Me quedo sin aliento nada más llegar a donde se encuentra. Correr después de tanto tiempo sin duda pasa factura. Esos 200 metros se han sentido como si fueran 20 kilómetros. ¿En qué momento decidí abandonar atletismo?
En esta ocasión el chico nota rápidamente mi presencia. Parece extrañado. Tal vez no esperaba verme otra vez; o tal vez no esperaba verme así en un próximo encuentro. No sé qué cara debo de estar poniendo, pero intuyo que no debe ser muy buena. Me alegra ver que al menos no parece irritado.
—He- —empiezo a decir, pero entonces recuerdo que la última vez no pareció leerme bien los labios.
'He encontrado tu cartera.' Escribo, y alargo mi brazo para dársela.
Sorprendido, coge de vuelta la cartera y comprueba su contenido.
Continúo: 'La encontré ayer cerca del faro.
Justo iba a entregarla a objetos perdidos cuando te he visto.'
Cuando los minutos pasan y veo que el silencio se alarga, empiezo a inquietarme. ¿Por qué no contesta?, ¿será que está molesto de que viera el contenido de la cartera?, tal vez hubiera sido mejor llevarlo a objetos perdidos directamente...
—Gracias.
La repentina voz me saca de mis pensamientos. Cuando dirijo mi mirada hacia su rostro, pienso que me lo he imaginado. ¿Cómo es posible que haya dicho algo?, pero es entonces cuando abre la boca y le oigo decir:
—Gracias por encontrar mi cartera.
Su voz me descoloca completamente. A pesar de la entonación imprecisa y pausada, que refleja la dificultad de hablar en voz alta, he podido entenderle perfectamente. No me esperaba que fuese capaz de hablar. Bueno, más bien, no me esperaba que fuese capaz de hablar así de bien. No me puedo imaginar lo dificil que debe ser hablar sin poder escucharte.
—D-de nada... —digo sin saber muy bien cómo reaccionar.
Y ahí es cuando me percato que está sonriendo.
Ba-pum.
Aun siendo una sonrisa muy ligera, soy capaz de percibirla. Una sonrisa que acompaña a un rostro mucho más relajado, sin sensación de irritación o desinterés. Parece que se siente realmente agradecido.
De repente, saca su móvil y se pone a teclear. Cuando creo que es porque le está contestando a alguien, me enseña la pantalla.
'Se me debió caer al salir de casa de mi abuelo. Salí con tanta prisa que no me di cuenta de que se me había caído.'
¿Casa de su abuelo? Espera. La única casa en lo alto de los acantilados es la del faro.
Cojo la libreta con emoción y apresuradamente escribo:
'¿Tu abuelo es el propietario del faro?' Aunque el texto está bien escrito y transmite tranquilidad, en mi cabeza en realidad suena con un montón de exclamaciones.
Asiente con la cabeza.
'¿Por qué?'
Saco mi móvil e imito su forma de comunicación. Sin duda resulta mucho más cómodo que estar escribiendo en papel.
Subo el tamaño de la letra a 40 píxeles antes de enseñárselo.
'Mi hermano y yo queríamos visitarlo, pero nos enteramos de que era una propiedad privada. Me ha sorprendido saber que era tu abuelo. El faro es muy bonito.'
'¿Te gustan los faros?'
La pregunta me pilla por sorpresa.
Reflexiono un poco antes de escribir mi respuesta.
'Nunca he visto uno por dentro, pero sí, me gustan mucho. Me parece una estructura muy peculiar e imponente. Es como un vigilante del mar. Protege a los habitantes de las aguas más turbulentas.'
Tras escribirlo siento que tal vez me he dejado llevar un poco por mis emociones. ¿A quién le interesaría escuchar –en este caso leer– mis pensamientos filosóficos sobre un faro?
'¿Te gustaría verlo por dentro? Puedo llevaros a ti y a tu hermano a visitarlo algún día'
¿Eh?
¿EH?
Si antes estaba gritando en mi cabeza, ahora estoy saltando. Si Mike estuviera aquí seguro que se le habría escapado algo en voz en alta.
Quiero responderle que sí a su invitación, pero no me atrevo. Le respondo honestamente.
'Oh, no, no te preocupes... No quiero molestar a tu abuelo, es su cada después de todo. Pero muchas gracias, ¡eres muy amable!'
Lo siento, Mike. Sé que te hacía mucha ilusión visitarlo también.
'No es una molestia. Seguro que a mi abuelo le alegra saber que hay gente que le gustan los faros tanto como él.'
No me esperaba para nada esta contestación, y mucho más viniendo de alguien que apenas me conoce y al que le provoqué un accidente.
'¿Estás seguro?, porque si no, de verdad que no pasa nada' insisto.
'Seguro.'
Es la tercera vez que me insiste. Si declino una vez más su propuesta tal vez me arrepienta más tarde. No quiero desperdiciar esta oportunidad. Además de que... es la excusa perfecta para verle de nuevo.
'En ese caso... está bien. Acepto tu oferta. ¡Muchas gracias! ^o^'
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