Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Yo me encontraba en el suelo del jardín, las orillas de mis alas estaban algo quemadas, algunas partes de mi cuerpo también. El lugar se sentía muy caliente.
Intenté levantarme y mirar hacia la ventana en dónde se suponía que debería estar colgando de los brazos… la zona estaba destruida y en llamas.
El olor de antes… era gas. Probablemente abrieron accidentalmente una llave cuando me buscaban y el encendedor de Demian causó una explosión.
¿Cómo fue que yo sobreviví a una caída así? ¿Algo me amortiguó? ¿Qué…? ¿mis alas? Las alas que he odiado por tanto tiempo, ¿Acaban de salvarme la vida?
Pero… ¿Dónde están ellos? Miré a mi alrededor. Vi un bulto no muy lejos de mí, no logro hallarle forma, se está quemando también.
Al otro lado mío encontré a Demian… Su cuerpo no se ve muy bien, todo está al revés… y… no creo que su cuello deba estar en esa posición.
—¡¡¡Venxar!!! —Escuché mi nombre venir desde el laboratorio. Era Efrén. — ¡Venxar, sácame de aquí!
Creo que perdió un brazo. ¿Cómo sobrevivió a esa explosión? ¡Oh! Ahí está el otro chico, colgando en lo que queda de pared, toda su espalda está quemada. No creo que se vaya a levantar…
—¡Venxar! ¿Qué estas esperando? ¡Ayúdame a bajar! —Efrén seguía gritando desesperado—. ¡Vuela hasta aquí, por favor!
—¡De verdad, no puedo volar! ¡Tendrás que saltar si quieres salir de ahí!
Ah… espera un momento… su rostro. ¿Qué es esa expresión? ¿Acaso está… asustado? ¿Está… llorando?
—Si… si salto… Vas a atraparme, ¿no es así? No vas a dejarme caer, ¿verdad?—… Él… que siempre se reía de mí; que siempre me veía con odio… ahora está aterrado, desesperado, llorando y suplicando mi ayuda. Escucharlo es…
—¡M- más te vale que me atrapes! —Con todo el temor del mundo, Efrén saltó hacia mí. Yo sólo vi como poco a poco se acercaba. Estaba perfectamente posicionado para atraparlo, pero cuando fue el momento… mi cuerpo se hizo a un lado.
Sólo escuché el golpe de su cuerpo azotando el suelo. Fue un sonido único. Verlo ahí… tirado en el suelo… inmóvil… con sangre alrededor de su cuerpo, ¿Cómo debería llamar esta sensación?
—Oye, Efrén… levántate. —Me agaché para verlo de cerca. Él estaba completamente inmóvil—. Estas en mal estado, deberías levantarte pronto.
Esas, en realidad, eran palabras vacías. Fue lo primero que pensé para decir, pero, honestamente, no me importaba cómo se encontrara.
—Efrén… oye. ¿No vas a decir nada? — me enderecé, y puse mi pie encima de su cabeza—. Sabes que éste no es un lugar para dormir, ¿Verdad? Levántate, o harás que los maestros se enojen… ¿no vas a escuchar? ¡¡Oye!! —comencé a pisotearlo—. ¡¡Levántate, anda!!
La sensación de patearlo sin que se defendiera fue… eufórico. ¡Jamás me había sentido tan bien en mi vida!
Este sujeto, él, que fue el causante de que mi vida se convirtiera en un infierno, ¡ahora estaba bajo mis pies! ¿Qué puede ser mejor que eso?
—No vas a levantarte, ¿eh?… está bien. Debes sentir mucho dolor ahora mismo. Tienes el cuerpo quemado, acabas de caer del tercer piso y perdiste un brazo. Lo entiendo. Te dejaré descansar. —Me di la vuelta, no sin antes patearlo por última vez —. “Espero no volverte a ver mañana, basura”
Repetí sus propias palabras, ¡qué momento tan perfecto para usarlas! Nunca pensé que esto sería tan satisfactorio.
¡Sus expresiones valían oro! Escucho las sirenas de los bomberos acercarse. Debería irme antes de que lleguen… no quisiera que me entretuvieran aquí.
