Realmente me extraña que la bola de brabucones no haya hecho ningún movimiento mayor después de lo que le hicieron a Emillie. La verdad, yo estaba esperando que se aparecieran al volver al salón, o a la salida, pero no lo hicieron. Es demasiado extraño.
Es tan tranquilizante volver a casa y no preocuparme de ser lastimado por mi padre, incluso puedo comer con ellos en el comedor, es decir… sin que tiren mi comida al suelo o que me dejen sin comer.
Un mes no es mucho tiempo, pero fue suficiente para hacerme olvidar como vivía antes de entrar a la secundaria. Sé que aún hay posibilidades de que me agredan, pero días como hoy valen oro para mí.
Hoy quería contarle a Emillie cómo podría hacer para llegar rápido al escondite cuando comenzara el descanso, pero se fue a otro lado primero, “Tengo que llevar unos papeles a servicios escolares primero. Adelántate. Te veré allá”, fue lo que me dijo antes de irse. Creo que no entiende la seriedad del asunto; caminando tan despreocupadamente sabiendo que Efrén podría atraparla.
Pero bueno, yo, la verdad, no quiero quedarme al descubierto mucho tiempo. Debo confiar en que estará bien. Y así, fui a esperarla detrás de las escaleras.
Ya ha tardado bastante… ¿Será que Efren la encontró? Maldición, no debí dejarla sola. Pero no sé dónde podrían estar… no puedo buscarla a ciegas; si en realidad no la encontraron entonces solo me estaría exponiendo.
—¡Oye Venxaaar! —Escuché una voz se estaba acercando a mi posición, pero… no es la de Emillie, ¿Qué significa esto? —. Un… dos… tres, por Venxar que se esconde detrás de las escaleras. —Habla en un tono burlesco, pero sabe dónde estoy, ¿Quién es?
Sólo pensar que no es Emillie quien me busca me aterra; algo no anda bien.
Quise asomarme para ver de quién se trataba, pero apenas me apoyé un poco sobre mis rodillas para levantarme y la silueta de la persona que no quería ver se hizo presente dentro de mi escondite. Efrén me encontró.
—Así que aquí es donde te escondías, ¿eh? Muy ingenioso, jamás se nos hubiera ocurrido que habría espacio aquí.
De nuevo estoy paralizado, solo puedo ver con terror a mis agresores parados frente a mí. Mi cabeza intentaba descubrir el cómo fue que me encontraron, pero el miedo y el pánico no me dejaban pensar claramente.
—¿C-…Co-…cómo…?
—¿Cómo te encontramos? Fue muy fácil, a decir verdad. Emillie fue muy amable al contarnos todo.
—¿Emillie? ¡¿Qué le hicieron a Emillie?! — Todo mi cuerpo temblaba, pero de alguna forma, me las ingenié para ponerme de pie.
—No le hicimos nada. Ya te lo dije, ella nos dijo dónde estabas. —Todo el tiempo tenía una horrible sonrisa en la cara, como si estuviera emocionado de haberme encontrado —. Puedes preguntarle personalmente si quieres. Pero por ahora, vas a pagarnos por todos esos días que estuviste escondido aquí.
Sólo escuché los dedos de Efrén siendo tronados mientras se acercaba a mí, los otros 3 chicos aparecieron detrás de él, y antes de que lo supiera ya tenía mis brazos atrapados. Los golpes que me dieron fueron los más fuertes que me habían dado hasta ahora. Se aseguraron de darme dónde más me doliera. Esta vez no iban a soltarme tan fácilmente.
—¡Ah¡, Ahora que me acuerdo, Emillie dijo que una vez mencionaste que de no ser por las plumas serías una persona normal. Eso significa que sólo te estorban, ¿no?, ¿Sabes? no estarías en este problema si simplemente no las tuvieras. ¿Qué te parece si te ayudamos con ellas? Ya que tanto insistes en que te dejemos en paz, ¿por qué no simplemente dejas de ser un semi-animal entonces?
—¡No! — Intenté resistirme, fue inútil, pero lo intenté… No se supone que deban arrancar mis plumas, no están simplemente encima, están adheridas a mi cuerpo. No sé qué lo que pueda pasarme si me las arrancan —. ¡no lo hagan, se los suplico! ¡Lo que sea menos eso! ¡No! ¡NO!
…
No sé qué tan fuerte alcé mi voz en ese momento… Estaba tan desesperado que, entre los más desgarradores gritos y llantos que jamás pude haber soltado, intenté pedir ayuda aun sabiendo que nadie vendría.
Sólo me dejaron ahí… rompieron mi camisa para asegurarse de que no quedara ni una sola pluma escondida… milagrosamente, mis alas se escondieron entre el montón de plumas que ya me habían arrancado y resultaron ilesas…
Mi cara, mis hombros, mis brazos, mis piernas… no dejaron ningún punto, salvo mi espalda, por desplumar.
