¿Líder cuáles son sus órdenes?- preguntó un guardia firmemente quien se encontraba de pie vestido con un uniforme gris y botas negras, dirigiéndose al líder de Gran Euronotos.
En una gran sala dentro de un gran palacio, el cual también era su hogar, se encontraba el Líder, Duncan Barior sentado en su trono en la habitación de discusiones donde se reunía con los cuatro Oficiales Negros. Estos eran los siguientes en la cadena de poder, por lo que tenían a su disposición el mando de Oficiales Blancos y vigilaban que todos los asuntos del palacio y de la nación funcionaran como debían.
-Líder Duncan, si me permite, creo que la ejecución debería de ser pública- Dijo uno de los oficiales de la corte, un hombre de tes bronceada y cabello negro igual que sus ojos oscuros. El traje es negro con dos estrellas doradas en el hombro izquierdo además de un brazalete dorado con el símbolo de una serpiente enrollado en él.
-Mmmm. ¿Una ejecución pública? ¡Oh! Nekane, tú y tu violencia nunca paran de sorprenderme. Líder Duncan, entiendo que el castigo deberá ser severo pero ejecutarlo causaría grandes pérdidas para nosotros también- dijo Ronald quien vestía un uniforme negro igual al de Nekane. Su cabello seguía estando un poco por debajo de los hombros cuando estaba suelto, aunque eso casi nadie lo veía ya que siempre llevaba el cabello amarrado en una cola baja en la parte de atrás de la cabeza. Su tez era blanca y sus ojos eran grisáceos con una mirada inquebrantable. Intentar ver sus verdaderas intenciones era una pérdida de tiempo.
-¿Pérdidas para nuestra nación o para ti, Ronald?- dijo Bella (Bela), otra oficial de la corte. Una mujer alta de piel morena y ojos cafés. El cabello negro pero con puntas azules recogido en una cola baja y un arete de pluma azul en una oreja.
-¿Para mi? Interesante, ¿por qué sería una pérdida para mi, Bella?- dijo Ronald intentando hacer que la oficial Bella dijera lo que pensaba sin rodeos, pero ésta solo le lanzó una mirada amenazadora.
-No te hagas el inocente. Todo este tiempo el Cazador ha estado a tu lado. No me parece casualidad Ronald- dijo Nekane comenzando a ponerse algo altanero
-¿Cómo habría yo de saber que uno de mis confiados Oficiales Blancos era el Cazador? Si llegó a ser uno de mis oficiales más fuertes es precisamente porque tiene un gran potencial y se ha demostrado en todo lo que ha hecho. Incluso engañarme.- Dijo Ronald como si estuviera dando una gran presentación, se hacía el confundido y desde luego la víctima, sin dejar de alardear de su buena capacidad para producir soldados fuertes y ágiles. Al terminar colocó una mano sobre su corazón y se inclinó ante el líder - Líder Duncan, usted a visto el potencial de todos los oficiales bajo mi control. Sé que esto es una traición que no debe pasarse por alto pero si el Cazador es ejecutado acabará también con uno de los mejores oficiales blancos
-¡Tu so…- Nekane intentó empezar a pelear cuando el Oficial Negro que se encontraba cerca del trono hizo sonar su vara contra el suelo, causando un sonido fuerte y grave que rebotó por toda la habitación. Seguidamente, el Líder Duncan volteó a ver a su cuarto Oficial Negro -Than, habla.
-Si, líder- No era ningún secreto que Than era sin duda el oficial más confiable para el Líder Duncan. No sólo porque nunca había dejado el puesto desde que lo consiguió sino también porque es el que conoce al Líder desde que era un niño. Era un tipo alto, calvo y de ojos verde claro, tan claros que a veces se asemejaban al color de los limones. -Ronald tiene razón,- dijo Than con su voz grave y clara, hablando despacio pero fuerte- si realizáramos una ejecución perderíamos un excelente soldado…Sin embargo, como sabrán “la fuerza física es reemplazable”. Mantener a un soldado traidor que representa una amenaza para el Líder y nuestra nación traerá peores consecuencias que eliminar a uno por más habilidoso que éste sea.
-Pero…-Ronald intentó interrumpir pero en ese momento Than levantó su mano derecha indicándole que se detenga.
-Sabemos que su habilidad para manejar el mana negro es sin duda excepcional.-dijo Than terminando su sugerencia.
-Ronald, te noto un tanto disgustado con esta conversación. Raro de ti- Intervino finalmente el Líder Duncan. Era un hombre joven de 30 años, cabello negro y corto. Vestía un traje completamente negro y con un broche de estrella dorada en el cuello de la camisa. Sus ojos color miel resaltaban con el broche dorado y su corona mientras que contrastaba con la capa negra que llevaba puesta en su lado derecho, dándole un toque de grandeza, dejando ver su tatuaje de serpiente en el lado izquierdo.
-Para nada, Líder Duncan- Dijo Ronald desviando la mirada -es solo que es una pena deshacerse de tan excepcional mana. Pero desde luego sus palabras son sin duda nuestras órdenes.
