Maiot los había llevado a sus propios aposentos y Pink, no tardo en presentar a Red y Green como sus dos cercanos amigos, incluso platico brevemente sus aventuras y la mujer la escuchó hasta el final.
Red intentó no intervenir demasiado, se limitó a escuchar la situación en tierras bajas. El príncipe White fue no solo un gran aliado y amigo para todos ellos, sino que, prácticamente lidero e inició la gran marcha, aparentemente porque sabía de antemano la situación del desplome, y, con su reputación salvaguardada en su propio reino, no podía estar en una mejor posición.
Cuando Red tuvo la oportunidad, se levantó para irse, estaba bastante más cansado de lo que quería admitir, White, Green y ahora esa imagen de Maiot y Pink, no necesitaba preocuparse por que le quitaran a otro miembro de su equipo.
— Chicos, Maiot...— dijo Red con tranquilidad, pero con el rostro cansado — Voy a retirarme esta vez, pueden seguir ustedes — no espero a que Green le siguiera y tampoco lo invito, no necesitaba compañía, no esa noche.
Los recuerdos de un lejano pasado le envolvían, era como si los demonios que tanto le costó derrotar regresaran uno a uno a demostrarle que no lo había logrado.
*****
"Él era la espada más gloriosa del reino, le costó mucho serlo, tanto que no tuvo la oportunidad de buscar una familia real, nunca fue bueno ser un chico dotado y un heredero de sangre mientras estuviera rodeado de gente común. Los niños que eran en un principio sus compañeros de juego se distanciaban de él y eso, de hecho no le molestaba, le aburría en realidad jugar a lo que ellos les entretenía.
— ¿No iras a jugar con ellos? —Su madre era una hermosa mujer, pero más que su belleza, destacaba por el puesto que portaba con orgullo.
Merlot, la sangre del rey, su mano derecha y consejera principal, pocas veces antes, ostentaba una influencia pocas veces vista en una mujer, una mujer, una espada y una sirviente con ella.
— Es que no quiero ir— Dijo con un una sonrisa titubeante. Su madre suspiró exasperada, dándole ligeramente la espalda y tomando su bebida para seguir charlando con sus compañeros de mesa.
La noche siguió y Red se mantuvo quieto a lado de su madre, por un momento sintió deseos de ir a jugar, pero...no, no quería alejarse de ese sitio, no cuando los otros niños simplemente no se divertían jugando a lo mismo que él".
" — ¡Es que yo no quiero ir! ¿¡Por qué no me escuchas!? ¡¡Yo no quiero ir!!— Red era una espada natural, vibrante y poderosa desde joven. No fue una sorpresa que pudiera tomar un arma encantada tan temible desde niño. Sin embargo, el viento comenzando a quemarse a su alrededor era difícil de atravesar.
Su madre apretó un puño al ver el berrinche de su hijo hacía con tal de no ir a su próxima exploración. Más las palabras del rey resonaron en su cabeza "quiero la mejor espada para Iris", ella arrugó su nariz, dejando de apretar su mano.
— Exagerado—dijo ella— lo que haces es totalmente exagerado— se quejó dándole la espalda nuevamente — Eres igual de molesto que tu padre— mintió descarada. Red frunció el ceño, ni siquiera lo conocía ¿Cómo podría saber eso?.
*****
— ¿Puedo pasar?— Red abrió los ojos, levantándose sobre sus codos. Ya estaba acostado, esperando ansiosos por partir al día siguiente, necesitaba encontrarse con Iris, decirle lo que pasaba y lo peligrosa que era la situación para ambos, sin embargo, sus preocupaciones se disiparon cuando su amigo entro con una mueca cansina sobre su rostro.
— Claro —Asintió haciéndose a un lado para dejarle lugar, pese a que dormían bastante juntos mientras permanecían al aire libre, era extraño que se juntaran teniendo un espacio propio. ¿Se sentiría inseguro?
