aparentarlo.
—Red está bien —Green intentó intervenir, se lo había dicho, pese a su historia personal, las circunstancias apremiaban una conversación clara.
—No es necesario que intervengas, así que no lo hagas— Red contestó de inmediato y tanto Green como Pink se quedaron mudos ante su orden. Él jamás había actuado de esa manera, por su puesto, él era "el líder de campaña" cuyas decisiones no deberían ser debatidas por sus subalternos, sin embargo, ese era un título meramente honorífico, Red jamás ejerció su autoridad sobre ellos, no hasta ese momento.
Green intentó negarse al escucharlo, pero la mano de Red sobre su brazo y la fuerza creciente de su marca en el pecho lo silencio al instante. Pink no dijo nada, no mostraría debilidad ante el hombre que empezó todo, pero fruncía el ceño y apretaba los dientes ante las órdenes de mala gana.
—Veo que ya te has vuelto un caballero muy engreído —Green regreso la mirada cuando escucho al príncipe retomar la palabra, no era la primera vez que lo escuchaba insultar a alguien, pero jamás había tomado en serio a Red, ni siquiera cuando era un antagonista de toda la vida.
—¡Palissandra! —Fue una intervención inesperada, pero apreciada. Green cerro los ojos, la presión en su pecho se desvaneció poco a poco. Eran los sentimientos de Red otra vez, alborotándose y estrellándose en su contra por estar peleando con White.
No podía demostrarlo, así que al igual que Red y Pink ignoro al príncipe, pero ese grado de "posesión" que Red empezaba a mostrar lo sofocaba más de lo que le gustaría admitir.
— Maiot— White hizo un breve saludo ante la vieja niñera de Pink, con respeto, Range hizo lo mismo —Nos retiraremos de inmediato a Colors Write, espero puedan seguir por su cuenta — dijo amablemente para retomar su paso, pasando a un lado de Red sin mostrar el más mínimo titubeo.
Al alejarse, el hombre que siempre se mantenía en las sombras se les acercó.
—Es cierto que ese chico tiene "la espada de fuego" — Pregunto Range cuando se alejaron lo suficiente.
White lo miró de reojo, entendía bien a que se refería. La espada del caballero Red no era solo un artículo al cual le habían infundido magia, sino que, era una magia antigua, casi como el tratado de la montaña con los reyes, cuyo portador debería tener un corazón noble, valeroso y fuerte para ser capaz de blandirla.
—La tiene— el brujo afirmo— Yo mismo sentí el calor de sus llamas—
—Entonces ¿Debemos preocuparnos por él? Se supone que el portador de esa espada debe ser bueno y noble ¿no?—
—¿Bueno?, no lo sé— White hablo bajo — pero pude ver la avaricia dentro de sus ojos y la fuerza en sus manos... — sonrió de mala gana cuando el sudor resbaló de su frente, el cual no se debía la humedad y calor de la caverna, más bien, ese chico había logrado intimidarlo un poco—no hay ninguna nobleza en arrebatar lo que no te pertenece...—
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