Los pequeños trozos de un rompecabezas de recuerdos borrosos, que le llevaron a esa horrible situación, estaban sueltos en su memoria.
La fiesta en el club. Un par de chicos sexys. El extraño sabor en su bebida. Mucho calor. Mucho, mucho calor. El interior de un coche elegante. El sabor amargo de tequila y limón en la boca de un hombre intimidante. Unos feroces labios en su pecho. Un embriagante aroma. Unos ojos grises que se tornaban de pupila dorada. Unos ojos felinos. Hasta el momento que despertó. Era claro que omitiría el estúpido instante previo a saber la identidad de aquel hombre. Juraba que seguía el sabor de su pene en la boca. Relatando hasta el momento que el encanto se quebró y el huyó de allí.
"...y el pendejo todavía tuvo el descaro de decirme que: un hombre OMEGA es lo mejor que existe para un ALFA. Asqueroso." azotó la puerta del refrigerador.
"Wo-wo-wo...espera un minuto. ¿Me estás diciendo que dormiste con Owen Willson? ¿Ese Owen Willson?"
"Sí...ese Owen Willson" apretó su puño lleno de coraje.
"¿Quién lo diría?..." menciono con su clásica expresión de asombro"...Tan buena gente que se veía..." murmuró Eliza vaciando la botana en un refractario.
"¿De qué estás hablando?" miró desconcertado a su amiga. "Si es todo un imbécil...Espera. ¿Lo conoces? ¿Cómo es que lo conoces? ¡¿Por qué lo conoces?!" sus ojos estaban abiertos por el impacto de sus palabras.
"Bueno, de hecho todos en la cafetería lo conocen. Mike nos lo presentó. Es el nuevo dueño."
"¿Nuevo due...?" Evan sacudió la cabeza, luego suspiró "Eliza. En primera: la cafetería es una cadena de cafeterías. Y Mike es el gerente, no el dueño. En segunda ¡¿cómo es eso posible que todos sepan de él?!"
"Porque fue noticia mundial."
Evan tenia una expresión de no entender.
"¡Oh!. ¡Cierto! Esa semana estuviste en celo" recordó Eliza mientras sacaba de su pizza los champiñones "Me pareció ser un agradable sujeto. Además tengo entendido que es todo un filántropo y es el director de ese proyecto para apoyar a los OMEGAS con su primer trabajo. Incluso es guapo...tiene una cara que...un pecho ¡uff!...una espalda ¡Dios!..."
Evan veía un tanto avergonzado por como tenía Eliza esa forma tan entusiasta y enamoradiza de señalar lo que le atraían de las personas. Cualquiera pudiera decir que ella era la carnívora a la hora de las conquistas. Demasiado efusiva y nada discreta.
Escuchaba atento todas las virtudes y cualidades que Eliza describía lo que al parecer era el hombre perfecto. Owen era guapo, sí. Pero nunca sería una persona tan SANTA como ese Owen del que hablaba su amiga.
"Para nada es el Owen que conozco." continuó Evan "...El Owen Willson que te hablo es un maldito hijo de puta. Ya te había hablado de él ¿no?"
"¿Estaba bebiendo cuando me lo contaste?"
"Creo que si..."
"Probablemente no te puse atención." sonrió apenada rascándose la nuca "Lo siento".
Evan se froto la sien. Eliza era un caso único de persona. Muy atenta, muy honesta. Su mejor amiga desde hace 5 años. La primera persona que le tendió la mano después del "incidente". Pero Eliza, bueno, era al fin de cuentas Eliza.
El Owen Willson que tanto pronunciaba su amigo era el ALFA que más odiaba. Incluso, fue el culpable que aborreciera a todos los ALFAS existentes en el planeta. Se convirtió en la cereza del pastel de todas sus desgracias. Era el ser más despreciable del mundo.
Su mano estaba mojada. El té había escurrido por la boca de la botella aplastada por la mano que contenía toda su ira. De ser el cuello de Owen este seguramente estaría roto. Era evidente el odio que le tenia.
"Bueno, vale...tu Owen Willson sí que suena como todo un cretino...." comió la chica el trozo de pizza "...y también eso explica muchas cosas..." murmuró en lo bajo esto último esperando no ser escuchada por su amigo.
"¿De cuál otro Owen Willson crees que me refería?" tomó las servilletas que amablemente Eliza le ofrecía para limpiarse.
"Creí que el nuevo dueño...".
"No. Definitivamente son dos personas muy distintas. Además del Owen Willson de ensueño que me hablas ni lo conozco."
"¿Sabes que hay más cosas en la tele que Netflix, cierto?"
"Sabes que me estresan los noticieros y esos vulgares programas de televisión." masticó las piñas de su pizza.
"Creo que tengo el video de cuando salió en la rueda de prensa. ¡Hasta siento que es mi persona destinada!" suspiró con un aura de niña enamorada.
Eliza de inmediato sacó su celular y buscaba entre sus archivos dicho video.
"Eso dices siempre de todas las personas que te gustan. Eres muy superficial, ¿sabes?" Evan le dedico unos ojos pequeños acusadores.
"Mira quién habla" le entrego su celular con el video reproduciéndose.
El logotipo corporativo de la compañía Helleven apareció junto con ese pegajoso jingle. Era una de las empresas más grandes de todo el mundo. Hoteles, restaurantes, cafeterías ¡hasta cruceros!. Todo un imperio. Un tanto envidiable para alguien que aspira a no tener que ser un simple barista y sueña con abrir su propia cafetería.
Y fue entonces que, en esa misma presentación que presumía de los cientos de hoteles que eran dueños, así como los 2 nuevos trasatlánticos adquiridos, apareció el rostro que había prometido no ver más.
Sonriente con un porte altivo y relajado. Hablaba con voz suave hacia un grupo numeroso de periodistas, quienes estaban atentos al discurso de ese atractivo hombre de ojos grises perlas, peinado impecable y habla exquisita.
Owen Willson era el nuevo Presidente Corporativo de Helleven Co.
De no ser que estaba la silla alta cerca pudo haber caído de espaldas al suelo.
"¿Qué te pasa? Estas tan blanco como un papel. Pareciera que viste un fantasma."
El Owen Willson de quién hablaba Eliza, no era más que el mismo que esa mañana había aparecido de nuevo en su vida.
Aquello era una jodida broma del destino.
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