-¡Vamos, dejen de perder el tiempo! - Gritó un Oficial Blanco que llevaba a un grupo de guardias a través de un bosque, camino a la cima de un volcán inactivo. Habían dejado al Clan de los Defensores desde antes del amanecer. Habían cruzado por la ciudad y llegaron hasta las afueras galopando. Luego dejaron los caballos en un campo al cuidado de oficiales del clan y siguieron a pie trotando en las tierras calientes y desérticas del sur hasta llegar a las montañas. Debían subir hasta la cima, observar todo lo que pudieran de la nación hasta la frontera desde el observador y bajar al siguiente día para regresar antes del atardecer y comunicar lo observado al oficial al mando. Esa fue la explicación que recibieron los guardias antes de que tomaran la decisión de inscribirse en esta prueba. Sin embargo, no era tan fácil como algunos habían pensado. Ya estaban sumergidos en el bosque camino a la cima pero durante todo el camino se mantuvieron en alerta, pendientes de enemigos. Tomando provisiones para el camino ya que sólo se les permitió llenar una pequeña bolsa de provisiones y llevarla con ellos a modo de “equipaje ligero”. La parte más dura definitivamente era la montaña. Después de haber cruzado por tierras calientes podría parecer cómodo llegar al follaje del bosque. Lo cierto es que no había mucho follaje en los árboles por la época del año, pero el sol era suficiente para incomodar la vista. Adicionalmente, el bosque estaba lleno de animales y criaturas salvajes de las cuales debían protegerse. Por último: el horario. Aunque sólo debían respetar el horario de llegada al clan para que pudieran ser evaluados, los que atrasaban el ritmo que llevaba el Oficial Blanco al comando, probablemente no llegarían a tiempo al clan.
-¡Los que se queden atrás asegúrense de llegar al clan! No querrán pasar por la vergüenza de ser rescatados por un equipo especial!- gritó el Oficial Blanco cuya distancia entre él y algunos guardias ya era tal que sus gritos apenas llegaban a ser percibidos. Pero tal como dijo el oficial, si no llegaban a tiempo al clan, después de unas horas algún equipo especial debía ser enviado a buscarlos. Eso más que una vergüenza para los extraviados, implicaba también perder credibilidad frente a los oficiales de mayor rango y que fuera mas difícil ser aceptado en futuras pruebas y misiones que eran esenciales para llegar a ser Oficiales Blancos. Unas horas después, ya muchos no veían rastro de hacia dónde se había dirigido el oficial al mando y eran unos pocos los que le seguían el paso.
-Aaahhg- se quejó Teran, quien había caído apunto de golpear la cabeza al suelo. -No estorbes - dijo jadeando del cansancio, lleno en sudor y acostado totalmente boca abajo sobre el suelo con las palmas apoyadas en la tierra intentando levantarse. Un poco más atrás otro guardia había chocado contra él al tropezar contra una rama por estar observando los al redores. -Después de todo no eres la gran cosa … Si ya estas cansado… - dijo Teran al ver que el otro guardia era Oslac, respirando igual de fuerte.
-No quiero escuchar eso de ti… de qué sirve.. ser tan alto si no puedes ir más rápido que esto- dijo Oslac.
-Al menos no me tropiezo con cualquier cosa.
-Dice el que se cayó unos metros atrás por haberse asustado al ver serpientes.
-¡Ey! Uno no se mete con reptiles. Y no me asusté… por qué rayos te doy explicaciones - dijo Teran recuperando su respiración ya de pie y caminando torpemente, apoyando su brazo en cada árbol que se lo permitía. Caminando al mismo ritmo y con la misma torpeza iba Oslac.
Esta era su primera prueba como guardias. No había pasado ni un mes desde que habían aprobado el examen. Ningún otro nuevo guardia estaba haciendo la prueba ya que se les había comunicado en su primer día que no debían tomarse a la ligera y que entrenaran duro, preferiblemente empezando por aprender de otros guardias. Pero Oslac y Teran no podían sentarse a observar por más de unos pocos días y tomaron la primera prueba que apareció. Durante su período de recluta, se habían retado mutuamente de la misma forma. Oslac fue puesto en el nivel dos después de la prueba de combate, aunque esperaba entrar al nivel más alto. A los Reclutas del nivel 1 se les permitía probar muchas más armas y equipo de combate ya que se les consideraba mas habilidosos. También tenían prioridad en el acceso de los libros, pruebas físicas y salones de práctica. Además, Oslac había caído en el mismo nivel que Teran. Después de haberse enfrentado en la prueba de nivelación, los dos se ignoraron mutuamente el resto del año. Sin embargo los dos se tenían en la mira más que cualquier otro recluta. Si una prueba Oslac la hacía mejor, la próxima vez Teran lo había superado y así sucesivamente. Era evidente para todos los reclutas de nivel 2, por lo que empezaron a hacer apuestas entre ellos de quién sería el mejor en la próxima prueba.