-Es bueno saberlo, Ronald. Se realizará la ejecución pública. Sin embargo, le daremos el honor de donar su mana a nuestra tecnología. Una vez halla recibido el disparo por una de nuestras balas especiales, nos encargaremos de absorber todo el mana oscuro que quede en él. Será el momento perfecto para probar qué tanto podemos obtener de él después de fallecido. Than, ¿el dispositivo está listo?
-Estará listo en una semana.
-Que esté listo en 5 días.
-Líder Duncan pero…¿y si se sale de control como hace 9 años?-
Este dispositivo guardaba el mana de una persona y lo transfiere a distintos almacenes en los laboratorios del clan.
-Eso no ocurrirá. Primero porque él dispositivo sólo se activará una vez que la bala penetre su cuerpo y segundo, si en dado caso lograra activarlo antes, mientras más energía de al dispositivo, más rápido éste la guardará y llevará a donde debe.- Explicó Than.
-Además, todos estaremos viendo. A la más mínima señal de que se salga de control, lo mataremos en el acto, aunque implique perder ese mana- Dijo El Líder Duncan como últimas palabras.
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Ese mismo día se empezó a regar la voz y se avisó a través de cada transmisión en Gran Euronotos “Ejecución pública del Cazador en 5 días por traición”.
-¿El Cazador?- dijo algún poblador de la región.
-Yo sabía que lo atraparían- dijo una señora mientras pintaba unas letras para un cartel.
-Pero pensar que era uno de los Oficiales Blancos- repitió el poblador.
-¡Y yo que creí que era un buen hombre!- dijo la señora
-¡Ja! Si es uno de los Oficiales Blancos seguro algo se traía entre manos ayudando a la personas necesitadas- Dijo un señor cargando baldes de pintura saliendo del establecimiento.
-Pero él liberó gente de las prisiones que habían sido encarceladas injustamente, ha detenido ejecuciones, ha rescatado niños y todo tipo de personas de clanes ocultos, de fraudes… Siendo un Oficial Blanco no veo ningún beneficio en hacer esas cosas… Esto es injusto, solo estaba ayudando a la población.
-¡Qué ayudar ni qué ayudar! ¡Los Oficiales Blancos están para vigilarnos, causar peleas y hacernos la vida imposible!- dijo el hombre que acababa de salir con las pinturas.
-Por favor no hablen así. Probablemente hacen lo mejor para nuestra protección, solo reciben ordenes de arriba, ¿ellos son los verdaderos culpables no?- dijo el poblador.
-Si, pero, ¡ellos no se ejecutarán a ellos mismos!- dijo la mujer.
-Si, claro, dile eso a alguien a quien le hayan quemado su clan a ver si piensan igual- dijo el de los baldes de pintura.
-Esos clanes fueron quemados por informales o tomar acción contra el clan gobernante, el Clan de los Defensores- dijo el poblador.
-Es rídiculo, ¿defensores de quién?..- dijo la señora.
-Si, ¿defensores de quién?- Interrumpió un guardia vestido de gris que pasaba por la zona.
-¿Puede especificar de qué está hablando?. Espero que no esté hablando directamente del Clan gobernante. Si es así, espero que sean solo cosas buenas o…¿tiene alguna queja?
-Eh.. No, so..solo hablábamos del Oficial Blanco que van a ejecutar, parece que él defendía a muchos pobladores, en especial los más necesitados- dijo el pueblerino con una voz tímida.
-Así es, el Clan de los Defensores hace todo por el pueblo, ¿verdad? Digamos si él lo hizo tam…- decía la señora
-¿Por qué está siendo ejecutado?- preguntó el guardia- Estaba a ayudando a gente que no merecía ayuda. Gente que el Líder Duncan y los Oficiales Negros de la Corte habían decidido que no eran necesarios en esta ciudad y que incluso tramaban cosas en contra del control actual.
-Si, señor.
-Si entendieron terminen su trabajo con dedicación, veo que le hacen remodelaciones a su clan de costureros. Sería una lástima que tuvieran que pagar más impuestos por imposición de mayor vigilancia en la zona. Si quieren eso, les recomiendo asistir a la ejecución pública como símbolo de lealtad.
Todos asintieron con la cabeza y el oficial siguió su camino.
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En otra zona alejada de la capital, en los cañones cercanos a las fronteras, dos pequeños hermanos, una chica mayor y su hermano menor compartían un pedazo de pan de elote y una manzana.
-¿En verdad van a matar al cazador?- preguntó el hermano menor.
La hermana dudó a la hora de responder. -Lo más probable es que lo fueran a matar- pensaba, pero quería creer hasta el final que el Cazador, quien los había ayudado a escapar de un horrible orfanato en llamas y conseguir un trabajo, encontraría la manera de vivir. -Es el Cazador de quien hablamos. Estoy segura que estará bien. - Su hermano aún la veía con ojos tristones
-¿Quieres que después del trabajo vayamos con los demás y mandarle nuestros mejores deseos?
-¿No hay nada más que podamos hacer?
-No se me ocurre nada pero, quiero pensar que alguien lo ayudará, así como él nos ha ayudado. ¿No crees?
-Si. Cuando sea grande quiero ser lo suficientemente fuerte para ayudarlo
-Si, yo también
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