Habían pasado tres años desde que Oslac había empezado su vida en el Clan de los Defensores. Estaba leyendo el tablero informativo para ver a dónde debía dirigirse ya que había terminado su ceremonia de bienvenida. "Oficiales Blancos grupo G piso 7 …." cuando fue interrumpido por alguien leyendo en voz alta.
- Oficiales blancos grupo G por favor dirigirse al piso 7 edificio 2 - Oslac pensó en ignorarlo por haber estorbado su espacio, pero la voz de la cual provenían aquellas palabras lo obligó a darse vuelta. Antes de que pudiera hacerlo ya tenía un brazo sobre sus hombros que arrastró su cabeza hasta su pecho, le despeinó el cabello blanco y lo empujó hacia atrás, puso las manos en sus hombros y luego viéndolo a la cara dijo:
- Bienvenido Oficial Blanco Oslac - era nada más y nada menos que Isaac, quien finalmente le pudo hablar después de casi tres años. Oslac se quitó las manos de encima y se sacudió los hombros como si estuviera quitándose polvo y volvió a peinarse un poco. -No recordaba que fueras tan efusivo Isaac.
- ¿Te sorprendí?
-Tal vez, un poco - Oslac volvió a ver a Isaac - No has cambiado nada.
-Solo admite que estás feliz de verme Os- y le extendió la mano a Oslac quien sonrió levemente.
-Es bueno verte de nuevo, Isaac- y se chocaron las manos como lo habían hecho la última vez que se habían visto en el techo. Luego Isaac continuó:
-Tú te vez menos llorón, supongo que sí has cambiado algo- dijo Isaac en forma de chiste
-¿Se supone que eso sea un cumplido?- preguntó Oslac después del chiste sarcástico de Isaac, quien se empezó a reír por la respuesta de Oslac. Suspiró fuertemente y siguió-¿supongo que vamos al mismo edificio?
-¿Cómo lo sabes?
-Grupo G son los soldados más versátiles del clan que pueden elegir y ser pedidos para cualquier misión. No pensé que estarías en algo menos que eso. “Isaac el oficial resplandeciente” - Isaac lo empujó con una mano y Oslac continuó - ¿Prefieres “El mejor escolta”? O que tal..
-Ey- interrumpió Isaac -¿así me llamabas tú también a mis espaldas?
-Tus seguidores si, yo no gastaría mi energía en algo como un nombre para ti.
-Eres tan serio conmigo Os, y eso que estamos en el mismo rango.
-Escuché que te habían dado un ascenso ¿por qué lo rechazaste?
-No estoy hecho para dar órdenes desde una oficina y supervisar. Lo mío esta afuera, en la práctica, además temía que si me relajaba mucho te harías más fuerte que yo.
-Eso es como decir que los oficiales ascendidos son débiles.
-Jajaja, no tuerzas mis palabras, yo solo pensé en mi. Qué mente mas problemática pequeño Os.
-No me llames así.
-Pero Tío Ro y Sisi a veces te llaman así.
-¡¿Tío Ro?! ¿Sisi? ¿Así llamas a Ronald y a Silia? - preguntó Oslac con cara de extrañado.
-Si, ¿por qué?
-Olvídalo no importa- contestó con una mueca de extrañado.
Los dos caminaron hacia el lugar asignado. Era una oficina común como muchas de las del clan con amplios ventanales y acabados finos, pero más grande con muchas más mesas y refrigerios. No duraron mucho tiempo allí cuando uno de los oficiales ascendidos le preguntó a Isaac si ya estaba listo para su próximo trabajo y este respondió que sí, que solo estaba de paso con el nuevo Oficial Blanco ya que iría con ellos en esta misión. Una vez que el Oficial se fue Os, volvió a ver a Isaac - ¿Qué trabajo? ¿Apenas es mi primer día y ya me diste una misión?
-¿Por qué? ¿Necesitas más tiempo para adaptarte?
-¿Para qué vinimos hasta acá si debemos preparar todo para el trabajo?
-Ya está todo listo, solo te acompañé hasta acá porque pensé que estabas interesado en ver nuestro edificio. Además de que era tu regalo de bienvenida, tenía mucho de no hablar contigo Os- dijo Isaac felizmente en su tono amable. Oslac desvió la mirada y empezó a caminar por donde había venido y dijo en voz apenas audible - Gracias - e Isaac preguntó qué había dicho pero Oslac dijo que nada importante y siguió caminado.
