Previamente en el capítulo anterior...
—Hinatari— habló Seimei por detrás de Hinatari, captando la atención de la chica y Aoi, su rostro estaba serio —Tengo algo que decirte— claramente ella se dio cuenta que algo le estaba pasando a su mejor amigo...
Horas antes
Seimei pasaba el tiempo junto a Roselia dentro del invernadero, viendo miles de flores y plantas medicinales tanto para los enfermos como para los heridos, y aprendiendo un poco sobre cada uno de ellos según algunos de los conocimientos de Roselia.
Su momento a solas fue interrumpido por el mayordomo, quién le anunció a Seimei que la reina quería verlo en su despacho ahora. Él no entendía el por qué, tenía bien claro que esa mujer odiaba a la clase baja como él y duda de que haya cambiado de la noche a la mañana. Sin embargo, no quiso preguntar el por qué de la repentina llamada y fue a verla.
Al entrar en su oficina, sintió un ambiente bastante pesado, como si su propia aura hubiera inundado el lugar.
—Finalmente llegas— voltea a su izquierda, la reina agarraba unos papeles para firmar —¿Ya te dije que no me gusta que me hagan esperar?— se sienta —En fin, no te llamé aquí para darte reclamos— suspira —Quiero que seas el nuevo caballero personal de mi hija— esas palabras fueron suficientes para que le cayera un balde de agua fría mentalmente ¿Hablaba en serio? ¿Él tomará el antiguo lugar de Phillip?
—Mi reina, no lo entiendo ¿Por qué me....?—
—Pasas mucho tiempo con mi hija, ella te enseña cosas sobre este castillo y eres demasiado noble y tenaz ante las situaciones, es decir, sabes qué debes de hacer sin dañar la reputación de mi hija y la mía. Era totalmente cierto, no había error en sus palabras.
Sabía del tiempo que la pasaba con Roselia, dejando de lado a Hinatari, pero no lo hacía por ser un mal amigo, al contrario, siempre fue agradecido con ella y le elogiaba por sus logros, siempre estuvieron juntos.
—Eres el único al que puedo pedirle esta tarea, eres muy fiel y no dudas de ti mismo o de tu palabra— Seimei se dispuso a pensarlo —Además, es una buena oportunidad para ser un no...—
—¿Me dejaría pensarlo?— interrumpió nuevamente —Lamento interrumpirle por 2da vez, pero es una noticia precipitada, quiero hablarlo seriamente con una amiga mía, además, ser llamado noble o caballero rápidamente es algo que no me gustaría en este momento, no por ahora— la reina se le quedó mirando por un tiempo, la preocupada expresión del chico le daba aires de ligera inseguridad y algo de sorpresa, era el primero que no se emocionaba por una ascensión de puesto con el fin de destacar de los demás.
—Tienes 3 días— Seimej hace reverencia y se retira del despacho. Al salir, se recarga en la puerta. Por primera vez en su vida se sintió indeciso, miedo al rechazo de lo que pensaría Hinatari al contarle los hechos, pero tampoco puede ocultarlo para siempre, tarde o temprano se daría cuenta de la noticia y sería peor.
Se separa de la puerta y camina sin rumbo. Su paso es interrumpido por Roselia
—¿Qué te dijo mi madre?— no hubo respuesta, sólo un suspiro
—Puees...— sus palabras no salían de su boca
—Oye, no tengas miedo, tú puedes, dudo que sea algo malo— seguía sin hablar —¿Y bien?— sabía que no tenía sentido ocultárselo a ella
—Te lo diré, pero no aquí— mira a su alrededor.
Roselia asiente y Seimei la lleva a un lugar más calmado y seguro para hablar de la situación
—Seré directo, tu madre me pidió ser tu caballero personal— la chica se quedó sin palabras, se sentía feliz de que sus enseñanzas hayan dado frutos para Seimei, también estaba sorprendida de que su madre le dé la oportunidad a alguien como él, se ganó su confianza.
