Azucena: Aburrida me he levantado temprano estoy intentando terminar mis deberes, aun tengo mi bata de dormir, me siento algo frustrada como decepcionada. Dejo los deberes a un lado, mi escritorio es castaño, aunque no es madera, la silla de tipo oficina es rosa con los cojines amarrillos. Pienso que son más sofisticados que los muebles anteriores.

–Solo tengo que terminar todos los deberes; estudiar para los próximos exámenes, llegar puntual a mis actividades, y recuperare mis notas. A cualquiera le pasa unas notas bajas una vez –sin muchos ánimos repaso mi lista de obligaciones.

Bajo a desayunar, me siento en la isla de la cocina, mis padres lucen algo molestos conmigo, yo solo les sonrío. Mi madre tiene el cabello corto celeste; ojos celestes y tez malaya, mide1:78 centímetros; esta de pie a un lado de la mesa tomando café, su bata de dormir es café oscuro y oculta los rasgos de su cuerpo. Mi padre quien esta preparando algo más en la estufa, tiene cabello violeta recogido en una coleta que llega debajo de su cadera; ojos grises y tez blanca, mide 1: 63 centímetros; su ropa de dormir es una camisa y un pantalón azul, los 3 tenemos pantuflas negras.

Sin haber mediado palabra más allá de los saludos de la mañana, al terminar de desayunar vuelvo a mi cuarto donde sigo con mis deberes hasta que miro mi teléfono donde tengo mensajes de Ana para salir al parque, de Isabel para que estudie y de Carola para salir a caminar; me tomo mi tiempo para responderle a las 3.

–Tengo todo bajo control; merezco un descanso –tranquila me digo.

Con la mayoría de los deberes hechos y con permiso de mis padres quienes se ven más tranquilos, salgo a caminar; colocando una gran sonrisa en mi rostro. Usando una blusa purpura, con un chaqueta corta de mangas largas amarrilla, un mocho purpura y tenis amarrillos. Me reúno con Carola tranquila quien lleva un vestido de tiras que le llega a las rodillas salmón; de falda amplia y sandalias café adornadas con una flor de mismo color. Vamos hasta un parque donde nos espera Ana alegre usando una camisa celeste con un estampado floral rojo, un pantalón azul claro, y tenis azul oscuro.

Las 3 nos ponemos a platicar mientras seguimos caminando por unos minutos llegando a un lugar algo abarrotado de chicas y algunos chicos, quienes miran una sección de fotos de varios modelos entre los que se encuentra Felipe, quien sonríe con serenidad y no pareciera notar el alboroto a su alrededor a diferencia de los otros que de tanto en tanto saludan, como uno de sus compañeros de clase, Néstor de cabello rubio con flequillo al lado izquierdo, con las raíces y las puntas rojas, largo a la cintura, ojos rojos, tez cobriza, mide 1: 58 centímetros.

Entre la multitud mis amigas y yo pasamos desapercibidas, hay mucha gente y pronto llegaran más, así son siempre estos eventos.

–Es una buena forma de relajarse mirándolos –Ana jocosa comenta, mirándome.

–Si, pero no es mucho. Digo de mucha ayuda con nuestro caso –Carola juguetona menciona. También mirándome.

–En eso te equivocas –Ana jugando a molestar le dice.

–Tú eres la equivocada, solo un poco menos que Isabel –Carola sarcástica le responde.

–Ya basta con eso. Parece que quieres armar una guerra –Ana fingiendo seriedad le dice.

–Bueno, ya me callo. Ya me callo –Carola en tono de broma le dice.

Yo estoy completamente concentrada en la sección de fotos ignorando la conversación de ellas, y sin quitarle la vista de encima a Felipe. Mis amigas se juegan así a casa rato.

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Rosa Negra:  Este evento no tiene entretención de mi gusto, es aburrido básicamente. Y por hablar de más invoque a alguien, un viento helado que molesta a los presentes por un instante la anuncia, por suerte la infraestructura hace su trabajo. Es una de las mujeres de ayer, la de azul, se ve molesta, esta muy alto se eleva con sus grandes y gruesas alas sobre el pequeño evento, con los brazos estirados un viento frio sale de sus pulseras y cubre todo el lugar.

–Que pésimo trabajo. He visto damas de 13 años hacer un mejor uso de esos poderes. Baja y me hare cargo personalmente de ti, desastre –de manera desafiante hablo, aunque parece que no me puede escuchar. ¿Qué le estarán haciendo a la infraestructura?

Ella sigue haciendo su viento que se extiende por el lugar, más gente la nota y pronto Diamante y el Maestro Ancestral, junto a otros llegan. Ella no parece asustada lanzándoles bloques de hielo enormes haciendo movimientos bruscos que parecieran amenazar su permanencia en vuelo, que todos los evitan o destrozan, lo cual parece frustrarla; el Maestro la mira muy serio.

–¡Detente de una vez! ¡Esa no es forma de usar esa joya de hielo! ¡No eres ni serás la Cisne! –Maestro Ancestral serio le grita sus verdades.

–¡Lo soy!, ¡y veras que ustedes no son ni la mitad de fuertes que nosotros! –la tonta, por llamarla de manera amable, desafiante le responde tonterías.

–¡Entiende de una vez que esto que hacen es una niñería! –Maestro Ancestral de nuevo le grita una verdad.

