Mi nombre es Venxar Bleather, tengo 12 años, nací el 3 de enero, soy hijo único y soy un semi-animal de tipo cuervo. Hoy comienzo mi primer día de clases en la secundaria.
Mis padres son muy rudos conmigo… demasiado, mejor dicho. Tengo que comportarme como un niño perfecto y ejemplar o de lo contrario me castigan a golpes, pero es muy difícil lograr eso. Mi madre no trabaja, así que está en casa todo el día. Casi siempre se encuentra en el teléfono o en su laptop, platicando con sus amigas. Muchas veces ni siquiera se percata cuando llego a casa. Otros días parece estar enojada y me grita o me ignora si intento pedirle algo. Mi padre trabaja por las mañanas y se queda en casa por las tardes. Él no tiene muy buen temperamento, así que intento molestarlo lo menos posible, de lo contrario me golpea, y sus golpes duelen mucho… No hay una buena relación con el resto de la familia, así que no conozco a ningún otro pariente. Nadie nos ha visitado ni hemos visitado a nadie, sólo sus amigos; a quienes tampoco les agrado mucho… incluso evitan que sus hijos jueguen conmigo.
Alguna vez escuché a mi madre decir que de haber sabido que sería tan molesto y problemático tener hijos, no los habría tenido. Mi padre también dijo que no me soportaba. No sé qué es lo que hice mal… pero tuve que adaptarme a la situación; ya he encontrado mis reglas para no molestarlos en todo el día: debo estar preparado antes de que mis padres siquiera se despierten; no debo decir ni una sola palabra que no sea necesaria; debo llegar a casa puntualmente después de la escuela; debo quedarme en mi cuarto en silencio por el resto del día; si me llaman a comer, bajo a comer; y si no me llaman, tengo que buscar comida a escondidas y regresar a mi cuarto; mi habitación tiene que estar siempre ordenada y limpia; mis tareas deben estar terminadas antes de las 7:00 y debo estar dormido para las 8:00.
Pero incluso siguiendo esas reglas, se llegan a enojan conmigo y me castigan por ser demasiado callado e inexpresivo. Dicen que soy un mal agradecido por comportarme así. Pero ser castigado una vez al mes es mejor que tener un castigo diario… así que está bien. Admito que es muy aburrido seguir esa rutina, pero al menos así no me golpean.
Y aquí estoy: frete a la entrada de mi nueva escuela. Mi padre me trajo, aunque estaba de muy mal humor porque se ha tenido que levantar más temprano de lo usual y yo me desperté después de él. “Recuerda el camino hasta aquí porque vendrás tu solo a partir de mañana. No pienso estarte trayendo todos los días. Más te vale llegar temprano a la casa”, fue lo que dijo mi padre antes de marcharse. Ya me esperaba algo así, por lo malhumorado que estaba.
¡Estoy nervioso! puede que finalmente tenga algunos amigos y pueda moverme libremente sin preocuparme de molestar a alguien… ¡tal vez por fin me pueda reír tranquilamente!
Aunque hay algo extraño aquí… no he visto a nadie más con características animales… solo humanos. Hasta donde yo sé, las escuelas están divididas por razas para poder enfocar una parte de la educación en el desarrollo de las habilidades animales de cada uno sin exponer a los humanos a actividades que no puedan seguir, por eso son un poco más caras que las escuelas normales. También hay escuelas mixtas, pero son muchísimo más caras. No creo que mis padres se hayan tomado la molestia de escoger una escuela así para mí.
El lugar es muy amplio: tiene un montón de salones; laboratorios de química y computación; una cancha deportiva y unos comedores afuera del edificio. Se ve muy agradable. Mi salón está en el primer piso, ¡menos mal!, así podré llegar a tiempo todos los días.
En cuanto abrí la puerta, todas las miradas se fijaron en mí. Era el único semi-animal del salón… o al menos, el único que había llegado hasta ahora. No sé qué se supone que debo hacer... ¿Saludar?... tal vez solo debería encontrar un asiento. No dejaban de mirarme, incluso algunos se alejaban de mi como si fuera a morderlos.
Muchos se cambiaron de lugar en cuanto me senté. No fue hasta que no había de otra que comenzaron a sentarse junto a mí, pero trataban de alejar sus sillas lo más que podían. Finalmente, el maestro llego y estaba a punto de comenzar a hablar…
—¡Maestro! —uno de mis compañeros dijo mientras alzaba la mano—. Un semi-animal se metió al salón. —Me señaló y de inmediato todos voltearon a verme… de nuevo. ¿Será que me equivoqué de salón?
—Ah, sí… El director dijo que este año habría un alumno semi-animal con permisos especiales con los de nuevo ingreso. Debe ser él. Traten de llevarse bien, ¿De acuerdo?
¿Permisos especiales? Eso suena demasiado problemático… ¿De verdad se refiere a mí?, ¿qué quiere decir con “especiales”? No creo que mis padres hayan hecho un drama para inscribirme en esta escuela… ¿O sí?
—¡Pero profesor! —otro compañero se levantó. Él se veía más molesto—. ¡Él podría robarse nuestras cosas, o trate de intimidarnos por ser superior! —cuando dijo eso, los que estaban alrededor de mi intentaron alejarse más.
—En todo caso, solo deben decirme a mí y yo me aseguraré de arreglar el asunto. —dijo el maestro.
Eso me sonó a que veía completamente posible el que yo hiciera algo así… ¡muy apenas si me atrevo a hablar!, mi primera impresión fue arruinada y ni siquiera hice nada. Está bien, con el tiempo verán que no soy una mala persona; o eso espero. Por ahora no dejaré que esto me desanime. Es el primer día, ¿Qué podría pasar?