Ya es tarde… mis padres de seguro ya se fueron a dormir. Si no me equivoco, la puerta va a estar cerrada con seguro. Tendré que brincar hasta mi habitación y entrar por la ventana. No es la gran cosa. Siendo que mañana me levantaré temprano, no me verán hasta que regrese de la escuela.
Sólo entré y me recosté en la cama. En cuanto cerré los ojos me quedé dormido.
La mañana fue tan silenciosa… tan tranquila. Se me hacía difícil creer que era un día diferente.
—Todos tomen asiento rápidamente, — El profesor entro al salón—. tengo un terrible anuncio que hacer. —Estaba demasiado serio. ¿qué será? —Probablemente algunos ya lo saben, pero ayer en la noche hubo una explosión aquí, en la escuela. Uno de los laboratorios de química tenía una fuga de gas y bueno…
Desgraciadamente, 4 de nuestros alumnos murieron. Ayer, por alguna razón, se encontraban aquí cuando sucedió la explosión. Les pido por favor discreción en el asunto.
¿Muertos?… bueno… no puedo decir que no lo sabía, pero… ¿de verdad? No sé… pensé que serían un hueso duro de roer y que milagrosamente sobrevivirían o algo así. Pero sí, de verdad están muertos.
—Venxar. —El profesor me llamó—. Me informaron que había un chico semi-animal aquí también, ¿Eras tú?
—¡Ah! Sí. Pero me encontraba junto con ellos. —Cuán fácil asumen que era yo… —También me dijeron que te marchaste antes de que llegara la ayuda.
—Sí. Fue instintivo. Tenía que regresar a casa rápido. —¿Cómo saben eso? No había nadie cerca cuando me fui… ¿o será que alguien me vio? Probablemente algún chismoso se los dijo y asumieron que era yo…
—De acuerdo. Antes llamamos a tus padres, dijeron que anoche no llegaste a casa.
—Lo hice. Pero mis padres ya se habían acostado, así que entre por la ventana de mi habitación. También despierto más temprano que ellos para venir a la escuela, entonces no me han visto todavía. —¿Qué ya los llamaron? ¡Debieron confirmar que se trataba de mí primero! ¡Pudo haber sido otra persona! Bueno, ¿qué importa?
—Entiendo. Asegúrate de hablar con ellos cuando vuelvas a casa hoy. ¿De acuerdo? Por ahora, vamos a continuar la clase.
Este maldito sujeto… Ojalá desapareciera también. ¿Qué haré regresando a casa? Podría esperar hasta que se acuesten de nuevo. No… ¿Por qué tengo que huir de ellos también? Ya me deshice de uno de mis problemas, Efrén… Tal vez pueda hacer algo con mis padres también.
Estoy muy seguro de que todo el salón rumoreaba cosas sobre mí. Cosas como que yo ocasioné la explosión; que yo maté a esos 4 chicos… bueno… honestamente, no me molesta pensarlo así; “yo los maté”, me gusta cómo suena eso.
Finalmente he vuelto.
—¡Venxar! Anoche no volviste a casa, ¿Y hoy me entero que estuviste en la explosión de la escuela?, ¿Qué demonios estabas haciendo?
“Bla, bla, bla” … seguro me incriminará por eso también. Ahora me dirá que vaya al sótano y que espere a mi padre...
Aquí estoy de nuevo… en el sótano, con las esposas frente a mí… no me las quiero poner. Mi padre nunca se asegura de que estén puestas.
Ya escucho los pasos de mi padre acercándose. Él me ha hecho tanto daño también… quiero que lo pague. ¿Cómo podría hacerlo pagar? Hay herramientas por todos lados.
Con una mirada rápida identifiqué varios destornilladores y navajas sobre las mesas. Fui y los tomé. ¿Seré capaz de usarlas? Sólo hay una forma de saberlo…
Mi padre bajó las escaleras del sótano y me encontró de pie.
—¡¿Por qué no estás en la esquina?! ¡Quieres que un castigo doble?!
