Nada más llegar, mi hermano le enseña el mensaje:
'¡Hola! me llamo Mike. Soy el hermano menor de Luc, encantado.'
Observo la reacción de Léo al ver la pizarra. Aunque su rostro permanece generalmente serio, esa ligera elevación en sus cejas me hace pensar que no se lo esperaba.
Léo saca su móvil y le responde:
'Encantado, Mike. Yo me llamo Léo.'
Mike le responde con una sonrisa.
Es realmente curioso como las expresiones cobran mucha más importancia en las conversaciones no habladas. Cuando hablas en voz alta, es fácil intuir como se siente la otra persona por el tono de voz, pero cuando estás escribiendo, es mucho más difícil. A menos que compartas el mensaje con algún tipo de emoticono, no hay manera de saberlo. Por eso las expresiones son tan importantes, porque te permiten saber cómo se siente cada persona durante una conversación.
Léo teclea algo y nos lo muestra: 'Le hablé a mi abuelo de vosotros el otro día. Está súper encantado e impaciente por mostraros el faro, hacía mucho tiempo que no recibía visitas.'
Nada más leer 'le hablé a mi abuelo de vosotros' los nervios me invaden. No puedo evitar pensar en el peor escenario posible: que finalmente haya rechazado nuestra visita; pero entonces sigo leyendo y las palabras 'está súper encantado e impaciente por mostraros el faro' retumban en mi cabeza. Siento como si se me quitara un peso de encima.
Podemos visitar el faro.
¡Nos deja visitar el faro!
'Muchas gracias, Léo. A ti y a tu abuelo. No sabes la ilusión que nos hace tener una oportunidad como esta. Aún estoy que no me lo creo. Muchas gracias, en serio.'
'Muchas gracias' muestra también Mike en su pizarra.
Léo se nos queda mirando sin decir nada. Antes de que pueda preguntarle si le pasa algo, coge su móvil y teclea un nuevo mensaje:
'Me alegra haber podido ayudaros.'
Al verle sonreír de nuevo, me tranquilizo un poco, pero siento que le pasa algo. La sonrisa no parece forzada, pero su rostro está algo crispado y sus ojos más brillantes de lo normal. Es como si... estuviera aguantándose las lágrimas.
Quiero decirle algo, pero no sé el qué. Siento que aún no somos lo suficientemente cercanos cómo para preguntarle qué se le está pasando por la cabeza. Y si lo hiciera, muy probablemente no me lo diría.
Sin nada más que decir, Léo apunta al frente con el dedo; gesto claro de que podemos emprender el camino.
Recorremos el tramo final del Paseo Marítimo y nos adentramos en la Ruta Marítima. Pasamos de un suelo asfaltado a un camino de tierra mezclado con pequeñas rocas y hierba.
~⭐⭐⭐~
A lo largo del camino, soy incapaz de iniciar una conversación con Léo. Sé que mantener una conversación escrita cuando se está andando es difícil, pero me gustaría decir algo.
Disminuyo el ritmo y saco el móvil para escribir un mensaje.
Pensando aún sobre qué escribir exactamente, oigo a Mike llamarme, y Léo acercándose hasta donde estoy.
'¿Ocurre algo?' pregunta.
Niego con la cabeza.
'Aún no me acostumbro a estos caminos, cansan lo suyo', respondo. No es la verdadera razón por la que me he parado, pero es cierto que estoy empezando a sentir cansancio.
'¿Quieres que descansemos cinco minutos?'
Miro el mensaje por un momento antes de asentir con la cabeza. Realmente podría continuar sin ningún problema, pero esta es una oportunidad perfecta para poder hablar con Léo antes de llegar hasta arriba.
—Estaba tan pendiente del paisaje que ni me di cuenta de que te habías quedado atrás, ¿estás bien? —continúa mi hermano tras alcanzarnos.
—Mm, no es nada, solo es un poco de cansancio. Léo ha dicho que podemos descansar cinco minutos.