— Debemos hablar de mañana — Red bajo los hombros, por un momento pensó que charlarían de cualquier cosa, menos de los planes para el día siguiente — Es necesaria Red — Green insistió, sabiendo de antemano lo que pensaba.
— Es injusto que sepas lo que siento solo por esta conexión — Se quejó.
— No es porque seas mi portador...— "Mi portador" Red intentó suprimir la satisfacción que tenía al escuchar sus palabras — Nos conocemos hace mucho, sé que disgusta lo que va a pasar mañana — no fue difícil dispersas el sentimiento, Green se encargó de esfumarlo con habilidad.
— Puedo convivir con el "príncipe", pero no esperes mis servicios para él —
Red era un fiel sirviente del reino, leal a todos sus deberes y dedicado cuando se trataba de cuidar a su futura reina y sus ciudadanos, pero White no era más que un traidor, cuando se unió al rey negro y encerró a Iris únicamente lo hizo para tomar el poder de Colors Write, incluso intentó acabar con ellos.
— Es el príncipe de Colors Write — Green empezó y Red se quedó en silencio, a regañadientes, sabía que de no hacerlo, lo seguiría — y sé que no te agrada— Green suavizo su voz, casi como si hablara con un niño — pero si es por el bienestar de los nuestros, espero que cumplas con tu deber y te adelantes con Iris en cuanto sé de la oportunidad— Red bajo la mirada, suspirando.
Green debería estar abatido, su amante lo abandonó, le mintió sobre su muerte y al regresar ni siquiera le dio una explicación, pero allí estaba, cumpliendo sus deberes como si nada hubiera pasado.
— No has cambiado en nada — Green no espero esa respuesta, pensó que estaría molesto por sus palabras — Sigues impasible a cualquier cosa, es un poco desagradable—
— Siempre he amado a mi reino, aunque en ocasiones no lo parezca, así lo hago— Red lo miró intensamente, era extraño verlo hablar de sí mismo y al parecer ese día, estaba dispuesto a hacerlo bastante.
— ¿Por qué? — preguntó sin desperdiciar la oportunidad.
— ...—Green suspiró, Red se quejaba de lo injusto que era que él conociera sus sensaciones y tal vez tenía razón, incluso, en perspectiva era muy extraño que conociéndose de años no conociera detalles triviales sobre él — Mi madre era extranjera — habló finalmente.
Red no mencionó nada, pero su expresión lo dijo todo.
— No sé muy bien de donde era, no pasé mucho tiempo con ella, creo que pudo ser de Sepía, Pink se le parece un poco...— Dijo llevando su mano a su cuello con algo de incomodidad por esa confesión.
— Gray nunca la menciono, ni tú—
— A las personas de Colors Write nunca les han gustado mucho los extranjeros — Green concluyó, retornando a su seriedad habitual, nunca le gusto mucho hablar de sí mismo, sin embargo, por él lo estaba haciendo.
— Sabes, por eso siempre me has gustado, eres muy maduro— Red le sonrió y Green no cambio su expresión, quizá, solo levanto levemente la ceja muy sutilmente.
— También me gustas, sé lo mucho que te esfuerzas por Iris y nosotros— Contestó sin mucho esmero y Red rio por ello, esquivo sus palabras sin pena ni dolo, aunque no le importaba, le bastaba con que Green estuviera a su lado.
*****
—¿No vas a levantarte?—
Era una habitación enorme con una altitud que rebasaba los seis metros, adornada con oro, plata y diamante, todos ellos fríos por naturaleza, por lo que no fue una sorpresa cuando sus huesos le rogaran por unos minutos más dentro de la habitación real.
—Dame un minuto— dijo la reina dándose vuelta y poniendo ambas manos sobre la cama donde reposaba, intentando pararse. Desde que ella había llegado, el dolor en su cuerpo se había incrementado, y aunque eso no era su culpa, no la volvía más agradable.
—¿Te sientes mal? ¿No tomaste lo que te di?—acusó rápido otra mujer desde el umbral de la puerta.
