Aunque de alguna forma logré dormir, no siento que haya descansado nada. Mi cuerpo se siente pesado; mi espalda arde; me tiemblan los tobillos y mi uniforme está roto... Si lo pienso, no comí nada más que el almuerzo de ayer. Aún me siento algo perdido.
Tuve un sueño: soñé que iba a clases y era el único en el salón; que volvía a casa y mis padres no estaban. Creo que nunca me había sentido tan tranquilo como lo estaba en ese sueño, ojalá las cosas fueran así.
Bueno, no tengo tiempo para soñar despierto, debo arreglarme para salir, ya casi es hora de que mi padre despierte, y no quisiera ganarme otro castigo desde tan temprano.
Con el cuerpo adolorido, el camino hacia la escuela se me hizo eterno… parece que hoy tampoco será un día tranquilo. Desde aquí puedo ver a Efrén y su grupo en la entrada de la escuela; de seguro me está esperando. Sólo fingiré que no lo he visto.
—¡Ey, tú! —Me tomó de la parte de atrás del cuello de la camisa en cuanto pasé por un lado de él—. Parece que no te quedó claro el mensaje de ayer. —Ya ni siquiera quería responderle, sólo mantenía los ojos viendo hacia el suelo —. ¿Qué? ¿tu inútil cerebro de gusano no entiende lo que digo? ¿te volviste retrasado? No, espera, eso siempre lo has sido, ya que no eres capaz de entender que no te queremos aquí. —Sólo puedo encoger los hombros, siento que en cualquier momento me va a soltar un puñetazo—. Si no quieres que te molamos a golpes igual o peor que ayer, más vale que te vayas.
Finalmente se fueron, y mira, ¡no me golpearon!, ¿Misión cumplida? Por ahora estoy a salvo, pero sin duda van a perseguirme por el resto del día en cuanto vean que entre al salón. Si puedo ser lo suficientemente listo, me zafaré de ellos antes de que puedan hacer algo… claro, si mi adolorido cuerpo me lo permite.
Antes de entrar al salón, eché un vistazo de reojo desde el borde de la puerta, intentando esconderme de quien sea que pudiera hacerme daño. Por lo visto, Efrén y su grupo no están; probablemente fueron al baño o algo así. ¡Es mi oportunidad para entrar! Pasé rápidamente por las sillas hasta llegar a mi lugar y ahora sólo debo mantener la cabeza baja.
Me cuesta trabajo entender las clases; el prestar atención mientras tengo cuidado de no hacer ningún ruido que moleste a los demás me dificulta la concentración. Sólo espero que esto no me cause problemas con mis calificaciones.
Estoy seguro de que el grupo de Efrén ya me vio, pero mientras el profesor esté dentro del salón dando clase no harán ningún movimiento para agredirme… el problema es el receso, ¿Cómo voy a salir antes de que me atrapen?, y también, ¿cómo voy a volver? Bueno.... para volver podría esperar un poco a que empiece la siguiente clase, como si llegara tarde; eso podría salvarme; y para salir, podría hacerlo por la ventana. Ninguna de ellas tiene rejillas, y sólo debo cruzar un jardín para llegar a mi escondite detrás de las escaleras. Creo que eso podría funcionar.
Desde hace rato que Efrén y Demian no dejan de voltear a verme, creo que están planeando cómo interceptarme. Debo ser rápido. La campana sonará pronto, si saco mi almuerzo de antemano y quito disimuladamente el seguro de la ventana podré salir antes de que me alcancen.
3… 2… 1… ¡Ya! Como tenía planeado, inmediatamente tomé mis cosas y salí por la ventana, la adrenalina hizo ignore mis heridas con tal de escapar. Pude ver como se levantaron al poco tiempo que sonó la campana, pero no contaban con mi movida. Sólo debo dar un par de vueltas por el jardín para disimular hacia dónde me dirijo, en caso de que me estuvieran espiando desde el salón.
Eso salió justo como lo planeé. Ahora podré disfrutar mi comida tranquilamente. Si puedo confundirlos de esta manera a partir de ahora, podré sobrevivir a ellos. Pude escuchar a los chicos buscándome por el jardín durante todo el receso, ¡jamás se les ocurrirá buscarme entre las cajas!
Bueno, ahora debo regresar. Creo que vigilaré la puerta de mi salón hasta que llegue el profesor o no entre nadie más. Aquí vamos…
—Venxar, llegas tarde del descanso. —El profesor ya se encontraba sentado en su escritorio a punto de pasar lista.
—Discúlpeme, me distraje un poco.
—También me dijeron que saliste por la ventana cuando comenzó el receso, temo que esas son acciones que violan las actitudes permitidas por el reglamento. Tendré que llamar a tus padres y te llevarás un reporte.
Oh, no… no… ¡No! Olvidé por completo las normas de la escuela, pero es ridículo, estoy tratando de salvar mi pellejo con lo que tengo. ¡Además, no rompí nada! Si llaman a mis padres, me matarán.
—D-Discúlpeme profesor, le prometo que no lo volveré a hacer, pero por favor… no llame a mis padres.
