Gran Euronotos, fue fundado después de la unificación de la nación de Notus y Apeliotes hace casi 300 años después del conflicto Estrella Roja, convirtiéndose en la región más grande de las tres que ahora existían. Sin embargo, su población no era la más alta. Tenía casas y clanes, edificios bajos y altos. No tendrían una tecnología tan avanzada como los de Bóreas hoy en día pero su ciudad podría decirse que dependía de suficientes avances tecnológicos. Tenía calles por donde transitaban los carros, botes y barcos en las costas sobre piedras preparados para cuando tuvieran que zarpar el mar ardiente. Más hacia el este, tenían extensos cañones y grandes molinos de viento que ayudaban a producir energía y donde vivía la parte más pobre de la población. Había rumores y leyendas de que antiguamente los pobladores de Apeliotes vivían entre las hazas de los molinos más altos, llegando sobre la copa de los árboles, y estando más cerca de las nubes que cualquier otra región. Esto era un rumor, no había documentos históricos verídicos sobre esa población de hace 300 años. Hoy en día los molinos podían ser altos pero nadie vivía sobre ellos. Se había perdido el conocimiento de cómo utilizar los fuertes vientos de la región a su favor y sólo los usaban para obtener energía para la ciudad y mantenerla fresca. Incluso hasta la zona más al sur que se calentaba cada día un poco más.
Los pobladores más pobres vivían hacia el este con sus casas entre los cañones ya que tenían prohibido vivir en las partes más altas y más bajas. Las más bajas no eran fuertemente vigiladas por la nación y se habían convertido en tierras aparentemente infértiles así que se usaban para quemar la basura y tirar los desperdicios de la ciudad. En la parte alta del cañón era la zona de vigilancia extrema y protección de la barrera. En el centro, entre los mares del sur y los valles del este estaba ubicada la gran ciudad y la parte más privilegiada. Eran los encargados de defender la nación.
Como otras regiones, estaba conformada por varios clanes, en este caso, se agrupaban de acuerdo a las labores de los habitantes. Cada región tenía un líder y los tres siempre se reunían una vez al año para intercambiar información respecto a los territorios bajo su protección. Todos los líderes de cada nación eran elegidos por la población. El líder de cada región, es la cabeza del clan más reconocido dentro de la zona. Las personas pueden vivir por su cuenta o si son parte de un clan, pueden elegir vivir en él. Todos los que forman parte del clan tienen un trabajo como parte de él y su desempeño siempre era reportado al grupo. En base a eso tiene ganancias y puede ser reconocido por todos los ciudadanos, incluyendo otros clanes. En Gran Euronotos, el clan de los Defensores, estaba a cargo de la región desde el conflicto Estrella Roja. Desde siempre han sido los encargados de la creación de armas y equipos de defensa de la ciudad. Con el tiempo mejoraron sus armas hasta llegar a su especialidad, las cargadas con mana negro. No son armas que cualquiera pueda utilizar, toman la energía oscura de las personas para activarse y pueden ser utilizadas, convirtiendo la energía oscura en otros tipos de energía. Con esa misma tecnología estaba creada la barrera que rodeaba la ciudad actualmente. Antes de incorporar la barrera, solo había un muro que utilizaba parcialmente esta tecnología, pero se había visto afectado hace 9 años después del accidente de la Fábrica Submarina de Armas, sólo conocido por los miembros del clan de los Defensores. Este muro estaba cargado de mana negro, evitando que las personas salieran y entraran. Sólo se permitía el paso con permisos y vigilado por guardias en ciertos puntos. La barrera protectora que se había logrado incorporar unos años después, vino a maximizar esas restricciones. En aquel entonces, después de la explosión y el caos, muchos presos y habitantes involucrados, incluyendo guardias, habían aprovechado para escapar la nación. El hecho de que unos presos pudieran haber escapado y esparcir rumores de lo que había ocurrido era algo que ni el Líder Duncan pudo evitar. Por esto tuvo que defender su posición a través de mentiras para poder justificar los rumores ante la ciudad y los dos líderes de las otras regiones. Debido a estos problemas, logró reforzar la seguridad de su nación con una barrera de energía oscura con la excusa de la amenaza de que extranjeros llegaran a invadir sus tierras a hacer actividades ilícitas como robar su tecnología. Con esto, logró ganarse el miedo de sus habitantes y el permiso de los líderes para construir la barrera y así poder continuar con sus experimentos para maximizar la energía del mana negro. Todos menos el del líder de Zephyr estuvieron de acuerdo. Debido a que eran sólo 3 en total, ahora las votaciones se hacían entre 6 personas: los tres líderes y una persona de confianza de cada uno, ya fuera su protector, asistente o segundo al mando. Todos los votos eran secretos y en ese entonces sólo la actual gobernante de Zephyr se negó al proyecto de la barrera.
Todo esto era información que los pobladores de Gran Euronotos sabían, excepto, desde luego, los detalles sobre la fábrica submarina ilegal de armas y sus experimentos. Lo que se les dijo fue que era un nuevo modelo de fábrica de armas construido en el mar para no calentar más la superficie terrestre del lado sur y por supuesto, para dejar más espacio en la ciudad para los habitantes y sus actividades. No era un secreto que la región carecía gravemente de áreas verdes y agua aprovechable, lo que traía problemas de todo tipo incluyendo la alimentación de las personas y su salud. Esa fue la excusa utilizada, la explosión había sido causada por pobladores de Bóreas que habían venido a robar tecnología para usar la energía oscura que sólo Gran Euronotos podía utilizar. Así que algunos habitantes creyeron la excusa y algunos simplemente tuvieron que aceptarla, ya que nadie tenía pruebas para protestar aunque pensaran que algo andaba mal con la nación y estuvieran descontentos.