—¡Lo hice!—le gritó de regreso, simplemente no la soportaba.
A su llegada, las personas en el consejo atendieron todas sus instrucciones "Tiene la experiencia" dijeron, "Será un buen guardián para usted" aseguraron. Nadie escuchó sus opiniones, y por supuesto, siempre estaba la opción de obligarles, pero, ¿Eso como la haría quedar?, ya tenía suficiente con cargar el peso de su corta edad para discutir sobre su terquedad también.
—Entonces no tardes—sus labios rojos brillaron junto con los rayos que se colaban por las ventanas—Iris, no tenemos tiempo, apresúrate—habló como si se tratara de una orden, cerrando la puerta al terminar de decirlo.
Iris apretó las sabanas entre sus manos, sus ojos no podían enfocar ya nada, pero sus intenciones eran inconfundibles y no necesitaba sus ojos para verlas. Sabía bien que de regresar, su hermano intentaría quitarle el trono, pero las intenciones de Merlot, esas, esas le preocupaban aún más.
—No tardes más Red...—
*****
— No me hablen —Green y Red se encogieron en sus lugares tras Pink, el día anterior había estado realmente contenta, era como una pequeña niña a lado de su madre, pero en ese momento parecía que desquitaría su ira con cualquiera que tuviera enfrente.
— ¿Pasó algo?— Green se aventuró a preguntar, pero volteaba a otro lado, evitando enfrentarla.
— ¿En serio preguntas eso?— Green hizo un intento de sonrisa, aunque más bien parecía una mueca nerviosa.
— Tal vez podemos ayudarte— Red hizo su propio intento, aunque manteniendo su distancia, ella era mucho más cercana a Green y no parecía tenerle consideración, así que no esperaba un trato mejor para él.
— Me pidió algo que no quiero hacer—Dijo tajante, sus amigos concluyeron que hablaba de su vieja niñera.
Los tres avanzaron a la superficie, se habían estado alojando en las "Grietas del inicio" una zona poco concurrida, pero perfectamente funcional para ser un punto de encuentro, estas se habían formado poco después del asenso de la tierra flotante.
— Pronto debemos reunirnos con White— Pink dijo caminando delante ellos y ambos tomaron un respiro, intentando superar lo que se aproximaba.
Maiot ya los había puesto al corriente, el plan de White era hacer pasar parte de la magia por la tierra flotante, reavivándola, es por eso que juntaba magos alrededor del mundo, para ayudarlo con esa difícil tarea, sin embargo, a ellos no se les informó lo que los hombres de tierras bajas exigían a cambio de su ayuda. Tampoco cuáles serian sus intenciones después de "obtener el trono".
— ¿Están preparados? —Preguntó Red. White había dejado sus intenciones claras, todos serían "aliados", amigos incluso ante la gente de Colors Write, viajarían juntos y anunciarían su entrada como una milagrosa expedición y el retorno de su amado príncipe.
— Lo estamos, no te preocupes — dijo— sé muy bien lo que hay que hacer, y no dejaré que nada le pasé en tu ausencia —ofreció al líder mirando a su otro amigo, pero no tardaron en ser interrumpidos.
— ¡Queridos camaradas!— La voz alta rotunda hizo que inmediatamente los tres exhalaran fuerte, ese hombre era especialmente molesto para los tres.
— Silencio Range— El mencionado oculto su sonrisa de dientes afilados al ver caminar a su compañero el brujo. Él estaba cubierta de pies a cabeza, con una túnica negra y azul, un atuendo algo extraño pese a lo frío de la zona, que parecía ocultar más criaturas peligrosas bajo sus prendas, sin embargo, nadie dijo nada al respecto.
— Como sea —Range ignoro deliberadamente a Blue para acercarse al trío — Va a ser un camino largo para ellos —menciono haciendo un gesto con su cabeza para señalar la parte inferior.
Habían salido por uno de los túneles más altos, dirigiéndose al camino de regreso a Colors Write. La vista baja ellos, en cambio, dejaba ver a las multitudes avanzar llenos de cargas e instrumentos para soportar el viaje.