Cuando intentó tocarme, giré rápidamente estirando mi mano dónde tenía una navaja, logré cortar el brazo de mi padre, no lo suficiente como para considerarlo algo grave…
Eso por supuesto lo enfadó, pero mi actitud era demasiado inusual para él. Ahora mismo no siento ninguna emoción. Sólo sed de venganza… sed de sangre. ¡Quiero que grite! ¡Que sufra tanto como me ha hecho sufrir a mí!
—Venxar… tranquilízate. Baja eso, hijo.
¡Ya quisiera¡, Es tan divertido ver cómo cambian sus expresiones cuando se sienten en peligro, ¿cómo podría a dejar pasar ésta oportunidad?
Avancé un poco hacia él. Casi tropieza con las escaleras; en cuanto las sintió, intento huir.
Pero yo sólo estoy jugando con él, podría alcanzarlo en cualquier momento. No voy a dejar que se vaya. Huir del castigo solo generará otro castigo, ¿No es así?
Logré clavar el destornillador en su pierna antes de que saliera del sótano y cayó. Su grito de dolor fue tan placentero…
Pasé la navaja con fuerza por toda su espalda al mismo tiempo que subía las escaleras para ver su cara. Cada vez que intentaba tocarme, lo apuñalaba con el destornillador. Debería entender el mensaje…
—¡Lamentarás lo que estás haciendo! — Intentó amenazarme desde el suelo. Creo que ahora entiendo por qué mis palabras le causaban tanta gracia a Efrén, son palabras que sé que no podrán a cumplir.
—Tú lamentarás todo lo que hiciste. — dije antes de alzar el destornillador lo más alto que pude y clavarlo con fuerza en su cabeza.
De inmediato dejó de moverse… eso fue fácil. Ahora sólo falta mi madre… Es extraño que aún no haya venido. Seguramente está en el teléfono quejándose y piensa que los gritos eran míos. La sorpresa que se llevará.
Ya que estoy aquí, debería tomar algo más útil… un cuchillo, por ejemplo. Fui a tomar uno a la cocina y me dirigí hacia donde se encontraba mi madre.
Efectivamente, estaba en el teléfono. Quiero ver su rostro lleno de miedo también. Debería asustarla primero.
—Madre. —me acerqué por un costado con el cuchillo apuntando hacia ella, por supuesto, se sorprendió—. Papá está muerto. Quiero que lo acompañes.
—¡¿Qué estás diciendo?! ¡Dame ese cuchillo en este instante!
Intento arrebatármelo, pero en cuanto lo hizo, la corté. Casi le arranco los dedos.
Justo como quería, su rostro cambió, ¡Qué divertido! Realmente sólo se sienten superiores cuando tienen a alguien a quien pisotear, pero cuando es al revés, se esconden como gusanos.
No pude contener la risa. Probablemente me veía como un maniático desquiciado, ¡pero era muy divertido!
—No vas a ir a ningún lado, mamá. Esto es un castigo. Si huyes del castigo, será peor.
Mi madre buscó cualquier cosa que le sirviera para cubrirse. Pero era inútil. Nada iba a salvarla ahora. Ella merece ser castigada tanto como mi padre. Solo fue cuestión de caminar para que tropezara y soltara su “escudo”. En ese momento, me abalancé sobre ella y clavé el cuchillo en su cuello.
Intentó arañarme con lo que le quedaba de conciencia. Un esfuerzo insignificante. Pero eso fue demasiado rápido… no fue suficiente. Necesita más heridas.
La apuñalé varias veces, no sé cuántas, pero lo hice hasta que me sentí satisfecho.
—Ah… que desastre. Todo está desordenado—. Llevé los cuerpos al sótano, ahí, dónde les encantaba torturarme.
Sólo continué mi vida con normalidad. Nadie más que yo sabe lo que ha pasado; y nadie más que yo lo sabrá.
Con eso, mis problemas se acabaron, si surgen más, ya tengo la solución para ellos. Es fácil, sólo toma un par de gritos y llantos, y se acabó.
Comments (0)
See all