No sé qué tan grave sea el daño que me acaban de hacer… todo mi cuerpo está sangrando. Me duele tanto… ni siquiera volví a clases. Creo que incluso están a punto de terminar.
¿Cómo pasó esto? … ¿De verdad Emillie me delató? … No… estoy seguro de que la amenazaron para que hablara. No hay forma de que ella me hubiera hecho esto… Efrén también la molestó, yo mismo lo vi. Todo por dejar que se fuera sin cuidado cuando comenzó el receso… ¿Sin cuidado? … No estaba preocupada o asustada cuando se fue… ¿Será…que todo era un engaño? No… no debo pensar así de ella, ¿Cómo alguien que fue tan amable conmigo podría dejar que me hicieran esto? Debo confiar en ella…
Ah… mi apariencia es un desastre… mi uniforme está completamente deshecho… no quiero volver a casa así, ni siquiera me quiero mover. Sólo quiero recostarme aquí hasta que el dolor pase. Pero no puedo hacer eso, o más bien, es absurdo que lo haga. No tiene caso dejar que el dolor pase si al volver a casa me seguirán golpeando…
Es en días como estos en los que quisiera no tener padres… Efrén y los otros algún día me las pagarán… algún día.
Ya estoy en casa, todo mi cuerpo tiembla, de nuevo siento que en cualquier momento me desmayaré… debe ser por la pérdida de sangre.
Sólo respira hondo, y entra…
Lo primero que escuché fue un grito de susto por parte de mi madre, ¿cómo no lo haría?, luzco horrible, yo también me asustaría si algo con mi apariencia estuviera parado en frente de la puerta de mi casa.
Sólo le tomó unos segundos a mi madre reconocerme, de inmediato se puso furiosa y se acercó rápidamente sólo para darme una bofetada… pero ni siquiera la sentí. Creo que mi piel me dolía tanto que cualquier otro golpe era insignificante.
—¡¿Qué demonios estabas haciendo?! ¡¿Cómo te atreves a llegar con ese aspecto?! ¿Tanto te avergüenza tu sangre que te has quitado las plumas? Eres un desgraciado, ¡¿Así es como me pagas por haberte dado vida?! ¡¿Siendo un delincuente?! Y yo que pensaba que ya habías aprendido la lección. ¡Ve inmediatamente al sótano y espera a tu padre ahí!
—Sí… madre… — Con lo que me quedaba de fuerza me dirigí al sótano. Siendo las cosas tan evidentes… ¿Cómo es que nunca considera que soy yo la víctima? Nunca pregunta… nunca escucha… siempre soy el malo de la historia. Quisiera poder hacer algo para defenderme de ella, y de mi padre, también.
En momentos como estos es cuando pienso en terminar con todo; darme por vencido. ¿Para qué continuo? Sólo estoy prolongando mi agonía… No tiene caso seguir intentándolo, jamás van a tratarme bien.
Pero… a pesar de todo, la realidad es que me aterra la muerte. Es por eso que sigo intentando esconderme; sigo intentando cumplir las expectativas de mis padres; sigo deseando un amigo; sigo esperando que todo mejore… sigo intentando hacer que mi presencia no ofenda a los demás para poder estar en paz.
Puedo lidiar con la gente que me ignora… pero desearía que los que me agreden, como mis padres y mis compañeros, desaparecieran para siempre… sería fantástico.
Ha llegado la hora, mi padre bajó diciendo un millón de maldiciones para mí. Me arrojó una cubeta de agua primero y comenzó a golpearme con el látigo.
Fue doloroso, por supuesto… pero no sé cuán roto me encontraba que todos mis gritos fueron mudos, ni siquiera solté lágrimas. No pude levantarme cuando mi padre terminó, me llevó a rastras hasta mi cuarto y simplemente me arrojó dentro.
Ahí estuve por una hora, recostado en el suelo. No pensaba en nada. Solamente respiraba intentando acostumbrarme al dolor; pensando en mis opciones para librarme de mis padres… de mis compañeros.
Inútil. Todo es inútil. No hay una solución que no implique que ellos desaparezcan… no es algo que pueda suceder por arte de magia; y yo no estoy lo suficientemente roto como para llegar encargarme de ellos con mis propias manos…
Pero quiero que esto se acabe… ¿Siquiera existe el “después” de todo esto? ¿Es posible que me libre de todo este sufrimiento si sigo soportándolo? Nunca podré saberlo…
Ya es de día… mi alarma interna no me deja dormir tiempo de más. El ardor en mi cuerpo ha disminuido… pero ahora que puedo mirarme en un espejo, me doy cuenta del daño que me hicieron… es como si me hubieran arrancado la piel… dudo mucho que vaya a recuperarme de ésta. Sólo puedo ponerme vendajes para tratar mis heridas.
Pero sin importar lo que ha sucedido, debo volver a la escuela. Emillie aún está ahí, debo asegurarme de que ella esté bien. Podré estar herido, pero no voy a abandonarla; no como todo el mundo hace conmigo.