—Ya veo, es un gran honor para ti— Seimei niega
—No del todo, debo de hablar esto con Hinatari, quiero que sea la primera que se entere de este nuevo puesto— baja un poco la mirada, llena de tristeza y miedo
—De hecho, yo fui la primera en enterarme, además...— se acerca a él —¿Por qué te preocupa tanto en tener que decirle?— no recibe respuesta —Es por su reacción ¿verdad?— asiente —Se supone que los 2 son amigos desde niños, algo como esto no le afectaría a ella— seguía sin hablar —Mira, mejor ve con ella y búscame en el invernadero para saber la respuesta de tu amiga— se da la vuelta —Te esperaré el tiempo que sea necesario— se retira.
Se quedó por un tiempo pensándolo, pero al final se llenó de valor y buscó a Hinatari, desde el piso que se encontraba hasta el primero, donde la halló en una parte permitida del jardín junto a Aoi.
Se acercó a ella para hablarle del asunto....
FIN FLASHBACK
—Pero necesito que hablemos a solas— dice mirando a Aoi —Si es que no les molesta— el peliazul no hizo expresión ni se puso celoso
—Está bien, disculpen— Aoi se retira hacia el interior del castillo, dejando a Seimei y Hinatari
—¿Qué quieres decirme? ¿Por qué te ves triste?—
—Hinatari.....— desvía la mirada —Sin importar lo que pase, siempre seremos amigos ¿Verdad?— a la chica le sorprendió tal pregunta, desde que se conocieron nunca se expresó de ese modo, ni siquiera dudaba de su amistad ni de su familia. Asintió sin pensarlo dos veces —Pues.... me ascendieron de rango— Seimei no obtuvo respuesta —Fue apenas esta mañana, les pedí que me dejaran pensarlo para hablar del asunto contigo....— hace una pausa —Para saber qué pensarías de esta situación y porque seré un noble...—
—Acéptalo— interrumpió
—¿Cómo?—
—Es una buena oportunidad para ti, no la desaproveches— el chico voltea a verla, una sonrisa marcaba el rostro de su amiga, no era fingida o forzada, era verdadera
—¿No estás molesta de esto?— ella niega
—Más molesta estaría si no me lo dijeras antes de verte como un buen noble, sé que ayudarás a la gente y cambiarás este mundo— se quedó sin palabras, conocía su lado amable y comprensivo pero nunca creyó oír tales palabras que lo ayudaron a impulsarse, a tener la motivación suficiente para cumplir sus objetivos —¿Qué puesto obtuviste?—
—Seré el caballero personal de la princesa Roselia— los ojos de Hinatari se le abrieron
—Woooow, no pensaba que fuera aún mejor, muchas felicidades— aplaude —Reconocieron tu bondad y nobleza hacia los otros— toca su hombro —Dudo que esté cuando te nombren, pero quiero que sepas que te estaré apoyando, incluso si estamos lejos— quedó atónuto, no tenía palabras para expresar su gratitud de haberla conocido, de que no fuera a decir palabras llenas de celos o rencor hacia él. Lo menos que pudo hacer fue abrazarla con una sonrisa, no hubo más ruido o conversación, sólo paz...
Seimei regresó con la reina para hablar nuevamente del asunto, aceptando la petición de ser caballero personal de Roselia. La reina agradeció su decisión y se dispuso a elaborar la ceremonia de ascensión, invitando a los caballeros de alto rango, el líder, el comandante y la princesa.
Cuando Hinatari se dio cuenta de que no fue invitada, le pidió a Aoi para que le ayudara a escabullirse para ver a Seimei siendo ascendido, no quería perderse ese memorable momento, además de que prometió verlo aunque no se lo haya dicho.
Phillip, al contrario, sentía celos, odio y mucha envidia de que Seimei haya tomado su lugar, no superaba aquel día y cada vez lo consumía más la oscuridad y querer vengarse del chico.
El líder sintió orgullo y tranquilidad, sabía que Seimei no duraría mucho entre los entrenamientos y ser un novato, desde que llegó supo que el chico sería un caballero de rango alto, ya que era muy bondadoso y sus habilidades eran excepcionales. Incluso sintió a Hinatari y Aoi escondidos para ver la ceremonia, lo cual no dijo nada acerca de ese pequeño asunto, ya que no quería interrumpir el momento feliz de una amiga ver a su mejor amigo siendo ascendido.
La ceremonia pasó sin problemas, Seimei suspiró cansado, liberando un poco del estrés luego de oír la bulla de aplausos.