Los dos siguieron torpemente caminando hacia la cima de la montaña. Entre quejas y caídas siguieron adelante. Para este entonces los Guardias, que no habían logrado llegar a la cima, empezaron a regresar. Preferían aceptar puntos negativos que la vergüenza de tener que ser buscados por el Clan después. En cambio, Oslac y Teran tenían pensado terminar a toda costa. El camino de retorno era diferente al de ida, así que no había posibilidad de toparse con Guardias que vinieran bajando de la cima.
La noche había llegado ya hace varias horas y aunque todo estaba oscuro, había una ligera iluminación gracias a la luz que pasaba entre las ramas de los árboles deshojados. Después de unos últimos pasos los árboles se despejaron por completo y gateando a duras penas Oslac empezó a adelantarse lo más rápido que podía hacía la cima, la cual ya se había hecho visible. Desde luego, Teran no se quedaría atrás y empezó a moverse rápidamente pasando a Oslac, quien a su vez aceleró el ritmo para adelantarse. Ambos llegaron a la cima del volcán y antes de que pudieran discutir quién había llegado primero, los dos se detuvieron boquiabiertos ante el paisaje que se abría frente a sus cansados ojos. Por un lado se veía casi toda la nación de Gran Euronotos y por otro se veía el bosque seguido del río que marcaba la frontera con la nación de Zephyr. Por unos momentos solo se dedicaron a admirar el paisaje y mientras observaban, brotó nuevamente en la memoria de Oslac aquella chica pelirroja de ojos verdes de la prisión.
Un día cualquiera en aquel lugar habían estado discutiendo a dónde irían si salían de prisión y Oslac, en aquel entonces 64, había dicho que no le importaba y una Rubí sonriente le tomó la mano y dijo felizmente - ¡Os, vamos a Zephyr! De todas las naciones es la más hermosa de todas.- Después de ese comentario 66 había empezado a reír y mientras tanto pensaba que algún día iría recorrer todas la naciones.
Os volvió a concentrarse en su misión después de escuchar un fuerte golpe contra la tierra. Al ver, era Teran que había caído de espaldas. Estaba cansado, golpeado y un poco lastimado de tantas caídas, pero inmediatamente se levantó de nuevo. Oslac se encontraba muy similar y planeaba descansar un poco pero entendió rápidamente por qué su compañero parecía negarse a descansar. Al mirar a su alrededor se dio cuenta de que no había nadie. Vio a lo lejos y la noche oscura que había caído hace pocos minutos se desvanecería pronto. Los demás Guardias ya habían empezado su camino de regreso poco antes de que ellos llegaran. A pesar de todo, Teran volvió a ver a Oslac quien no parecía tener intenciones de regresar.
-¿De qué sirve tu mana oscuro si no tienes la fuerza para regresar? ¿Vas a esperar al rescate?
-Esperaré a que aclare un poco. -Eso fue lo único que dijo Oslac y Teran se quedó pensado por pocos segundos en sus palabras. Teran sabía que su contrincante no era estúpido ni lento y definitivamente no era alguien que esperaría a ser rescatado. Caminó en dirección a Oslac y se puso a esperar la claridad del paisaje con él. Esperarían a que se iluminara un poco para observar mejor el entorno, tal vez podrían lograr ver algo que los demás Guardias se perdieron. Sin embargo, también significaba que sus posibilidades de no terminar la prueba a tiempo eran mayores.
-No me sirve de nada- dijo Oslac observaba su alrededor.
-¿Qué cosa?
-El mana oscuro te da poder y fuerza pero solo te debilita una vez que esa energía es utilizada. Es desgastante, usarla aquí no me dará fuerzas para volver al Clan.
-Así que si es un mana maldito después de todo.
-¿Maldito?
-Mi madre decía que no debíamos usar el mana oscuro, que sólo nos mataba lentamente. Creía que estaba maldito y que era como una enfermedad para nuestra nación.
-Creo que tu madre tenía razón.
-Que una persona maldita me gane en las prueba es decepcionante.
-¡Ja! Primero es una ventaja injusta y ahora estoy maldito. De cualquier forma es decepcionante ¿no es así?
En ese momento la luz del día empezó a mejorar la visibilidad.
-Será decepcionante si no terminas esta prueba a tiempo - le dijo Teran mientras observaba el horizonte y se preparaba mentalmente para el regreso. Oslac volteó a verlo, quería saber por qué nunca había mencionado nada respecto a él siendo el causante de la explosión hace ya más de un año. Pero prefirió no entrar en ese tema nuevamente. En vez le preguntó - ¿Listo para regresar? -Teran sonrió levemente, asintió con la cabeza y ambos se dedicaron a regresar antes del anochecer.