—Va contra el reglamento, no voy a permitir que hagas lo que quieras así nada más. Si de verdad lo sientes, acepta las consecuencias. ¿Qué hago? No hay como escapar de ésta. Si llaman a mis padres me darán el peor castigo que jamás he tenido… si intento huir, será triple por no volver a casa. No tengo a dónde ir… no puedo esconderme en la escuela tampoco.
Realmente estoy en estado de shock, no me puedo mover, mi cuerpo está paralizado, siento como si acabara de escuchar la orden de mi ejecución.
—¿Vas a seguir perdiendo el tiempo ahí parado? Ya causaste suficiente alboroto, siéntate de una vez o serán dos reportes.
—Si… —Supongo que no hay alternativa. Sólo me queda asumirlo. No tengo escapatoria, no tiene caso sobre-pensarlo. Al menos tendré tiempo para prepararme mentalmente. Pude escuchar las risas de los otros; “idiota” murmuraban. Y sí, parece que lo soy; soy un idiota, pensando que puedo tener una vida normal sin problemas cuando todo lo que hago termina estando mal; pensando que algún día podré tener amigos que me entiendan cuando es obvio que todos me odian.
Empiezo a sentir que no tiene sentido seguir mis “reglas” para mantener las cosas en orden… de todas formas me terminarán golpeando. Si tan sólo pudiera defenderme… si ellos supieran por lo que paso todos los días, seguro que se matarían.
Hm… morir… a estas alturas, eso no suena tan mal. Digo, ¿qué más me queda? Seguir adelante sólo es prolongar la tortura. No soy un masoquista, no tengo por qué aguantar esto.
… No… ¿Qué estoy diciendo? Es lo más cobarde que he pensado hasta ahora. Recuerda, algún día te librarás de todo esto, sólo tienes que soportar el dolor hasta entonces; sólo aguántalo.
Ya es hora de volver a casa, no tengo ganas ni siquiera de caminar, ¿qué más da? Llegue temprano o tarde el resultado será el mismo…
—¿A dónde crees que vas? —Los desgraciados de los amigos de Efrén me cortaron el paso de nuevo—. ¿Creíste que podrías huir a casa así nada más? —Agarró el cuello de mi camisa.
—Por favor… déjenme en paz, ya tuve suficientes problemas por hoy…
—¡Oh, cielos, es verdad! El pobre pajarraco será castigado en casa. Pero qué crees… —Sin previo aviso, un golpe fue directo a mis costillas, sofocándome—. Primero vas a pagarnos por escapar en el receso. No te vas a librar de eso tan fácil.
Ese golpe me tumbó, apenas puedo respirar. En esta posición estoy completamente indefenso, a merced de los otros. Sin perder más tiempo, comenzaron a patearme, principalmente en la cabeza, incluso me escupieron.
No sé cuánto tiempo pasó, me golpearon hasta que se cansaron. Esta vez me hicieron sangrar, mi uniforme está completamente arruinado… pero ¿sabes qué? No me importa… estoy demasiado agotado como para preocuparme por eso. Debo volver a casa. Ya obscureció. No sé si vaya a poder sostenerme hasta el final, siento como si en cualquier momento me fuera a desmayar.
De alguna forma me las arreglé para mantenerme en pie hasta llegar a casa. Estoy cubierto de sangre y lleno de moretones. No puedo pensar claramente, mi vista se nubla de a ratos y siento que pierdo el equilibrio… estoy muy aturdido. De nuevo, al entrar a casa, mi madre se encontraba frente a la puerta, esperándome, y apenas entré, comenzó a gritarme. Pero no entiendo nada de lo que dice… sólo escucho un zumbido en mis oídos. Mi padre también está aquí, Sólo tomó mi brazo y me llevó a rastras hasta el sótano. Mi castigo va a comenzar. No tengo nada de fuerza para sostenerme, mis manos están torpes, no puedo ni ponerme las esposas. Sabía que mi padre me estaba gritando, pero no escuchaba más que ese molesto zumbido. Siendo así, simplemente comenzó a golpearme con el látigo. Estoy seguro de que hablaba sobre lo que hice en la escuela, y sobre mi apariencia y sobre las molestias que he causado a lo largo de mi vida…
Ni siquiera sé en qué momento terminó. Perdí el conocimiento a la mitad del castigo. Sólo desperté en el suelo de mi habitación, aún tengo mi uniforme ensangrentado puesto. Creo que mi padre me arrastró hasta aquí, hay un ligero rastro de sangre en el suelo que viene desde la puerta hasta mi posición. Mientras más recupero la conciencia, más empiezo a sentir ardor en mi espalda. No estoy seguro de qué es lo que me duele, si las patadas de los chicos o los latigazos de mi padre.
¿Qué hora es? Necesito limpiar mi uniforme y lavarme yo también… 2:30 de la mañana, si lavo la ropa no se secará para nada, pero supongo que es mejor usarla mojada que ensangrentada.
Lo malo de todo esto es que no puedo simplemente faltar a clases, si notifican a mis padres que estuve ausente, volverán a molerme, si me quedo en casa, tarde o temprano lo notarán; el resultado es el mismo.
Mi vida escolar se convirtió en un infierno... esto sería más fácil si Efrén, Damian y los otros dos no estuivieran aquí... sería más fácil si ellos no existieran.
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