-¿En serio? ¿finalmente la princesa va a ir en una misión otra vez?- preguntó un Oficial Blanco a otro, mientras Oslac se dirigía al piso designado para el grupo G. Habían pasado varios meses desde su nombramiento como Oficial Blanco y desde la última discusión que tuvo con Isaac no habían vuelto a trabajar juntos. Prácticamente no pasaban de intercambiar un par de palabras de vez en cuando. Seguían viéndose en el piso designado para el grupo G, pero eran incluidos en misiones diferentes y de no ser así Isaac decidía hacer misiones en las que Oslac no estaba involucrado. Por su parte Oslac prefería no meterse más en el asunto, así que empezó a ir menos de lo que se esperaba a la base del grupo G. Prefería pasar tiempo en la biblioteca descubriendo nuevos libros en vez de forzarse a estar rodeado de tanta gente, su propósito era seguir haciendo cuantas misiones pudiera para poder seguir adquiriendo más conocimiento.
-¿La princesa finalmente se recuperó de su enfermedad?- preguntó otra oficial a Isaac.
-Eso parece - respondió en su tono amistoso de siempre, aunque parecía un poco diferente de lo habitual.
-¡Oh! así que "el mejor escolta" va a poder escoltar a la princesa de nuevo ¿no es así?- dijo otro oficial a Isaac a modo de juego mientras le daba un toque en el brazo con su codo.
-Jajaja, nunca he sido escolta oficial de la princesa en realidad, solo fui a un par de misiones mientras era guardia, eso es todo- dijo Isaac intentado quitarle importancia al tema.
-Pero no a muchos guardias se les deja escoltar a la princesa, a ti te dejaron porque eras excepcionalmente bueno- continuaron hablando los oficiales.
Oslac ya había llegado a la sala y estaba sentado leyendo en una mesa mientras esperaba el aviso de la mañana a ver si tenía algún trabajo asignado o si debía buscar alguno.
-¡Oh! ¡Os! Tu también fuiste un excelente guardia, ¿no es así? - dijo un oficial desde la otra mesa donde se encontraban Isaac y los otros.
-Eh… eso dicen, supongo- dijo Oslac sintiéndose un poco incómodo. Uno de los oficiales fue y se sentó a su lado.
-¿Y qué tal?, ¿nunca llegaste a estar en un equipo para escoltar a la princesa?
-Desde luego que no, cuando Oslac era Guardia ya la princesa estaba enferma y se le había prohibido salir para poderse recuperar - dijo otro oficial.
-Aaahh. Lástima, escuché que también era un guardia excepcional así que pensé que tal vez la habías visto igual que Isaac. Bueno, no te desanimes. Ahora que la princesa volverá a hacer trabajos alrededor de la nación tendrás un chance de escoltarla seguro, después de todo ese trabajo es designado solo para los mejores- aclaró el oficial.
Aunque Oslac entendía de lo que estaban hablando, no sentía emoción alguna al respecto. Sabía que se trataba de la hermana menor del líder y por ende todo el mundo la trataba como una princesa y se referían a ella de ese modo. Los rumores decían que estar en el equipo de escoltas de la princesa era un gran honor además de que daba bastantes puntos como oficiales. Otros decían que era hermosa y que quisieran estar cerca de ella asi fuera por un pequeño instante. Aunque tenía una mirada fría, no era muy amigable y no interactuaba con muchos del clan, todos querían acercarse por una u otra razón. Ahora, después de tres años de estar enferma, se había curado y podía volver a trabajar para el clan. Para Oslac no era algo que le interesaba más que cualquier otra misión importante, excepto por el reconocimiento y privilegios que podía recibir por hacer el trabajo. En ese momento aparecieron en las pantallas las asignaciones del día y como todos esperaban, Isaac estaba en el equipo de escolte, desde luego, era uno de los mejores Oficiales Blancos. Para sorpresa de todos, el otro candidato era Oslac.
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Los oficiales asignados se encontraron afuera, en la entrada del edificio principal para recibir las órdenes. El líder de esta misión era el Oficial Negro Nekane. A decir verdad, era la primera vez que Oslac participaría en una misión con un oficial de tal rango. Los Oficiales Negros normalmente hacían misiones individuales o en compañía de uno o dos Oficiales Blancos. Era el rango más alto del clan después del líder y no había ninguna restricción para los Oficiales Negros, eran libres de moverse como quisieran siempre y cuando no interfirieran con las ordenes del líder y las leyes del clan. A pesar de eso, eran los oficiales que menos se veía públicamente en acción a menos que fuese necesario.