— Son demasiados —Pink lucia preocupada, el reino flotante estaba encima de un hueco, el corazón de las grietas del inicio, pero aun así, era lo suficientemente grande para afectar las zonas a sus alrededores si llegaba a caer.
— Estarán bien prince...—
Pink le dio un manotazo al muchacho de piel apiñonada cuando intento consolarle, haciendo que desvaneciera su sonrisa. Red y Green ya estaban a su lado, a punto de lanzarlo a patadas de su alrededor.
— ¡Range! ¡Permanece a mi lado! —fue un gritó, aunque diluido entre el ruido de la multitud de abajo, bastante demandante. Range presiono la mandíbula y sin rechistar camino en dirección al príncipe. Era extraño como siendo una persona con su importancia tendía a obedecer a un extranjero.
El trío mantuvo una mirada fría, pero rápidamente se obligaron a darle la espalda. No importaba la mala espina que pudiera darles, todos estaban del mismo lado, y no conocían suficiente a los de fuera como para conocer sus impresiones por lo que, de no mostrarse unidos, no sabían quiénes serían capaces de aprovecharse de eso para atacar a su reino.
— En cuanto entremos a la escalinata nos adelantaremos— avisó Red. No podían separarse por estar rodeados de desconocidos, pero la escalinata, pese a ser un lugar salvaje, ya era su territorio, ninguno de los de fuera sin importar su condición o poder, podría seguirles el paso a partir de ese punto.
— Me temo que debo diferir— White ni siquiera saludo, no era necesario ese tipo de modales, no con él al menos — Pink y Green eran mis subordinados, de hecho, oficialmente siguen siéndolo, de llegar sin ellos y con desconocidos como mis nuevos sirvientes sería más complicado para todos— Range se cruzó de brazos al escuchar la palabra "sirvientes", en cambio, Blue, permaneció inmóvil cuál estatua.
— "De hecho"—Red repitió sus palabras— ya no lo son, tu mismo los entregaste a mi campaña cuando te fuiste con el rey negro— Pink y Green compartieron una mirada. Eso se estaba tornando como una contienda verbal demasiado posesiva, tanto, que Green estuvo a punto de interferir otra vez, tranquilizar a Red, pero antes de que pudiera decir algo, desde la planta de sus pies hasta la base de su cabello, empezó a sentir un frío bastante familiar.
— Príncipe...— Murmuro sacando vapor de su boca, observando al de blanco con la pupila expandida y los labios entre abiertos. El frío que estaba sintiendo era el mismo que White usaba con él, y el príncipe se lo estaba recordando.
Fueron solo unos segundos, Red se giró para mirarlo y White avanzó veloz y sigiloso a donde estaban, quedando frente a Red, rebasándolo lo suficiente en estatura para verlo hacia abajo.
— Haces afirmaciones muy atrevidas para ser solamente un sirviente del reino —expresó —Pero déjame darte un consejo, modera tus palabras, cuida tus intenciones y sobre todo, deja de creer que ellos dos te pertenecen— su mirada era sombría y Red, por el peso de la misma se vio obligado a regresar su atención a él, pero se encontró con que la mirada del príncipe no se dirigía a él, esta, estaba apuntando a su escudo.
Green parecía sorprendido y demasiado pálido, sus labios incluso estaban resecos y agrietados, estaba congelándose.
— Jamás lograrás romper un contrato real— concluyó el príncipe pasando a lado de los tres seguido de Blue y Range.
Pink rechino los dientes en su lugar, seguía siendo un engreído.
— Red, Pink — Green tomo una respiración lenta. Tal vez lo único bueno de ser un escudo, era su rápida recuperación —Ya nos demoramos más de la cuenta...—dijo desviando la mirada de sus camaradas y escondiendo su rostro en sus mechones sueltos.
El frío que sintió, fue el que usaba para aliviar sus heridas.
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