—Felicidades— dijo Roselia yendo a su lado —Ahora eres un noble caballero ¿Cómo te sientes con tu nuevo puesto?—
—Extraño....como si aún no tuviera ese puesto y siga siendo el de antes— Roselia se ríe ante su respuesta
—Tranquilo, la primera vez es así, algunos ya se sienten nobles, otros aún no asimilan el puesto en que se encuentran pero se acostumbran con el tiempo— toca su hombro, llena de orgullo y reconocimiento hacia él —Bien hecho, te lo ganaste y te lo mereces—
—Sin embargo— interrumpe el mayordomo —Como usted ya es un caballero de alto rango, será su deber de cuidar a la princesa y de poner ahora más atención a su modo de vestir y actuar jovencito— se acomoda sus lentes
—¿Es en serio?— se decae
—Por supuesto, un caballero debe de dar buena imagen, ser educado, arreglado, sereno— siguió describiendo mientras Seimei se decaía aún más, sabiendo que no tiene casi todas esas virtudes, además de ser muchas palabras para memorizar
—Ya, ya, lo estás estresando, apenas es su primer día como noble caballero—
—Sólo digo la verdad y cómo debe de verse, ya perdimos al anterior por falta de educación y no quiero que este jovencito pase por el mismo camino— sus palabras eran como flechas que le atravesaban, pero no de dolor, sino por falta de orgullo hacia su ser
—Y será el mejor, pero por hoy, hay que darle un respiro—
—Gracias— dice susurrando con el poco orgullo que le queda
—Por cierto, yo me retiraré, ya que te daré tiempo para pasarla con tus nuevos amigos— señala algunos de los caballeros que se acercaban a Seimei —Nos vemos— se retira junto a su mayordomo.
—Wow, eres increíble— dijo uno —Hasta das envidia amigo, eres caballero personal de la princesa— se acercó el resto a hacerle tantas preguntas y palabras positivas
—¿Quieres venir con nosotros esta noche a la taberna El Halcón? Tienen buen servicio a cliente y puedes beber muchos tarros de cerveza— dijo el segundo caballero y se puso nervioso, era la primera vez que estaba en un círculo de amigos. No era bebedor de la bebida mencionada, pero tampoco quería caerles mal en su primer día
—Lo siento pero...— rasca su cabeza —Yo...yo no bebo— desvía la mirada
—Vamos, no bebas si no quieres, pero te divertirás con nosotros, aprovecha esta ocasión única— saca una bolsa de monedas —Invitamos—
Seimei suspira rendido y asiente en ir, sus nuevos amigos se alegraron, quedando en ir en la noche.
Luego de la charla, Seimei salió del lugar de la ceremonia, encontrándose con el menos esperado
—Vaya, el ladrón de puestos se presenta ante mí—
—Me lo gané con bondad y nobleza, algo que tú no pudiste hacer y aprovechar, te importó más tu status social que ver por la gente, cuidarlos, hasta mantener la reputación de la princesa Roselia— suspira —Sólo quiero que sepas que entre más odio tengas, más te cegarás de tu camino y quien sabe si ese sendero te lleve a una posible muerte o apartarte de los que una vez amaste sin demostrarlo— pasa al lado de él —Aún te queda tiempo para no caer en el abismo y la oscuridad de tu corazón— susurra y se retira.
En la noche, según lo acordado, visitó el bar El Halcón donde fue bien recibido por el bartender del mostrador. Todos pidieron cerveza del barril excepto Seimei, quien pidió jugo de zidra de manzana sin alcohol.
La fiesta marchó a la perfección, estaban sentado en una mesa a la derecha del mostrador.
Fue así hasta que el chico sintió una intensa y fría mirada en él, dando a activar sus 5 cinco sentidos y buscarlo hasta que lo encontró en una esquina a su izquierda: un hombre con lentes, cabellera larga castaño oscuro y ojos grises. Vestía con una blusa camisera manga larga color blanca, portando un chaleco negro sin mangas por encima de él y de la blusa colgando un moño negro.
Seimei sintió miedo ante esa mirada que helaba la sangre e inmovilizaba su cuerpo. Esta era la primera vez que una mirada humana le daba más miedo que sus propias pesadillas.
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Que intenso final.
¿De quién era aquella mirada?
¿Cambiará Phillip ante las palabras de Seimei?
¿Cuál será el destino de Seimei ahora que es un noble caballero?
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