*****
Ya se habían acabado sus provisiones, habían comido pequeños frutos y bebido el agua que pudieron encontrar en el camino. Estaban cansados pero ninguno de los dos pensaba en eso. Habían entrado a esta prueba a pesar de que les habían dicho que no lo hicieran y querían probar que eran los mejores del lote de nuevos guardias ya que ambos querían ascender lo antes posible. Cada uno quería ser el primero de los dos en llegar al clan y eso los mantenía atentos. A diferencia de lo que habían pensado, regresar juntos resultó ser el mejor incentivo. El regreso al clan tenía obstáculos similares a la ida pero, esta vez, descendiendo de aquel volcán, los dos jóvenes iban preocupados de llegar al clan a tiempo. Cualquier forma de cuidado personal había quedado atrás, ambos iban corriendo a la máxima velocidad que podían en aquellas condiciones, esquivando árboles, saltando entre piedras y aprovechando los deslizamiento del suelo. Cruzaron nuevamente las tierras desérticas y finalmente llegaron a donde habían dejado los caballos el día anterior, aunque no sabían si tenían la fuerza para montarlos todo el camino de regreso.
-Disculpe Oficial, pero ¿sabe si ya volvieron todos los guardias?- preguntó una de las nuevas Guardias en el Clan de los Defensores a uno de oficiales que estaba vigilando la entrada sur en espera de los guardias que venían de hacer la prueba.
-Todavía faltan dos guardias - respondió el oficial mientras revisaba la lista de guardias - El Guardia Oslac y el Guardia Teran no han llegado.
-Ah, ya veo. Gracias.
La guardia estaba en la puerta con una multitud de otros guardias esperando a los que faltaban de volver de la prueba. También el oficial a cargo y algunos de los guardias, quienes habían empezado a llegar desde hacía un par de horas hasta unos minutos atrás. No había mucho margen para atrasarse en estas pruebas. El oficial al mando podía hacer esta prueba mucho más rápido, pero la había hecho a un nivel lo suficientemente avanzado para los mejores guardias. Aquellos que habían logrado seguirle el paso eran los preferidos para pasar a ser Oficiales Blancos. Si guardias principiantes lograban completar esta prueba, también sería bien visto en los ojos del clan.
El sol se puso y la noche se esparció por completo. -Envíen al equipo de rescate y cierren las puertas- ordenó el oficial blanco al mando. El equipo de rescate compuesto de cuatro oficiales blancos y dos médicos salieron en el respectivo vehículo y las puertas empezaron a cerrarse justo cuando entraron a máxima velocidad dos caballos sin jinete por las puertas. Esto causo que muchos guardias saltaran para esquivarlos y otros vinieron a calmarlos. Las puertas se detuvieron y empezaron a abrirse nuevamente. El oficial, viendo que las puertas se abrían -¿Qué hacen?, dije que cerraran las puertas. Cierren…- En ese momento fue interrumpido por la aparición de dos jóvenes que barrieron el suelo en la entrada y terminaron adentro del clan tirados en la tierra. Eran Teran y Oslac que habían logrado llegar.
-¡Llegaron! ¡Los nuevos llegaron!- se escuchaba gritar a algunos guardias.
-Despejen el camino para el equipo médico- se escuchaba decir a otros.
El oficial se acercó a los dos que estaban en el suelo y les preguntó qué habían observado en la cima. Ambos entre respiraciones forzadas, lograron responder lo que pudieron ver con la claridad del paisaje. Los dos coincidieron en que habían señales de fuego extrañas en el lado norte hacia Bóreas, y lo mismo ocurrió hacia Zephyr, en la dirección que observó Oslac.
El oficial se mostró satisfecho son sus respuestas y dijo -Muy bien. Pasaron su primera prueba.- Se retiró y dio paso a que fueran tratados por el equipo médico. Ambos jóvenes terminaron desmayados.
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-¿Escuchaste? Los nuevos guardias parecen ser prometedores - dice una Oficial Blanco en su entrenamiento de tiro con pistolas. -Si siguen así ya nadie recordará lo asombroso que fuiste como guardia Isaac - la oficial dispara su arma y da en el blanco.
-¿Y qué fue lo asombroso que hicieron estos guardias?- preguntó Isaac.
-No ha pasado ni una semana desde que se hicieron guardias y ya aprobaron la prueba de la cima del Volcán. Uno es … ¿cómo era su nombre? El chico del mana oscuro…eem-
-¿Oslac?-
-Si, ¡Exacto! Oslac y Teran. Increíble, ¿no? Fue increíble cuando tu la pasaste hace unos años pero estos chicos aparentemente se quedaron a ver el amanecer en la cima.
Isaac sonrió felizmente y disparó justo en el blanco.
-ooh, entonces, más les vale seguir siendo buenos cuando pasen a ser oficiales.
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