-¡Atención!, es la primera vez que la señorita Zahara saldrá del clan en tres años. Nuestra misión es protegerla de cualquier amenaza y que su viaje a los Valles Ventosos sea un éxito.- En ese momento Zahara apareció y Oslac abrió los ojos del asombro. En el instante en que la vio, se recordó de aquella joven misteriosa que había visto cerca del laboratorio un par de veces tres años atrás. Después de aquel momento nunca la había vuelto a ver. Era igual que hace tres años, excepto que su cabello negro y lacio era mucho más largo. Llevaba puesto un vestido negro, largo que se ajustaba a la cintura y la parte inferior dejaba ver un poco la pierna. Encima llevaba un abrigo de botones largo hasta las pantorrillas el cual se cerraba con un cinturón ancho. Tenía los labios pintados de rojo y hacían un lindo y atractivo contraste con sus ojos avellana claros, fríos y piel clara. En la cabeza llevaba una boina negra de medio lado con cadenas doradas alrededor que llevaban pequeños cristales incrustados. Oslac había quedado totalmente sorprendido al verla y no podía dejar de mirarla mientras se preguntaba si lo recordaría. Sin embargo, en el instance en que la princesa lo había visto mirándola, se sintió un poco avergonzado e intentó desviar la mirada. Pensó que tal vez lo habría reconocido ya que se mostró un poco extrañada al verlo, pero fue tan rápido que no sabía qué pensar. Oslac no volvió a ver a la princesa pero mientras miraba en otras direcciones notó que no era el único que no le quitaba la mirada de encima. Todos los otros guardias estaban igual de hipnotizados, en especial Isaac, quien de algún modo parecía más contento de lo que dejaba reflejar su rostro. Veía a Zahara igual que todos, pero su mirada era más cálida y mucho más cargada de aprecio que las demás. La princesa levantó el rostro y vio a todos los oficiales que la acompañarían mientras el Oficial Nekane le decía el nombre de sus escoltas.
-Anette, ¿dónde está? - preguntó Zahara cuando el oficial terminó de introducirlos a todos.
-Nos estaremos moviendo en carro y moto. Solo nos moveremos a caballo una vez en las montañas, así que no hace falta traer a su yegua - dijo el Oficial Nekane.
-No me gusta ir a ningún lado sin Anette.
-Zahara ya le dije que…
-Si me permite Oficial Nekane- dijo Isaac interrumpiendo con posición firme haciendo el saludo del clan. Luego puso el brazo atrás y dijo - Si mal no recuerdo en ocasiones anteriores, Anette puede guiarse sola y se le deja seguir a Zahara adonde vaya aunque no se necesite de caballos. - Nekane se acercó a Isaac y le dijo seriamente:
-¿Cree que no soy consciente ello? Sin embargo, han pasado tres anõs desde la última vez que Anette ha hecho algo así, debido al aislamiento de Zahara. ¿Quién tomará responsabilidad si se pierde? ¿usted?
-S…-
-Yo lo haré - interrumpió Zahara.
Así se hizo. Zahara ordenó a Isaac liberar a Anette y una vez todo estuvo listo partieron hacia los Valles Ventosos. Llegaron al pie de las montañas donde debían dejar los vehículos y tomaron los caballos. Sin embargo, no había rastro de Anette todavía. Oslac estaba empezando a preguntarse dónde estaría, pero no quería preguntarle a Isaac así que le preguntó a otro compañero y este le respondió que mejor ni se preocupara y que dejara que Isaac se encargara, después de todo era “el mejor escolta”.
-¿A qué te refieres con eso? Yo creí que era el mejor escolta porque usualmente acompañaba al líder o a un Oficial Negro en sus misiones. - dijo Oslac
-Ah, pero ese puesto se lo ganó después de ganarse la confianza de todos los superiores siendo el escolta de la princesa. Le fue difícil al principio porque la princesa no elegía a Isaac para ninguna misión, pero sobresalía tanto de los demás soldados que le permitió escoltarla y desde entonces siempre fue así.- Oslac siguió viendo al otro oficial con atención. -Solo preocúpate por hacer tu parte del trabajo, créeme, Isaac tiene todo controlado como siempre.
-No sabía que a Isaac le había costado llegar a ser escolta.
-Jajaja, entiendo a que te refieres, - y luego hablando en un tono más bajo - la princesa puede ser un poco obstinada a veces.- Volviendo a un tono normal continúo- pero igual no verla por tres años es bastante, ¿no crees?
-¿Así que estuvo 3 años enferma?
-Eso dicen, pero nunca supimos exactamente qué tuvo. Unos días después de haber vuelto de una misión aparentemente se enfermó … ¿cuándo fue?- dijo pensativo- ¡Ah! ¡Ya! Fue de hecho poco antes del examen de combate de los nuevos reclutas. Ya tenía edad suficiente para supervisar los exámenes de ese año si mal no recuerdo…creo que tú estabas ahí ¿no? ¿no fue ese tu examen? Ya sabes, todos hablaban del chico nuevo con el mana oscuro...¿me estás escuchando? - le dijo a Oslac, quien estaba muy callado.
-Ah.. Si, si, claro. Creo que tienes razón.
-¡Ey! ustedes dos - dijo un oficial que iba al frente de ellos. - Los quiero concentrados en la misión. ¿Creen que porque Isaac esté presente pueden relajarse? - Oslac y el otro oficial se disculparon y siguieron callados el resto del camino. Aunque iba en silencio, no pudo evitar seguir pensando en la conversación. Mientras escuchaba la palabras de su compañero recordaba de a poco los eventos de hace tres años. Isaac, que lo había conocido justo el día que había regresado de una misión, ese mismo día había visto a Zahara por primera vez, unos días después no la volvió a ver y luego Isaac estaba de mal humor. Recordó esa noche en la azotea que fue la primera vez donde honestamente pudieron hablar de Frederick y donde los dos habían compartido sus objetivos. También su examen de combate y que al terminarlo después de que Teran se retirara, subió la mirada hasta donde estaba el balcón del Líder Duncan, intentando decirle que seguiría subiendo de rango. Todo esto llegó a la mente de Oslac durante el camino. Nunca había relacionado los eventos de esos días entre sí, pero empezaba a creer que eran más importantes de lo que creía. Al rato sacudió las ideas de su cabeza pensando que era mejor no indagar más.
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