El día está más relajado que de costumbre, me encargue de ello. Hoy no tengo nada importante a lo que acudir, así que pretendo disfrutar este tiempo. Hace bastante que no veo a Lilith y Rayzel, aún esta pendiente el plan de mudarse al palacio pero falta algún tiempo más para ello. Creo que les haré una visita sorpresa.
—Amos, ¿hacia dónde te diriges?
—Majestad —al instante mis rodillas tocan el suelo—, voy a visitar una vieja conocida. Hace algún tiempo que no la veo y creo que es un buen momento para ello.
—Levanta, no es necesario que lo hagas. Te lo he dicho varias veces —dice el rey mientras toca mi hombro.
—Es la costumbre, sabes mejor que nadie que las cosas siempre serán así —digo mientras me levanto.
—También eras así con Rayzo, tan obstinado.
—No lo dude.
Ambos empezamos a caminar lentamente hacia la entrada del jardín.
—Todo esta en orden, me encargue personalmente de ello. No hay ninguna responsabilidad que necesite de mí, además deje todo en manos de Varis por si algo imprevisto sucede.
—Bien. Ten un buen viaje, cuando vuelvas tendremos que continuar con la discusión sobre aquel "tema" —dice el rey con una mirada filosa en su rostro.
Cierto, ese "tema". Como olvidarlo, pero ahora no tengo tiempo para pensar en ello, además dudo que algo suceda de momento.
—Por supuesto, cuando vuelva le daremos una solución de una vez por todas.
No me gusta nada estas palabras ni lo que traen consigo, pero habrá que hacer lo que se debe hacer. Todo por el bien del reino.
Luego de la conversación, el rey se dirigió al jardín para encontrarse con su amada y herederos. Por mi parte, seguí mi camino hasta salir de la ciudad, luego me encamine en dirección a mi destino.
□ □ □
Después de un par de horas caminado llegué a mi destino. No hubo muchos inconvenientes en el camino, solo un encuentro con un ser molesto el cual ya no se encuentra en este mundo, a pesar de ello fue un viaje ligero.
—Y aquí estoy —digo parado en la entrada de la casa.
Apoyo mi mano sobre la puerta para abrirla, pero algo llama mi atención: ¿un sonido de lucha? Al instante una bola de fuego sale volando por los aires, no pienso ni un segundo y salgo corriendo.
—¿Qué sucede? Lilith est… as bien —mi voz se reduce con cada palabra que digo.
Rayzel y una chica, que me resulta familiar, están luchando.
—Oh, tío Amos. Qué sorpresa verte por aquí —dice Rayzel con una bola de fuego pequeña en su mano.
—H… hola —la chica levanta su mano saludando, pero su mirada esta fija en el suelo.
¿Qué sucede aquí? No aparezco durante un tiempo y el niño ya esta peleando con no sé quien.
—¡Ja, ja, ja, ja! Tú cara lo dice todo —Lilith aparece por detrás de mi y se suma a la escena—. Debes de estar un poco perdido. Ven, te lo explicaré.
Lilith me invita a tomar té y en ello me pone en contexto. Al parecer esta chica es la tutora de Rayzel y le esta enseñando a usar magia. Es una conocida de ella de hace unos cuantos años y trabaja en el palacio para el consejo del rey, por alguna razón pensaba que la conocía, seguramente nos cruzamos algunas veces en el palacio. Varis es el que siempre se encarga de los lideres y sus deberes, por ello conozco pocos miembros del consejo.
Luego de la explicación, y el delicioso té, hablamos sobre el tema principal.
—¿Qué te trae por aquí hoy? —pregunta Lilith.
—Solamente vine hacer una visita sorpresa a mi pequeño sobrino —respondo.
—Claro, claro que si —una leve sonrisa se dibuja en su rostro—. Ya que viniste a verlo, ¿por qué no juegas un rato con él?
—¿Eeeh…?
—Ray, ven aquí —Lilith levanta su mano y tono de voz.
El chico se acerca a donde estamos sentados.
—Tus practicas con Asara van avanzando muy bien, ¿cierto?
—Sí, ya estoy perfeccionando ciertas técnicas y dominando otras. Incluso cree algunas más —dice Rayzel con una sonrisa enorme en su rostro.
Que no lo diga, que no lo diga.
—Bien, ¿por qué no las pruebas junto a tu tío?
¡Lo sabía!
—Aún es muy joven, Lilith, no creo que sea lo mejor —digo intentando escapar de esta situación.
Al darme la vuelta para observar a Rayzel, temiendo que se pusiera triste, me llevo una sorpresa. ¡Está entusiasmado! Sus ojos están muy abiertos y su sonrisa cubre todo su rostro.
—¿En serio? ¿Voy a poder entrenar con el tío? ¡Sí, que bien!
Esta súper entusiasmado.
—No seras tan cobarde para destrozar las ilusiones de un niño, ¿verdad, Amos? —dice Lilith con una voz diferente a la usual.
No tengo opciones, no tengo escape.
—Caminaste desde la ciudad hasta aquí para verlo, ¿cierto? Ahora disfrutalo —dice Lilith mientras se levanta de su asiento y se dirige lentamente hacia Saraa que se encuentra a lo lejos esperándola—. Por cierto, estaré ocupada unas horas así que lo dejo a tu cuidado.
—Espera, ¿esa chica no es su tutora? Ella puede cuidarlo fácilmente.
Me ignoró completamente.
—Estaré a tu cuidado, tío Amos —dice Rayzel mientras toma mi mano.
—Claro. Será un placer.
Debí decir que viene hasta aquí para verla, debí decir la verdad.
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