Sólo debes entrar al salón, recibir la orden, y decir que estás seguro…
Sólo debes entrar al salón, recibir la orden, y decir que estás seguro…
murmuraba una y otra vez detrás de la gran puerta que no me dejaba escuchar, sin embargo las voces al otro lado parecían alteradas.
-¡Su majestad! ¿Por qué hemos sido todos convocados a este salón? ¿Seres acusados todos por el error de pocos?
Ojo por ojo…. sangre por sangre… ¡Piedad! …. ¡Que se haga justicia por la nación!- las voces opacadas eran confusas.
Las pesadas puertas se abrieron. Y las voces callaron.
Hendrick en el trono tomó la palabra.
-Como dicen las profecías, el poseedor de la bestia tendrá el poder de vencer sobre la amenaza de las naciones. Hendrick se paró y estiró el brazo hacia mi.
-¡Yo, Hendrick Kane III, Rey de Aaliyah te reclamo mío y te ordeno que vengas a mi!
Por algún motivo sus palabras me sonrojaban.. ¿vergüenza? … ¿humillación?... No importa, le dí mi palabra que hoy haría todo lo que me pidiera y actuaría altivo y elegante… así que trataré de no reír de vengüenza…
Clop,clop… mis cascos eran los únicos retumbando en la sala.
Me acerqué hasta su mano e hice una venia mirándolo firmemente a los ojos.
Los presentes estaban atónitos, y un leve murmullo se escuchaba en la sala.
Ahora, Triferhontex- ¿Hendick aún se acuerda de mi nombre…? Escuchar mi nombre completo saliendo de sus labios con esa voz imponente suena tan extraño, ahora quisiera sólo la voz que oía entre las sábanas, suavemente llamándome Trix.
Aún con la mano extendida hacia mí, Hen continuó- Besa la mano de tu amo.
Mis mejillas ardían, miré de reojo a los presentes, atónitos, algunos cuchicheaban sobre si realmente me habían domesticado, otros sobre el poder del rey y otras cosas absurdas..
Tomé su mano entre las mías- ¿Qué tipo de beso debería de dar? acequé mi rostro hacia su palma y recordé el chocolate escurriéndose en mi mano y cómo Hen la había limpiado.
-¡¿Qué haces?!- le había reclamado nevioso por ese contacto de su lengua contra mi piel.
- ¿un beso? … ¿Un beso dulce?.. se burlaba… No dejarás de desperdicie el chocolate ¿No es cierto, Trix?... Tenía razón,no podía despediciarse..
Su mano aún olía a chocolate, mis labios se posaron en la palma pero sin mucha conciencia de mi mismo abrí mi boca y mi lengua se deslizó hasta la punta de su dedo del corazón. Al terminar abrí los ojos y pude ver el rubor en el rostro del Rey. Acercó su rostro a mi oído y susurró.
Te dije que actuaras como si te poseyera, pero no me hagas querer que sea real… sigue el plan… sólo señálalo a mi señal.
Se dirigió hacia el público y exclamó - ¡ No hay duda! ¡Yo soy el Rey elegido para traer paz y gobernar la región! Ya le dí la indicación a la bestia sagrada, él nos dará respuestas. - se giró levemente a verme y ordenó- ¡Ahora! ¡Señálalo!
Mi brazo se extendió hacia el hijo de Hendrick, tal como él me había dicho.
Las voces se alzaron - ¡Su linaje! ¡ Mentiras!¡El heredero!... ¡¿Cómo podemos estar seguros?!
¡¿Estas seguro?!- La voz Hendrick opacó a las otras. que aún se oían de fondo
Estoy seguro.
El sonido de mi voz no es imponente como la de Hendrick sin embargo la sorpresa al escuchar que yo,una simple bestia podía hablar debió ser mucha, tanto hizo que el salón quedó en silencio.
Silenció que fué roto por un grito desgarrador.
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