El Maestro con su bastón y el poder de mi amigo, crea una ráfaga más poderosa que la de ella, obligándola a bajar hasta el suelo, que desastre es ella como portadora. Voy corriendo hacia donde aterrizo. Diamante trata de sujetarla, pero esta la esquiva mientras le lanza más nieve soplando atreves de sus manos, el Maestro se mantiene en el aire mientras el resto trata de rodearla; ella esquivando ataques se adentra entre los arbustos en ese instante hago aparecer mis espinas negras nuevamente sorprendiendo a todos, la cubro por completo y la arrastro, aunque la suelto a pocos metros ilesa es obvio que acabo hacerla perder su joya, y solo quería asustarla. Yo tengo esa capacidad de cortar enlaces en un instante, sin provocar dolor.

Esta pelinegra; de ojos morados, parece muy asustada; enseguida la arrestan, mientras llegan los médicos para atender a los jóvenes y adultos que participaban como los que observaban la sección de fotos; todos los afectados son acompañados a sus casas; todo un detalle.

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Maestro Ancestral: Inquieto aún en las alturas, busco desde arriba con la mirada, pero no veo nada anormal, a mi lado esta mi esencia, con forma de mago casi fantasmal vestido por completo de azul oscuro, con una mascara de madera en forma de búho, que parece medir 2 metros.

–¿Dónde estás Rosa Negra? ¿Anochecer, amigo seguro que aún no debería tener guardián? –intrigado le pregunto.

–Muy seguro. Está entrenado para verificar que ocurre a su alrededor. Le tomara unas semanas, a menos que encuentre a alguien de alguna de sus familias regulares. Son 5 en total, de las cuales 3 son propias familias de verdugos –Anochecer calmado me explica.

–Eso último ya me lo habías mencionado. Aunque verificar a su alrededor y no tener guardián no le impide quitar joyas y amuletos si fuese el caso. No me estoy quejando – calmándome le comento.

–Ese es su trabajo y suele basar su criterio en el de los poderosos, quienes también basan mucho de lo que hacen en lo que la mayoría es capaz de aceptar –Anochecer calmado añade.

–Espero que los demás lo pongan al corriente sobre esas políticas, antes de que corte un enlace que la gente no sea capaz de tolerar –. Aunque calmado, mi seriedad no se va nunca.

–Tranquilízate, si quito esos joyas es porque esas esencias le pidieron que lo hiciera. Aunque muchos puedan compartir la idea de que las reglas están mal, no les gusta ser usados como sea –Anochecer igualmente me explica.

–La falta de respeto hacia ustedes por parte de estas personas es demasiado inaceptable y contradictoria con su discurso. Diamante Blanco ya la tiene, vámonos –serio le hablo, doy por finalizada esta tarea.

–Enseguida. Y lleguemos a la biblioteca Real, Luz de Noche puede saber algo – Anochecer me dice. Claro que su pareja sabrá algo.

En el parque me reúno con mi grupo, todos intranquilos o molestos, a mi derecha esta Diamante Blanco y a mi izquierda Esmeralda, una mujer de ojos celestes, de 1: 89 centímetros, cubierta por una armadura verde. Quienes quedan al rededor puede vernos, mas no tocarnos o escucharnos.

–Sin una orden real, Rosa Negra solo hará favores, por ser considerado. Diamante Blanco y Esmeralda, deberían patrullar cerca de la mansión de los Pétalos; es de los lugares favoritos de Rosa Negra para entrenar a sus guardianes de acuerdo a Anochecer – serio aunque tranquilo les hablo, debo mantener el orden.

–Bien, nadie puede saber quién es, pero esa gente sin duda tratara de molestarlo; después de todo lo despertaron para demostrar que ellos tienen el poder para usarlo, y en su lógica rara, la razón –Esmeralda molesta nos comenta. Mantiene su mano derecha, dominante, empuñada.

–Sin duda, entonces el resto seguirá con su rutina diaria. Ya estoy harta de estos problemáticos. Nos roban tiempo para asuntos más importantes –Diamante Blanco fastidiada comenta.

–Por esa razón, solo los 20 aquí presentes nos ocuparemos de ellos; no podemos ser todos, y esto se parece bastante a lo que en la antigüedad estas joyas solían hacer –serio les recuerdo. Tampoco me agrada jugar a perseguirlos.

–Lo sabemos. Ese no es el problema, es su insensata terquedad. Aunque Rosa Negra puede quitar cualquier cantidad amuletos y joyas en días, así que tenemos poco de que quejarnos –Esmeralda muy firme menciona.

–Bueno andando. Puede que en esta frecuencia nadie nos toque ni nos escuche, pero no quiero otra reunión improvisada frente a todo el mundo. No podemos permitir especulaciones –serio les dejo claro. Ante todo nuestra tarea es mantener el orden.

–Por supuesto Maestro Ancestral. Ahora solo debemos esperar que Rosa Negra elija a un portador –Esmeralda calmándose comenta. Pocos son los que tienen el poder de Rosa Negra y en esta ocasión no es menos vital que en otras.

–Esperemos que Luz de Noche tenga algún candidato para acelerar eso – Blanco la esencia de Diamante, serio nos habla. Parece la misma armadura blanca en versión masculina, con los ojos plateados, con 2: 10 de altura. Y si su voz es la de un hombre maduro.

Todos le damos la razón a Esmeralda y nos vamos. Las personas que observaban empiezan a especular de qué hablábamos. Espero que eso no pasee a mayores y que prefieran opinar sobre lo hecho por el amo Oscuro.