—Ah, okay, me parece bien. Oye, ya que estoy, voy a aprovechar para hacer algunas fotos —dice mientras saca el móvil emocionado.
—Vale, pero no te acerques mucho al borde, es peligroso.
—Síii, no te preocupes. Voy a este pequeño mirador de al lado, ¿vale? —dice mientras señala un sitio con dos bancos y unos binoculares.
Suspiro. Aunque sea un mirador me sigue preocupando.
Desvió la mirada hacia Léo. Está apoyado en una roca a 5 metros de mí, con los brazos cruzados y la mirada dirigida hacia la costa. Su rostro serio me recuerda a las dos primeras veces que nos encontramos.
Me acerco hasta donde se encuentra e imito su postura. Estar uno al lado del otro limita un poco la comunicación con el rostro, pero se siente más casual.
Alargo mi brazo para enseñarle lo que acabo de escribir:
'¿Sabes? este año ha sido la primera vez que he visto el mar.'
Gira la cabeza ligeramente hacia mi dirección. Parece extrañarle mi repentina confesión. Continúo:
'Antes vivía en un pueblo del interior. Como teníamos el mar tan lejos, nunca tuvimos la oportunidad de ir a verlo; pero ahora que nos hemos mudado aquí, puedo ver el mar todos los días. Estoy muy feliz.'
Se toma su tiempo para responder.
'¿Eso quiere decir que este es el primer faro que ves?'
Asiento.
'Tengo curiosidad. ¿Cómo surgió entonces tu interés por los faros?'
Me rasco la cabeza. No pensé que alguien me preguntaría eso algún día.
'Puede parecer una tontería, pero... me empecé a interesar por ellos a los 9 años, después de ver un episodio de Los Cinco.'
'¿De la versión del 95?'
'Sí, eso es, ¡esa misma!, ¿cómo lo sabías?, ¿la conoces?'
Veo como se le curvan los labios y emite una ligera risa.
'La he visto también. Es una buena serie.'
'¿Verdad que sí?' escribo con emoción. Si me viera en el espejo seguramente me vería sonriendo de oreja a oreja. 'Las aventuras que vivían... eran muy emocionantes. Aunque es cierto que a veces daban un poco de miedo.'
Se gira para apoyarse de lado en la roca.
'Estoy de acuerdo.'
Cuando levanto de nuevo la vista, me encuentro con el rostro de Léo mucho más cerca y sonriéndome.
Ba-pum.
Nuestros ojos se encuentran y por un momento siento que no puedo apartar la mirada de él. Le devuelvo la sonrisa inconscientemente. Si fuera en otras circunstancias, seguramente hubiera apartado la mirada al instante de darme cuenta de que me estaba mirando; pero en esta ocasión, soy incapaz de hacerlo.
Nos quedamos así por un momento más hasta que una voz me devuelve a la realidad.
—La vista de aquí es realmente increíble.
Corto la conexión visual para mirar a Mike.
—Mike. ¿Ya estás? —digo a la vez que intentando recordar la razón por la que se haya ido por un momento, — ¿has podido hacer alguna foto?
—Mm. He hecho bastantes —dice emocionado. —Perfecto para mi nuevo álbum de fotos.
Me aclaro la garganta.
—En ese caso... —murmuro mientras miro de reojo a Léo. Sigue en la misma posición que antes: apoyado de perfil con el hombro en la pared y mirándome.
'Mi hermano ha terminado de hacer fotos, y yo ya me siento bastante mejor. Podemos continuar si quieres' Nada más leer el mensaje, Léo levanta la mano y hace un gesto de 'ok' con el pulgar mientras nos sonríe. Veo como se levanta de la roca y se dirige hacia el camino.
—¿Vamos? —me dice Mike al ver que no me muevo del sitio.
—¿Ah?, sí, claro.
¿Qué me está pasando?, siento que el corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento.
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