El palacio estaba sumergido en silencio absoluto.
Los sirvientes estaban escondidos y atados. Entre los traidores estaba el "Señor", corrían por todo el palacio haciendo el menor sonido posible, se dirigían hacía la habitación del Rey.
—Estamos cerca.—dijo uno de ellos.
« Esto es muy extraño. No hemos visto ni un solo sirviente y ningún guardia rondando el palacio.»
Pensó el Señor.
—Señor, cuatro guardias se encuentran afuera de la habitación del Rey.
El "Señor" se asomo y miro afuera de la habitación del Rey.
« No hay ningún sirviente en este lugar.»
—Señor, es el momento de atacar.
« Tiene razón, pero aún pienso que es muy peligroso.»
Pensó el "Señor". No habían sirvientes en todo el palacio, ningún guardia en todo el palacio y por último no hay ningún ruido. Todo eso le resultaba extraño al "Señor".
El palacio del Rey siempre era vigilado por varios guardias, los sirvientes siempre estaban ocupados y no tenían tiempo de descansar, excepto este día. Como si todos hubieran desaparecido.
Solo había una sola respuesta a todo eso, pero no quería admitirlo.
« Tal vez esto sea... No. Es imposible. Esto no puede ser...»
—Vaya.
Una voz se escuchó atrás de ellos.
Camino hacía ellos con una sonrisa.
« ¡Esto es una trampa!»
Todos voltearon hacía atrás de ellos. Miraron el cuerpo de su compañero, una enorme espada bañada en sangre lo había atravesado.
Un hombre de cabello largo rojizo similar al color de la sangre, unos ojos oscuros y una sonrisa atemorizante, sostenía su espada bañada en sangre al igual que su ropa.
—Esto es una gran sorpresa. No pensé que encontraría más traidores ocultos en este lugar.
—!I-Imposible! Usted es...
—É-Él es... de la familia Bae. ¡Es Bae Tae-Bum!
« ¡¿Bae Tae-Bum?!»
Bae Tae-Bum, hijo del General Bae. Descendiente de la familia Bae, todos aquellos que nacen en la familia Bae se convierten en los mejores Generales de todo el Reino. Tae-Bum, no fue la excepción. Fue a la guerra cuando cumplió catorce años, luego de su regresó fue conocido como una persona insensible y sedienta de sangre.
—¡Huya, Señor! ¡Nosotros lo protegeremos!—dijo uno de los traidores parándose al frente del Señor.
—No. Pelearemos juntos.—respondió el Señor.
« No tengo tiempo de huir. Lo único que puedo hacer es pelear.»
Pensó el "Señor", sosteniendo su espada.
« El Rey me dijo que no asesinará al líder de los traidores, ¿cuál de ellos será?»
Pensó Tae-Bum.
—Les daré dos opciones, antes de que decidan atacarme. Si deciden la opción correcta, los dejaré con vida. ¿De acuerdo?—dijo Tae-Bum.
—No caeremos en un juego tan tonto. Luego nos matarás.—dijo uno de los traidores.
—Lo digo en serio.
—Esta bien. Yo jugaré con usted.—dijo uno de ellos.
—Bien.
—No se preocupe, Señor. Saldremos todos vivos de esta situación.—susurró el traidor que estaba al lado derecho del "Señor".
« Bae Tae-Bum, único descendiente de la familia Bae. Es conocido por jugar y divertirse con sus presas antes de asesinarlas, en esta ocasión no seremos la excepción. Al final todos terminaremos muertos. ¡Debo encontrar una oportunidad para que podamos escapar todos con vida!»
Pensó el Señor.
—¡Empecemos! Primera opción. Entregar a su líder ahora mismo, y los demás los dejaré escapar vivos. Segunda opción. Entregarse todos al Rey.—dijo Tae-Bum.
—Eso es imposible. No podemos escoger ninguna de las dos opciones.
—Si no escogen una opción ahora mismo, los asesinaré a todos en este lugar.
« No importa cuanto lo pienses, la mejor opción para ellos es la segunda. Si salen vivos de este lugar, podrían decirle al Señor Choi que envíe ayuda y sacarme de este lugar.»
Pensó el "Señor".
—Elegimos la segun...