Lo primero en lo que tengo que enfocarme es en conseguir la lista de todos los materiales que voy a necesitar. No quiero ni imaginarme que me sucedería si mi madre me pregunta algo respecto a eso y no sé qué responder.
Finalmente ha llegado la hora del almuerzo, ¡menos mal, me moría de hambre! Como desperté después de mi padre no pude desayunar, ¡me habría matado si hubiera comido enfrente de él! No parece que alguien quiera hablarme por ahora. Todos siguen murmurando cosas sobre mí. Quisiera que al menos alguien intentara acercarse. ¡De verdad que no muerdo!
—¡Oye! —el chico que me acusó de ladrón me gritó y se acercó a mí. Creo que se llama Efrén, es un chico de estatura promedio, cabello corto y cuerpo delgado. Apenas llegó a mi lugar y azoto sus manos contra mi mesa—. ¡Regresa a tu cueva, fenómeno!, ¡No queremos semi-animales aquí!
—¿Cueva? S-soy un cuervo… no un murciélago… —dije para intentar defenderme. A pesar de que, toda la vida, me han gritado, jamás se me ha permitido responder; simplemente me tragaba las palabras y regresaba a mi cuarto cuando terminaban; si me iba antes me golpeaban; si me quedaba después, también. Pero no son mis padres quienes me están gritando esta vez, ¿Qué debería hacer?, ¿intento callarlo?, ¿lo ignoro?, ¿me disculpo?... ¿Por qué debería disculparme? —No… no deberías gritar a las personas que acabas de conocer, es de mala educación.
Apenas dije eso y Efrén tomó mi lonchera (que acababa de sacar de mi mochila), la arrojó al suelo y la pisoteó. No es la primera vez que me hacen algo así, mi padre hace lo mismo cuando bajo tarde a cenar: tira la comida de mi plato al suelo y me hace comerla ahí. Entonces, mi primera reacción cuando Efrén tiro mi almuerzo fue hincarme e intentar separar los trozos de la lonchera rota fuera de la comida. Ni siquiera estaba enojado o triste. En ese momento, el resto del salón empezó a reír.
—Así que te gusta comer cosas del suelo, ¿eh? —Cuando dijo eso, pateó mi mano dónde tenía un poco de mi comida ya separada de los trozos de plástico de la lonchera—. Más vale que no te vea aquí mañana, rata. —Y se fue.
¿Es que este niño es estúpido?, ¡soy un cuervo!, ¿que no ve las plumas de mi cara?, de no ser porque la camisa no tiene agujeros en la espalda también vería mis alas. Lo siento, pero mi padre me mataría si se enterara que no vengo a clases. Aún más, siendo que, al parecer, soy un alumno “especial”. Y honestamente, me da más miedo mi padre que Efrén.
Aunque volví a recoger mi comida, apenas si logré tomar 2 bocados. Y bueno, ahí van mis primeros 2 castigos volviendo a casa: por la lonchera rota y por llegar con el estómago vacío. Me salvaré el pellejo si logro hacer que no se enteren, al menos por hoy.
El receso ya terminó, el profesor ya llegó también, por lo visto es alguien puntual. Al parecer, nadie va a hablar de la agresión que recibí hace rato, tal vez tampoco debería hacerlo…
Finalmente, las clases terminaron. No me dejaron participar en casi nada, y no es que no haya intentado hacerlo, no me cedieron la palabra incluso cuando era el único con la mano alzada. Pero está bien; entre menos llame la atención, mejor.
No sé cómo considerar este día, si fue bueno o si fue malo; el trato que recibí fue muy parecido al que me dan en casa: me ignoraron y me gritaron; solo faltaron los golpes. Apenas sonó la campana y salí corriendo del salón; no porque quiera huir, sino porque necesito saber cuánto tiempo me tomará volver a casa, no puedo retrasarme ni un segundo, es mejor llegar temprano que llegar tarde; si llego temprano, al menos podré esperar un par de minutos hasta que dé la hora correcta; si llego tarde, estoy muerto.
¡Bien!, 15 minutos, más o menos lo mismo que le tomó a mi padre llevarme a la escuela en la mañana, creo que ese tiempo es aceptable.
—La comida está servida. Limpia tus zapatos antes de entrar a la casa, lava tu plato después de comer y dirígete inmediatamente a tu habitación a hacer la tarea. Quiero la lista de útiles en la mesa antes de que te vayas a dormir. —Dijo mi madre desde el comedor apenas escuchó que entré a la casa. No parece enojada, significa que cumplí sus expectativas de tiempo para volver. Tampoco mencionó nada sobre la lonchera, probablemente ni siquiera se enteró de que tomé una. Y así se me fue dicho: limpié mis zapatos, comí, lavé mi plato y me fui a mi cuarto. Lo primero que hice fue escribir todos los útiles en una misma hoja, inmediatamente fui a dejar la lista en el comedor y regresé a mi habitación.
No hubo mucha tarea, así que tengo algo de tiempo libre… aunque… la verdad, no me gusta el tiempo libre, puesto que no puedo hacer ruido, lo único que me queda es pensar, y cuando pienso, solo le doy vueltas a lo que vivo todos los días. Siempre intento ser positivo con la vida que tengo… como si fuera a mejorar en el futuro, pero nunca he entendido por qué me tratan así en primer lugar.
Lo que daría por tener una vida mejor... recibir algo más de afecto, que mis padres me defiendan de vez en cuando, que la gente quiera acercarse a mí para conocerme… ¿Por qué las cosas son así?, de verdad, ¿Qué fue lo que hice para que todos me odiaran?, ¿qué tengo que hacer para que todo mejore?, incluso apenas es el primer día de clases y ya tengo enemigos en la escuela.
¿Por qué las cosas son así?... ¿por qué?...
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