—Lilith…
No ha dicho una palabra desde que entramos en la habitación, apenas pasaron cinco minutos pero parecen una eternidad.
—Amos, ¿qué quieres lograr exactamente con Ray en el trono? —Pregunta Lilith estudiándome con su mirada.
—Lo que dije el otro día en aquella habitación es cierto, quiero mantener a Ray lo más cerca de mi para poder protegerlo. Para poder protegerlos a los dos —respondo.
—¿Eso es todo? Tu egoísmo puso en el trono a un pequeño que apenas cumplió su primer septenio —dice Lilith mientras camina hacia mi dirección—. No necesitamos tu protección, creí haber sido clara años atrás.
—Por supuesto que no fue la única razón, Neros no era un rey legitimo solamente era el subordinado de uno, pero era lo que necesitábamos luego de la muerte de Rayzo. Neros lo entendía perfectamente, y a sus ideales, así que deje a alguien más capacitado tomar la responsabilidad del trono.
Mentira, no pude y huí de mi responsabilidad.
—No funciona de esa forma, Amos. Cambiar años de tradición toma demasiado tiempo, es un proceso muy largo, y huir de tu responsabilidad es lo que llevó a este desenlace.
—Lo sé, lo sé. Ahora lo sé. Fallé al principio, pero ahora se jugar este juego. Ray es la mejor opción para ocupar ese trono, solo tiene que sentarse allí y yo me encargo del resto. Te lo prometo, no le pasará nada —respondo mientras tomo su mano derecha—. Una vez fui un cobarde, no lo seré dos veces.
Lilith quita mi mano suavemente y comienza a recorrer la sala lentamente.
—¿Quiénes están disconformes con la actual corona? —Pregunta Lilith mientras pasa su mano por algunos libros que están en las librerías al fondo—. Seguro Nhilo es uno.
—De los siete, solamente Nura nos apoya.
—Creíste que tenías todo bajo control, pero la situación escaló demasiado. Claramente Ray es tu mejor… no, es la única opción pacifica que tienes.
—Sí.
—Después de fallos tan grandes que podrían haber desatado una guerra, ¿crees que dejaré a Ray en tus manos? ¿Enserio?
—Sí. A pesar de todo, sé que confías en mi.
Lilith suelta un suspiro. La situación es demasiado incomoda para los dos, pero es la única salida que tengo.
—¿Pensaste en la forma de decírselo a Ray? —Pregunta Lilith señalando con un movimiento lento de cabeza hacia la puerta.
—Tengo algunas idea, pero ninguna concre… —digo mientras me doy vuelta para mirar el lugar que señaló.
Un sonido se oye atrás de la puerta. Un segundo después, la puerta se abre y alguien entra.
—Necesitamos hablar. ¿Qué esta sucediendo? Quiero saberlo ahora —dice Ray mientras se acerca en dirección a Lilith.
Lilith se acerca a él y acaricia su pelo con la palma derecha de su mano.
Necesito pensar en algo, necesito pensar en algo. Necesito tiempo. ¿Por qué tengo tanta mala suerte? O mejor dicho, ¿por qué tengo que dejar todo para último minuto? Pasaron dos semanas, no pude hablar con Lilith antes y los rumores se esparcieron demasiado rápido, creí tener más tiempo.
¿Cómo le digo a un niño que su vida ya no será la misma? ¿Qué por mi culpa debe cargar con una responsabilidad tan grande a muy temprana edad? Mierda, ¿cómo le digo que su tío le arruinó la infancia?
—La respuesta es muy simple, Ray. Ahora eres rey de Ahstel. Felicidades —dice Lilith con total sinceridad y amabilidad.
—Ah, entonces eso era.
¿Eh? ¿Eh? ¿Qué sucede? Los dos están demasiado tranquilo, ¿o acaso es imaginación mía? ¿Eh?
—¿Qué sucede, Amos? Tu cara esta rara.
—Ray, fue mi culpa que ahora tengas que ser rey. Lo siento.
—No te preocupes, no pasa nada —responde Ray sin ninguna preocupación en su voz, como si no fuera nada—. ¿Entonces soy rey? No tengo mucho conocimiento como dirigir un reino, voy a necesitar ayuda.
¿Esta planeando como dirigir el reino? Descubrió que iba a ser rey hace menos de un minuto y ¿está estructurando la cadena de mando?
—No te preocupes por eso, Ray. Yo me encargaré de todo, tú solamente tienes que acudir a ciertas reuniones y sentarte en ese trono. Me encargaré de que no sea una carga muy pesada.
—Quiero seguir practicando contigo, así que no puedo dejar que te encargues de todo. Dividamos la carga —responde Ray mientras se acerca en mi dirección—. Necesitamos más ayuda. Mamá, seras mi consejera. Luego hablaré con Saraa y Rudd y veré que tarea puedo asignarles. Amos, seras mi mano izquierda. Te encargaras de todas las tareas que creas que no estoy a la altura, por ahora.
—Claro, alteza —digo mientras hago una pequeña reverencia.
—Esto será divertido —dice Ray con una sonrisa.
Lilith se acerca en mi dirección.
—¿Nunca te lo dije? Mi pequeño es increíble.
¿Pequeño? Sinceramente dudo que eso tengo un septenio. ¿Qué eres, Ray?
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