Al día siguiente me encontré en el mismo lugar, aún era un hombre, estaba en ese triste apartamento, confundida y abatida. Suspire mientras me hacía a la idea que quizá deba adaptarme hasta que pueda volver. El celular volvió a sonar esta vez el identificador era diferente “Tío”, el solo leerlo provoco un sentimiento de calidez, en cuanto conteste supe el por qué.
¡Lari! ¿Qué tal has estado? ¿Comiste hoy? – su voz era cálida, sus preguntas tampoco parecían tener un significado escondido.
No aun no – conteste, lo cierto es que desde que llegue a esta realidad no había probado alimentos.
Sabes que no debes mal pasarte, estas en una etapa muy importante de ti crecimiento, ojalá consideres lo de venir aquí.
Esas palabras parecían domar el corazón de Larabi. Unas memorias abordaron a mi cabeza de nuevo donde un pequeño Larabi junto a su tío recogían manzanas en un pequeño huerto, otra de ellas mostraba al pequeño Larabi cortando hojas de papel haciendo un corazón que le entregó a su tío. Por lo que pude entender pareciera ser la única persona que realmente le importaba, me pregunté por segundos si él sabía lo que había hecho Larabi.
Siempre es bueno iniciar de nuevo – hablo de nuevo su tío.
“Él lo sabe” me dije a mi misma. Quizá sea bueno trasladarme allá, después de todo la vida de Larabi era un embrollo aquí en la ciudad, sus padres no parecían quererlo mucho.
Iré – conteste – Quiero ir allá
¡Al fin! – el tono de alegría de su tío fue perceptible de inmediato – Yo arreglaré todo, no te preocupes por mi hermano, yo lo soluciono, tu sólo junta tus cosas, yo iré por ti este mismo viernes. No te eches para atrás Larabi, esta es la mejor decisión que puedes hacer
Lo sé, gracias – no pude evitar avergonzarme un poco al escuchar la felicidad en la voz de su tío, solo tenía que seguir actuando como Larabi así todo estaría bien.
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