Isaac y Oslac no eran los únicos Oficiales Blancos en la misión de ese día. Habían alrededor de 10 personas entre oficiales Blancos y Guardias y se dirigieron a hacer inspección en el pueblo ya que se decía que habían clanes que estaban evadiendo impuestos. Fueron en dos camionetas hasta estar cerca de la zona y luego se bajaron para seguir a pie, ya que era preferible para poder observar a la gente en las calles mientras se dirigían al edificio que debían inspeccionar. Algunos guardias se quedaron por fuera en los alrededores para atajar a algún sospechoso. Oslac, Isaac y otros dos oficiales entraron.
Al entrar fueron dirigidos a una habitación muy poco lujosa. El edificio se veía un poco deteriorado por fuera y le pertenecía al clan de los arqueólogos. Una vez allí se sentaron en una mesa larga a esperar a que llegara el líder. La mesa estaba bien decorada y además tenía sobre ella una serie de pastelillos, té y café para degustar. Al cabo de unos minutos entró el líder del clan de los arqueólogos y se le presentó el problema de la evasión de impuestos. El líder se disculpó por su incumplimiento diciendo que no volvería a pasar pero que era difícil en estos tiempos ya que su área de trabajo cada vez era más restringida por el mismo clan al mando de la nación. Isaac continuó diciendo que vería qué podía hacer al respecto pero era su trabajo hacer que no siguieran evadiendo los impuestos. Sin embargo, el líder se veía insatisfecho y siguió pidiendo que le dieran más libertad de trabajar en lo que debían o no tendría cómo pagar. Los oficiales continuaron diciendo que si no podía pagar de lo que ganaba que podía empezar a recortar gastos de cosas innecesarias como el uso de armas de oscuras, ya que no parecían necesitarlas. Al final, el líder del clan en cuestión no obtuvo la aprobación que buscaba pero igualmente terminó la reunión y dirigió a Isaac a la salida. Oslac quien iba detrás, vio cómo la otra persona del clan en la habitación estaba cerrando la puerta con llave y con la otra mano sacó una pistola y rápidamente apuntó a Isaac. En ese momento, Oslac también se preparó para sacar una pistola pero Isaac ya tenía su arma afuera apuntando a la cabeza del líder. Con la otra mano le dió señal a los demás de que se mantuvieran quietos. Por la puerta que había abierto el señor, entró un grupo de personas armadas y rodearon a los oficiales. Se trataba de una emboscada de dos clanes diferentes que se habían reunido para atacar al Clan de los Defensores, pero los oficiales iban preparados para ello. El clan de los buscadores de tesoros y el clan de los arqueólogos estaban en contra de las reglas estrictas de la nación. No sólo por los altos impuestos de las armas de mana negro, sino también el descuido hacia clanes que no trabajaran en el área de defensa, medicina, ciencia o un área que el Clan de los Defensores considerara útil para el progreso de la nación. De no considerarse de utilidad, no sólo les negaban los mismos privilegios que los otros clanes pero también tenían la sensación de que su trabajo y territorio era pisoteado por las autoridades, hasta el punto de llevarlos a unirse y planear revueltas en contra del clan líder. Es así como fueron expropiados para construir más instalaciones en beneficio de de la nación.
Al ser emboscados una de las oficiales intervino -Se los advertimos es mejor que se entreguen de inmediato por sus actos. El Clan de los Defensores no tiene intenciones de lastimar a sus ciudadanos.- Sus palabras desde luego fueron ignoradas y todos empezaron a atacar. Isaac disparó al joven que abrió la puerta justo cuando este disparó también. La bala apenas y rozó el rostro de Isaac mientras que el joven recibió una bala en el hombro. El líder intentó atacarlo también con su pistola pero fue inútil. A pesar de que era un señor mayor con suficiente fortaleza para pelear, Isaac lo detuvo sin esfuerzo, le quitó el arma y lo golpeó en el cuello con ella para hacerlo desmayar. Oslac también sacó una vara metálica para canalizar su mana a través de ella y pelear contra el resto de los integrantes. A lo lejos el último oficial se dispuso a revisar el cuarto, acción que Oslac no entendía, pero no tenía el tiempo de preguntar. Los dos bandos empezaron a enfrentarse pero en ese momento un par de ellos se alejaron del grupo para salir huyendo por el edificio. Oslac sacó su pistola para dispararles y detenerlos pero Isaac lo detuvo y le dijo que los siguiera. Oslac se fue solo tras los fugitivos e Isaac se fue por otro lado después de haberle pedido que le mandara su ubicación a través del comunicador que llevaban en la muñeca.
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