Hoy es el día en que me convertiré en rey. Luego de que mamá me diera la noticia las cosas cambiaron bastante, no en nuestra relación sino en mi visión sobre todo. Anteriormente solo pensaba en mi y mi familia, en divertirme y disfrutar los pequeños momentos de paz y tranquilidad, ahora todo es distinto. Tengo que administrar un reino de completo extraños, no sé que hacer pero un paso a la vez. No estaré solo, eso amortigua la ansiedad.
Voy vestido de gala: unas botas negras hechas del mejor cuero, unos pantalones blancos hechos con la mejor tela, una camisa celeste con botones dorados hecha a mi talla, una chaqueta morada con pequeños cordones blancos que cumplen la función de los botones y una hermosa capa roja y blanca que llega hasta mis tobillos. Tan cerca y a la vez tan lejos, se encuentra una corona hecha a mi medida.
La plaza de la ciudad está repleta, creo que todos los ciudadanos de Ahstel están aquí. Los Condes, la Corte del Rey, la Guardia Escarlata, todos están en el castillo expectantes del evento que esta por ocurrir.
—¿Nervioso? Preguntó Amos.
—Como nunca.
—No te preocupes, no tienes que hacer mucho. Neros se encargará de dar un discurso y luego cederá su lugar a ti, tú solamente tienes que aceptarlo y listo.
—No creo que sea así de fácil —respondí incrédulo.
—Es solo una formalidad, haz lo que se te ha dicho y todo resultará bien.
—Me tengo que ir a resolver unos últimos detalles. Buena suerte, y no te preocupes, lo harás bien —añadió Amos antes de marcharse.
Observo en silencio como Amos se marcha y veo por el rabillo del ojo quien se acerca en mi dirección. ¿Conozco esta persona? Bueno “persona”, mejor dicho dragonnewt.
—Un gusto por fin conocerlo, Rayzel —dijo el extraño con una leve reverencia y un tono de voz muy grave—. Me presento, mi nombre es Khelish y soy uno de los Condes que esta a su servicio.
Amos me explico un poco el panorama general, este uno de los Condes que estaba en contra del reinado de Neros, pero apoya mi reinado por lealtad a mi padre. Amos dijo que puedo confiar en el, pero iré con cuidado.
Khelish es un dragonnewt de avanzada edad, no lo sé a ciencia cierta pero creo que es el más viejo de los Condes. Va vestido de manera similar a la mia, solamente no lleva capa y su ropa es toda blanca desde las botas hasta la chaqueta. Dando un vistazo general, todos los Condes van vestidos de la misma manera hasta las mujeres, ¿se les puede decir así? No sé como funciona el género con los dragonnewt, y menos en todo el mundo y sus diferentes razas. Cuando tenga tiempo libre lo investigaré.
—El placer es mío, Conde Khelish —respondí mirándole directamente a los ojos—. Es un gusto que este presente en mi coronación, espero todo su apoyo y cooperación en mi reinado.
—Cuente con ello, Alteza —respondió Khelish mientras se arrodillaba y besaba mi anillo.
Al parecer besar el anillo de la realeza es signo de lealtad, un acto muy puro y devoto según la explicación de Amos. Las palabras y las promesas importan mucho entre los dragonnewt.
Khelish retomó su postura y con una leve reverencia se marchó.
Tenía intención de hablar con el resto de Condes y ver en que situación se encontraban con respecto a mi coronación, pero no tuve el tiempo suficiente. Es la hora de la coronación.
□ □ □
Y ahí está, mi hijo. No pensé llegar a ver este momento, en principio no lo quería por todo lo pasado, pero al parecer es de sangre el querer gobernar. Junto a Neros se encuentra Ray con su vestimenta perfecta pronto a recibir lo que le pertenece por derecho, pero con ello el peso de miles de vidas de dragonnewt. No sé como lo llevará a cabo, pero si Amos esta a su lado no tendré de que preocuparme.
—Se ve increíble con la vestimenta real —dijo Rudd desde detrás de mi.
—Sin duda el porte de un rey —añadió Saraa.
Las tres solo podemos ver su espalda mientras es coronado como rey.
—No sé como se pondrán las cosas a partir de ahora, pero habrá que apoyarlo en lo que necesite.
—No es ni necesario que lo digas, lo que el ordene se hará —dijo Saraa, luego Rudd asintió con la cabeza estando de acuerdo.
□ □ □
Es hora.
—Rayzel, dejando el trono por voluntad propia y en mejores mano, te encomiendo la tarea más pesada y gratificante que puede cargar un dragonnewt, esta corona —dijo Neros con la corona en sus manos mientras la multitud gritaba de emoción—. No será tarea fácil, tendrás muchos problemas y complicaciones, pero sé que tú podrás con todo como tu padre lo hizo. ¡Alabado sea el nuevo rey de Ahstel, el nuevo de rey de los dragonnewt, alabado sea Rayzel nuestro nuevo rey!
Luego de esas palabras Neros puso en mi cabeza la corona, por supuesto era una corona modificada para mi tamaño. Después de eso, la multitud enloqueció todavía más y solamente gritos y aplausos reinaban en el aire. Un gozo total para el pueblo y una enorme carga se posaba en mi cabeza.
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