“Ha habido TRES ALUMNES que han copiado en este examen”.
Carlo tragó saliva, Cenizas quiso que la tragara la tierra y Aguilita notó como sus intestinos mecánicos empezaban a escalar su propia tráquea, en búsqueda de un recipiente con mayor esperanza de vida.
Entonces, los trillizos Fuego desaparecieron, haciendo que las alarmas anti-magia de la escuela comenzaran a sonar con un clamor casi insufrible.
Su profesora-araña suspiró.
“Una pena que se hayan descubierto a sí mismos tan rápido, eran buenos alumnos. En fin, al menos serán una buena cena, ¿continuamos la clase?”
Un solo rumor corrió por toda la clase: ¡¿Cuánta gente había copiado?!
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