Así decidido, logré llegar a la escuela. Ahí está Emillie, pero no se ve lastimada o asustada… no estoy seguro si quiero preguntarle ahora… tal vez… debería esperar al descanso.
Me da miedo la respuesta que podría escuchar. No es que desconfíe de ella… pero el que exista la posibilidad de que Efrén haya dicho la verdad, me asusta. Quiero creer en ella… pero si lo razono, hay muchos huecos en nuestra amistad por dónde ella podría esconder segundas intenciones: el hecho de que los chicos hayan dejado de molestarme cuando comencé a juntarme con ella; el que estuviera tan calmada aun sabiendo que Efrén podría lastimarla… que desapareciera justo después de que le mostrara mi refugio…
Quiero creer que todo eso no fue más que una coincidencia… quiero creer… Llegó la hora.
—Emillie… —me importaba más hablar con ella que esconderle de los chicos. La reacción de Emillie fue inesperada, en cuanto volteó a verme se alejó como si hubiera visto a un fantasma. Probablemente fue por mi apariencia… estoy cubierto de vendajes, debo parecer una momia —. ¿Te encuentras bien?, Ayer no te apareciste… pensé que tal vez Efrén te había lastimado o algo así.
Ella solo me miro por un segundo, parecía que intentaba entender lo que decía… no siento hinchada o adormecida la boca, ¿Estaré balbuceando?
—¿Qué? —La expresión en su cara cambió. Comenzó a mirarme como si fuera una mala broma —. ¿Es que eres estúpido? Después de todo lo sucedido, ¿aún no lo entiendes?
Me sorprendió el cambio del tono de su voz. Nunca la había odio hablar así… con ese tono… tan hostil. Esto no está pasando, ¿verdad?
—N-no bromees así conmigo. Realmente estoy preocupado por ti, ¿sabes? Si… Si Efrén te obligo a hacer algo que no querías, puedes decirme, ¿sabes? No voy a odiarte. —Me niego a creerlo. Ella no podría haberme mentido… se portaba muy tranquila alrededor de mí. No hay forma de que me engañara todo este tiempo.
—Ellos no me obligaron a hacer nada. ¿Sabes lo molesto que es que te desaparezcas en la hora del almuerzo y regreses como si nada, rondando por ahí como si fuera tu casa? Me pidieron ayuda para sacarte de tu tonto escondite. Y eso hice.
Lo está diciendo… ella… no, no puede ser verdad. Debe estar jugando.
—Pero tú… te divertías… ¿no es verdad…? Tú no…
—Fui muy convincente, ¿verdad?, ¿No soy acaso una excelente actriz? fuiste tan fácil de manipular que me costó contener la risa, ¿sabes? Pero ese tonto de Efrén… Realmente cruzó la línea jalando mi cabello. Pero al menos con eso me mostraste tu asqueroso refugio. Eres un iluso.
—Su rostro, su voz, sus movimientos… todo en ella se estaba burlando de mí. Comenzó a reírse también, como si fuera lo más gracioso que le haya pasado en la vida.
—Ya… ya veo. —Sólo me di la vuelta, sentí que mi corazón había dejado de latir...
Lo hizo. Me engañó. Decidí confiar en ella y me apuñaló por la espalda. Debí haberme escuchado. Yo sabía que esto podría pasar, y, aun así, le creí. Nuestra amistad no fue más que una farsa.
Bueno, es lo que merezco, por ilusionarme por algo que sabía que se haría realidad. Soy un idiota, como todo el mundo dice.
Ni siquiera sé cómo pasé el resto del día, antes de que me diera cuenta ya me encontraba acostado debajo de mis cobijas.
Pensando… tratando de entender… ¿Por qué los humanos son de esta manera? Todos ellos mienten… todos ellos odian. Yo sólo quería ser aceptado… creí que el decir que yo era como cualquier otro humano haría las cosas menos hostiles… pero la realidad es que nací como un cuervo, y ellos no perdonan eso, pero, ¿Cómo puedo ser un cuervo si no puedo volar?, ¿cómo puedo ser un humano normal si tengo alas? Soy como una especie de intermedio entre los dos… y ninguno de los dos me acepta.
Nací para ser odiado… nací para ser pisoteado… no tengo otro propósito. No tengo razones por las cuales seguir viviendo… sólo anhelo un sueño esperando que se haga realidad… una mentira…
¿Qué es lo que los humanos desean?, ¿qué es lo que los semi-animales desean? Yo deseo vivir… ¿Desearán vivir también?… ¿vivir pisoteando a otros? Aplastarlos… ¿no hay otra manera? ¿es el único camino? ¿Tengo que hacerlo también para poder vivir? Debería intentarlo… ¿Cómo puedo hacerlo? ¿debo ser como Efrén? ¿debo despreciar a otros como lo hace él? Si eso es lo que significa vivir… si quiero vivir… entonces debo hacerlo.
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