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Por otro lado, en el palacio, en la parte central del Clan de los Defensores, donde vivía el Lider Duncan y los Oficiales Negros, Ronald salió de su habitación después de haber ayudado con los preparativos de la ejecución toda la mañana. Pasó por el gran patio frontal del palacio y se dirigió hacia uno de los costados del edificio principal. Después de bordear el edificio principal caminó hacia la parte de atrás del edificio y siguió en dirección al mar. Allí en un edificio de alta seguridad, estaba la prisión. La prisión que siempre había existido. La prisión donde encerraban a los criminales de la nación. Caminó por los angostos pasillos hasta llegar adonde se encontraban los prisioneros. Desde luego, al ser una prisión más vieja que la submarina que había destruido hace 9 años, no era tan avanzada ni tecnológica. Las celdas eran como habitaciones sucias y aisladas, con todos los muros cerrados excepto la puerta que era una reja, y una ventanilla entre la pared y el techo, tan delgada que parecía tan solo una rajadura en la pared. Se dirigió a la celda que le había indicado el guardia de la entrada. Ronald levantó la mirada y vio fijamente el número en la celda -¡Ja! Qué chiste de mal gusto- dijo seriamente como en son de queja por el número 64 en la puerta. Abrió la reja y se puso frente al preso. -Lindas esposas… Oslac. ¿Las extrañabas?- Le preguntó Ronald al joven frente a él. El joven levantó la mirada para verlo y se percató que aunque Ronald estaba intentando bromear, su enojo cubría su sarcasmo. Oslac subió la mirada hacia la apertura en la pared por donde se asomaba la luz del día. -Sabes, no sé si debería decir esto pero creo que me gusta un poco más esta celda que la de hace 9 años.- dijo Oslac. Seguido levantó uno de sus brazos y se lo muestra a Ronald.
-¡Ja!, debería de gustarte más tu habitación de la residencia que cualquier otra cosa.
-Preferiría no pensarlo… - ve a Ronald otra vez - Ronald, no volveré a mi habitación, ¿verdad? - Ronald abrió la boca para decirle algo pero Oslac se río suavemente y siguió hablando - Jaja, dilo de una vez, tu no eres el tipo de persona sensible, la preocupación no va contigo.
-Hmm… No corras a concluir cosas que no son, ¿quién se preocuparía por alguien que cae preso dos veces?- Ronald se quedó en silencio, todavía intentando sacudir su repentino acto de sensibilidad, cerró los puños y suspiró y después de haber regresado a su forma habitual dijo lo que tenía que decir sin rastro alguno de dolor - 5 días - le dijo a Oslac. - Morirás en cinco días, al atardecer.
-Ahh - suspiró Oslac decepcionado - Al menos me hubiera gustado que fuera de noche.
-Si, lo sabía. Bueno atardecer es lo mejor que pude conseguir pero si tienes suerte tal vez se vea alguna estrella, o tal vez la luna…-
-Es en serio, pero acabas de decir que-
-Quería que sufrieras un rato más en tu celda pensando en lo estúpido que fuiste al convertirte en el Cazador pero, quien sabe, tal vez tienes razón, debo tener un lado sensible después de todo.
-¿Hasta ahora te das cuenta?- dijo Oslac sonriendo levemente. - Gracias.
-No te emociones mucho, no lo hice por ti. De esta forma cualquier tontera que Isaac quiera inventar para intentar salvarte tendrá más tiempo para realizarla. Lo sé, soy un tío maravilloso- dijo Ronald mientras agarraba su gabardina y la suelta haciendo un gesto egocéntrico.
-Así que Isaac todavía no lo sabe. Ya se me hacía raro que no hubiera venido- dice Oslac. Ronald continúa -Si hay alguien que llegará aquí haciendo una tormenta por la noticia es Isaac.
-¡Oh! ¿A él no lo vas a regañar?
-Desde luego que si. No sería un tío maravilloso si no lo hiciera.
Los dos rieron levemente y se quedaron en silencio. - Bueno, debo seguir con mi trabajo. Gracias a ti tengo más de la cuenta- dijo Ronald quien se dio la vuelta y caminó hacia la reja para irse.
-Disculpa Ronald. Creo que no resulté cómo esperabas- le dice Oslac antes de que Ronald se fuera por la puerta.
-¡Ja! No me subestimes. ¿Quién dice que no resultaste cómo esperaba?. Hmm… 9 años han pasado y todavía eres el mismo mocoso. - Dijo Ronald viéndolo a la cara. Se dió vuelta y antes de cerrar la puerta le dijo- Posdata: Gracias por disculparte pero preferiría un gracias.- Salió y el guardia cerró la puerta.
Después de su conversación, Oslac se acostó sobre el piso para mirar por la apertura en la parte superior de la pared. Levantó la mano derecha para ver la luz entre sus dedos y luego vio la atadura en su muñeca. 9 años habían pasado y estaba en prisión otra vez. Se quedó pensando en lo que le había dicho Ronald. ¿Seguiría siendo en serio el mismo mocoso de hace 9 años? No. Pensaba que Ronald estaba equivocado. ¿O tendría razón?
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