—La primera opción.—dijo el "Señor", dando un paso hacía adelante.
« Te encontré.»
Pensó Tae-Bum.
—Yo soy el líder de todos ellos. Yo soy el que organizó todos esto.
« Esto es lo correcto.»
—Prometiste no matarlos, así que déjalos irse de este lugar.
—Esta bien. Yo siempre cumplo mi promesa. Todos los demás podrán irse vivos de este lugar.
Los demás traidores se fueron del lugar en silencio, sin decir ni una sola palabra. Estaba solo el "Señor" y Tae-Bum.
—Es una pena. Pensé que me divertiría un poco.
El Señor no entendía ni una sola palabra de lo que él decía.
—Bueno, es hora de ir a la habitación del Rey. Él te a estado esperando.
Episodio 2 parte 1
—Majestad, soy Bae Tae-Bum. Atrapé al líder de los traidores. Entraré a su habitación.—dijo Tae-Bum anunciándose antes de entrar a la habitación del Rey.
—Puedes entrar.—dijo el Rey desde adentro de la habitación.
« ¿Esa es la voz del Rey?»
—Ah, casi lo olvidó. No puedes ocultar tu rostro en presencia del Rey.
« ¿No puedo ocultar mi rostro? ¡Imposible! ¡Nadie puede vermi rostro!»
—No...
Dijo en voz baja el Señor.
—¿Dijiste algo?
—¡No me toques!—gritó el Señor como un pequeño gato salvaje.
••••••••
« A pesar de que le dije que no me sacará la máscara, no me escucho.»
Pensó el Señor.
—No estés nervioso. El rey no te lastimará, si lo escuchas y obedeces.
« ¿Debo obedecerlo? Debe de estar loco. ¡Yo jamás lo obedeceré y escucharé!»
Pensó el Señor.
Tae-Bum abrió la puerta de la habitación del Rey.
Entró junto con el Señor a la silenciosa habitación, sus manos estaban atadas, Tae-Bum se inclinó ante el Rey, diciendo...
—Majestad, este sujeto es el líder de los traidores. Intentó entrar a su habitación intentando asesinarlo.
El Señor miró al Rey directamente a los ojos con enojo. El Rey se encontraba sentado sobre su cama con una mirada tranquila e indiferente, mirando al traidor que había intentado traicionarlo y asesinarlo.
« Su cabello dorado, sus cejas y pestañas largas son del mismo color, ojos rojizos que hacen temblar de miedo en cuanto los miras y una piel muy clara. Definitivamente se parece a esa mujer.»
Fue el primer pensamiento que cruzó por la cabeza del Rey cuando lo vio.
« Su cabello, cejas gruesas y ojos son del mismo, oscuros como la noche. Definitivamente es el bastardo del Rey. Él solo hecho de verlo hace que me den ganas de vomitar. »
Pensó el Señor, con una mirada de odio y desprecio.
« Hay mucho silencio en la habitación. Me hace sentir nervioso.»
Pensó Tae-Bum. Decidió mirar de reojo a el Señor. Lo vio de pie y mirando directamente al Rey.
« ¡¿Por qué esta de pie ante el Rey y mirándolo directamente?! ¡Si no se arrodilla ahora mismo, ese tipo...!»
—¡¿Qué crees que estas haciendo?! ¡Arrodíllate ante el Rey ahora mismo!—gritó el General, estaba parado a la derecha del Rey.
—No lo haré. Nunca me arrodillaré ante él.
—¡Agacha tu cabeza y arrodíllate, o te mataré ahora mismo!
—No. Prefiero morir.
—Obedece lo que dice, antes de que...—susurró Tae-Bum.
El General saco su espada y apuntó hacía el Señor, y dijo...
—Te mataré ahora mismo.
« Este tipo no esta bromeando. Espero que escuche mi consejo, antes de que algo malo suceda.»
Pensó Tae-Bum.
El Señor de repente se arrodillo y agacho su cabeza.
Nadie en la habitación entendía porque lo había hecho tan de repente.
« Mis piernas... cedieron por si solas. ¿Qué está sucediendo?»
Había agachado la cabeza en contra de su voluntad y con ambas manos atadas atrás de su espalda, así se encontraba frente al Rey del reino de Joseon.
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